lunes, 6 de enero de 2020

La muerte nos cambia la vida


 

"La muerte te cambia la vida, Manolo". 

Desde hace ya algunos años los compañeros de colegio decidimos institucionalizar una reunión que celebraríamos anualmente el último viernes del mes de noviembre. Los años van pasando y las experiencias vitales de cada uno de nosotros van aumentando con el paso de los años, pues no en vano pasamos ya la cincuentena.

La frase que encabeza el artículo me la decía un querido compañero que perdió a su padre con solo diez años y reflexionaba sobre como ese acontecimiento le  había marcado el devenir de sus días.

Siempre he sido muy consciente de la calidad humana de mis compañeros de colegio , pero en esta última reunión acrecenté aún mas esa creencia.

Entre tapas, copas, risas y recuerdos de la infancia varias conversaciones trascendentes con varios de mis compañeros giraron en torno a la relación de cada uno con la vida y con la muerte a través de las vivencias de todo tipo de cada uno de nosotros. Sin saber porque hasta en cuatro conversaciones no conectadas entre si apareció el tema de la muerte. Como sentenciaba uno de mis compañeros todos morimos, pero no todos vivimos.

La primera muerte de la que creo tener conciencia fue la de mi abuelo, el Dr. Leal Castaño.

A su muerte, varias figuras del toreo encabezadas por Álvaro Domecq, Diego Puerta, Jaime Ostos y Paco Camino organizaron un festival en la Real Maestranza como homenaje póstumo al cirujano, bajo el patrocinio de la Asociación de la Vejez del Toreo.

Varios ganaderos cedieron las reses para aquella corrida. Fueron lidiados toros y novillos de Pablo- Romero, Diego Puerta, Felipe Bartolomé, Benítez Cubero, Carlos Urquijo , Carlos Nuñez, Belen Ordoñez y Pérez Valderrama.

En el orden citado fueron lidiadas las reses por Álvaro Domecq, Jaime Ostos, Paco Camino, Manolo Cortés, Macareno (que sustituía a Gregorio Sánchez) , José Luis Paradas, Rafael Torres y Antonio Chacón.






La corrida fue presidida por D. Ramón Mediano y los maestros Luis Fuentes Bejarano y Pepe Luis Vázquez.

El festival se celebró el sábado  6 de enero de 1973. En la crónica del diario ABC del día siguiente el crítico Don Fabricio decía lo siguiente:

"Homenaje sincero, cordial, entrañable, en el que estuvieron brillantemente representados lidiadores y ganaderos y al que se asociaron otros miembros de la familia taurina, a la que estaba estrechamente vinculado el popularísimo don Antonio, a cuyo hijo, el doctor Leal Graciani, le brindaron todos los principales protagonistas del espectáculo. Al concluir el paseíllo se guardó un minuto de silencio, en el que se musitaron oraciones por el alma del ilustre cirujano desaparecido".

Especialmente sentida fue la faena de D. Álvaro Domecq al quien le unía una gran amistad con el Dr. Leal Castaño.

Decía la crónica referida lo siguiente:

"Abrió el festejo, con un bravo novillo de Pablo Romero, Álvaro Domecq, maestro en el noble arte del toreo ecuestre; jinete en el que se conjugan, el poderío, la habilidad y la elegancia; lidiador que aúna la inteligencia y la gallardía, quien dio una lección admirable de rejoneo. Álvaro preparó y consumó las suertes con arte inimitable, con perfección suma, y, pie a tierra, instrumentó templados redondos y naturales, en tandas cerradas por sendos forzados de pecho. Engalanó el breve y sustancioso trasteo con un molinete, y acabó de excelente estocada."




D. Álvaro Domecq y el Dr. Leal Castaño

El segundo de la tarde era una res de Diego Puerta que fue lidiada por Jaime Ostos. Ambos toreros mantuvieron con el galeno una excelente relación. Cuenta la crónica que Jaime Ostos lo toreó por verónicas y lo puso en suerte ante el caballo con airosas chicuelinas. En la muleta lo lidió con arrogancia, serenidad y aguante.

Uno de los brindis de Jaime Ostos al Dr Leal en vida de este.
La  mejor faena de aquella tarde la realizo Paco Camino que cortó dos orejas tras una actuación  de mucha clase y una estocada en el hoyo de las agujas.

El Dr.. Leal con un jovencísimo Paco Camino

Manolo Cortés no tuvo suerte en su toro y solo pudo ofrecer detalles sueltos y aislados.

Macareno, que actuó en sustitución de Gregorio Sánchez, destacó en el capote con garbosas chicuelinas y un bonito farol.

