sábado, 11 de mayo de 2019

AGUADO CONQUISTA SEVILLA CON REY DE TESTIGO Y MORANTE DE RODILLAS


A las ordenes de Fernando III el Santo luchaba un caballero castellano llamado Fortín Saéz. Cuenta la leyenda que este caballero luchó a cuerpo contra un moro llamado Hamet Celín al que venció en dura batalla. Al verle el Rey llegar empapado en sangre, agua y barro exclamo

- ¡ Fortin , como venís!

El caballero contestó


"Victorioso, Señor y aguado"

El rey desde entonces lo llamo así como mote para concederle más tarde el apellido Aguado, que ya llevaron sus herederos, siendo su hijo Sancho Aguado el primero en llevarlo, y que se extendieron por Castilla, Extremadura , Asturias , País Vasco y Andalucía.

En la entrada en la que relataba el indulto al toro Toledano en Morón de manos de Pablo Aguado hacia referencia al origen del apellido Aguado. Titulaba esa entrada "Pablo Aguado ¿Dónde esta la frontera? 

https://lealesdeltoreo.blogspot.com/2019/04/pablo-aguado-donde-esta-la-frontera.HTML

Todavía no habían salido los carteles de la Feria de Abril , y aún estando convencido de la presencia de Aguado en la misma no podía ni imaginar que en ellos también habría un Morante , un Rey y un Aguado juntos.

En la historia , Morón fue conquistada cronológicamente antes que Sevilla.

Aguado conquisto Morón una tarde marzo  y tomó Sevilla para conquistarla.en la tarde del 10 de mayo de 2019 compartiendo cartel con Rey y Morante.

He tenido  la suerte de asistir a muchos festejos en esta Feria de Abril y pensaba hacer una única entrada con un resumen de lo más destacado de cada uno de los que fui, pero lo acontecido en la Maestranza el viernes de feria merece una entrada especial porque seguro que formará parte de la historia de la tauromaquia.

Morante, Roca Rey y Pablo Aguado con toros de Jandilla. Cartel de la Feria.

Y lo fue. ¡ Vaya si lo fue !

Una de las corridas más completas que he visto. Y pude hacerlo de nuevo con mi hijo Mauricio.
El autor del blog con su hijo Mauricio en la grada de sol justo enfrente de la Puerta del Principe


Morante en su primero estuvo dispuesto. Tres magníficas verónicas con la capa y dos derechazos imponentes con la muleta. No pudo hacer más. 



Roca Rey en el segundo se fue a portagayola con andares de torero caro, sereno y seguro de si mismo. Bella estampa. Tras recibirlo con una larga cambiada en la que casi lo atropella , enardeció al público con seis más que hicieron sonar la música. Espectacular y gran preludio de lo que sería la tarde.

Larga cambiada que arranco los sones de la banda


Buena suerte de picar y buena lidia en banderillas.

La disposición de Pablo Aguado se vio en el excelente quite al toro de Roca Rey, que hizo de nuevo estremecer los tendidos.

Roca comienza la faena de rodillas con muletazos por alto. Aguanta al toro con valentía. Lo engancha de manera espeluznante y queda en el suelo a merced del animal que gracias a Dios no hace por el aunque le mantiene el pitón en la chaquetilla.

Momento en el que el toro engancha a Roca Rey


Su hermano, de paisano, es el primero en llegar al quite. Gran susto que no lo amilana. Faena de emoción. Estocada pegada a las tablas. Petición unánime. Oreja y fuerte petición de la segunda , que no es concedida.

Roca Rey a merced del toro con el pitón en la nuca


En el quinto inicia la faena con el pase pendular cambiado en la espalda que se ha convertido en un clásico y vuelve a hacer una bonita faena que malogra con la espada.

Y Pablo Aguado... No hay calificativos para expresar el toreo de Pablo Aguado. Si ya en el segundo de la tarde había hecho un quite excepcional, en el primero de su lote toreo de manera sublime con la capa. Solo la manera de coger el capote es diferente y sus muñecas dan un trato al percal que solo esta reservado a los más grandes. Dio unas verónicas lentas y sin estridencias, meciendo al toro con suavidad y llevando su embestida hasta el final.

La faena de muleta fue un tratado de tauromaquia. Desde el torero comienzo a la estocada hasta la bola. Faena medida, de veinte pases y cinco minutos. Cinco minutos en los que dio la vuelta al toreo. ¿Hace falta más?








Toreó el alma y no el cuerpo. Mandó sin forzar. Magistral en derechazos, naturales lentos y eternos. Toreo despacioso, cambios de mano por delante y por detrás a mano cambiada. Trincherillas de época.

Una obra maestra del clasicismo torero. El público no terminaba de creérselo. Vellos de punta, lagrimas saltadas, emoción a raudales, abrazos en los tendidos, sentimientos a flor de piel, alegría del toreo en los rostros del respetable.

"¿ Desde cuando no se veía torear así?" Me preguntaba un joven empleado de la plaza.

Petición unánime y dos orejas que el Presidente concede de golpe.



Mientras pasea los trofeos, una suave brisa procedente de Triana entra por las rendijas de la Puerta del Príncipe dejándola entreabierta. , quizás tras haber pasado por los huecos de la estatua de Juan Belmonte.

Tras la revolución del tercero Morante sale dispuesto a no dejarse ganar el cartel de torero de Sevilla.
Bien en el capote. Para sorpresa de todos comienza su faena de rodillas. Un buen aficionado comenta que Aguado ha puesto de rodillas a Morante. Y no le falta razón en el sentido literal de la expresión. Vuelvo a recordar el origen del apellido Aguado en ese momento. Aguado y Morante en pleno duelo.

Tras una buena faena se le concede a Morante una oreja. Bonito gesto de Morante adornando la muerte del toro con un pañuelo , estampa antigua en  recuerdo a Cuchares.

Cuchares con un pañuelo secando las lagrimas al toro antes de morir

Morante repitiendo el gesto de Cuchares





Y sale el sexto de la tarde de nombre Oceánico. No podía haber nombre más apropiado para un toro cuya lidia corresponde a Aguado.

En el colegio aprendimos que un océano es una extensión inmensa de agua que separa a dos continentes

Aguado y Oceánico como una metáfora del desbordamiento del toreo y de marcar  territorios.

Pablo sabía que el triunfo no se le podía escapar bajo ningún concepto. Y se abrió de capa de manera excepcional. De nuevo despacio, con esa gracia especial de los toreros de Sevilla.

Morante  no se iba a dejar comer el terreno con facilidad y nos deleito con el quite del Galleo del Bú, que en su día hiciera Joselito el Gallo. Otro canto a la tauromaquia no sólo por rescatar  suertes perdidas y engrandecer la fiesta. sino por los sanos piques entre toreros tan habituales antaño.

Pero lejos de amilanarse Aguado se arranca raudo al toro y le hace un quite que de nuevo iba a hacer sonar la música.

¿Recordaría en ese momento Pablo Aguado que en su juventud sacó a Morante en hombros y hoy era él el que estaba a pique de abrir la Puerta del Príncipe?

Aguado de joven llevando a hombros a Morante




Si no teníamos bastante en la colosal tarde, unos excepcionales pares de banderillas de Iván García hicieron sonar de nuevo la música para esta gran torero que tras tomar la alternativa y confirmar en Madrid con presencia de Morante se pasó a la plata a las ordenes de Ivan Fandiño, ( QEPD)

Iván García para el que sonó la música en banderillas


Y llegó la faena a Oceánico. Aguado realizo unos embroques pletóricos. De los que parecen haberse olvidado ya. Cuando explicaba a mi hijo lo que significa embrocar (momento en el que el toro mandado por el torero entra en su jurisdicción) un aficionado mayor,  de la localidad de La Campana y habitual de los tentaderos de Miura según me contó entre toro y toro, se dirigió a mi y me dijo con gran sapiencia: "no se olvide que el embroque sin remate no es nada. Y este niño embroca y remata".

Decía Corrochano que "el remate de las suertes, dejar al toro donde se debe quedar, para seguir toreando sin enmendarse, para ligar las faenas, es lo perfecto, la quintaesencia del toreo".

Pablo Aguado fue ayer la quintaesencia del toreo. A la hora de matar al sexto tuvo el temple necesario para no dejarse influir por la situación. Yo estaba nervioso como si fuera el que tenía que ejecutar la estocada. La plaza estaba en tensión, pero Pablo tenía los nervios como el acero con el que iba  a dar muerte al noble toro de Jandilla. Estocada sin paliativos. Dos orejas que se pidieron bajos los gritos atronadores de ¡ Torero, torero!

Dio una triunfal vuelta al ruedo  y fue sacado a hombros por sus familiares y amigos , todos por cierto vestidos de manera impecable para la gran ocasión.



La brisa que soplaba en el tercero y entreabría la Puerta del Príncipe se convirtió en vendaval para que Pablo saliera con cuatro orejas en el esportón.




Cuando lo vi elevar la mirad al Cielo imaginé que desde allí su padre D. Julio Aguado Sainz de la Maza estaría recibiendo las felicitaciones de todos los taurinos que hacen tertulia diaria con San Lucas, entre ellas las del Doctor Leal que le diría: " Julio, ya tenemos dos motivos para recordar el 10 de mayo, Eindhoven y el triunfo de tu niño".

Brindis de Aguado a su padre antes de su fallecimiento


La suerte que tienen es que como los teólogos dicen que en el Cielo no existe el tiempo podrán verlo a todas horas, porque además Pablo hizo ayer un toreo intemporal.

La gente salía toreando por las calles, como hacía tiempo que no se veía en Sevilla.

A Pablo lo esperaban los suyos en el Hotel Colón.

Al llegar alguien le dijo;

- ¡ Fortin , como venis!

El caballero contestó


"Victorioso, Señor y Aguado"



Hoy se torea en el Cielo por chicuelinas

Decían de él que toreaba como los ángeles y que sus muñecas eran de cristal por la suavidad con la que mecía el capote. Cuentan que ha entra...