Merece la pena leer lo que en la crónica ponía de José Luis Parada. "Manejó el capote con soltura. En el último tercio se plantó en los medios, desde allí citó de largo a la res, y, quietas las plantas, erguida la figura, dio dos vistosos pases cambiados. a los que seguirían vistosos naturales, en los que corrió muy bien la mano el sanluqueño, quien después instrumentó muletazos de diversas marcas y engalanó el trasteo con elegantes adornos ante un novillo de mazapán".

Quienes tuvimos la suerte de ver posteriormente  torear al Maestro Parada podemos imaginar esa faena con tan solo leer la crónica de aquel día. 

Continuaba la crónica diciendo. "La fina gracia espumeante de la escuela sevillana, personificada en Rafael Torres, no se pudo manifestar en plenitud ante el manso de Belén Ordoñez".

La figura de Rafael Torres merece una mención especial. Tomó la alternativa de manos de Curro Romero y con Riverita, el hermano mayor de Paquirri de testigo. Era apoderado por Manolo Vázquez. Tras unos años muy buenos como matador de toros en los que llegó a abrir la Puerta del Príncipe pasó a ser banderillero de grandes figuras del toreo, dándose la circunstancia que cuando Manolo Vázquez reaparece Rafael Torres va con el como banderillero. Posteriormente sería también banderillero de quien le dio la alternativa. Rafael Torres es el profesional que más veces ha hecho el paseíllo en la  Maestranza

Manolo Cortés, Armillita y Rafael Torres en las inmediaciones de Zahariche, donde pastan los toros de Miura



El día de la muerte de Paquirri, Rafael iba de banderillero en su cuadrilla y Riverita era el chofer de Paquirri.

Antes de la corrida de Pozoblanco habían estado jugando a las cartas todos de manera distendida en el Hotel Los Godos de Pozoblanco. Poco imaginaban  que horas más tarde la muerte , de manera trágica, iba a hacer acto de presencia de manera inesperada.

Hace unos meses tuve la oportunidad de poder agradecer al Maestro Rafael Torres su presencia en aquel homenaje a mi abuelo y he podido departir con el en varias ocasiones en las que hemos coincidido. Un libro abierto y una persona de ley y cabal donde los haya.


El autor del blog con Rafael Torres en un homenaje a Chicuelo




El último de la tarde fue para Antonio Chacón que apenas pudo hacer nada.

Terminaba la crónica de aquel día don Fabricio diciendo lo siguiente:

"El espectáculo, grato en su conjunto, ha sido expresivo testimonio público de los afectos suscitados por la generosidad del Dr. Leal Castaño, cirujano y amigo de los toreros".

Como comentaba anteriormente todos los toreros brindaron al Dr. Leal Graciani hijo del Dr Leal Castaño.

El Dr. Leal Castaño fue medico del Sevilla FC y de la Real Maestranza. En el Sevilla su hijo le sucedió como jefe de los servicios médicos del club.

En la Maestranza el Dr. Leal Graciani pasó también a formar parte del equipo. En muchas ocasiones compartió el burladero  de los médicos con su padre como puede verse en las fotos de más abajo.

El segundo del Dr. Leal Castaño era D. Ramón Vila Arenas que a su muerte pasó a ser cirujano jefe de la Real Maestranza.

Su ayudante era el Dr. Leal Graciani. Su hijo, D Ramón Vila Giménez se ocupaba entonces de las plazas de Utrera y Alcalá de Guadaira.

Dr. Leal Castaño con sombrero de ala ancha, el Dr. Leal Graciani cigarro en mano y el Dr. Vila Arenas apoyado en el burladero


En el callejón los doctores Leal Graciani, Leal Castaño y Vila Giménez.


Doctores Leal operando en la Maestranza

¿Qué sucedió para que el Dr. Leal Graciani no fuera el sucesor de D. Ramón Vila Arenas?

Al día siguiente del homenaje póstumo a su padre , el Dr. Leal Graciani todavía rememoraba las emociones vividas el día anterior. Ese domingo 7 de enero de 1973, el equipo de su alma , el Sevilla FC, que por entonces deambulaba en la segunda división jugaba en Pontevedra contra el equipo local. Imposible desplazarse junto al equipo dado los medios de la época.

Al poco tiempo de finalizar el partido, el Dr Leal Graciani , como el mismo contaba en la revista La Actualidad Española, recibió en su domicilio una llamada del Presidente del Sevilla D. Eugenio Montes Cabeza.

- Presidente: "Antonio, ¿sabes lo que ha pasado en Pontevedra?

- Dr. Leal : "Si, que hemos perdido por 2-0"

- Presidente: "Ha pasado una cosa gravísima"

- Dr. Leal: ¿Qué ha pasado , don Eugenio?

- Presidente: " Que se ha muerto Berruezo"

" A mi me dicen en aquellos momentos que se ha acabado el mundo y no me hubiese causado tanta impresión" terminó su relato el Dr. Leal Graciani.

El 10 de diciembre en un partido frente al Baracaldo en el Sánchez Pizjuán , Berruezo sufrió un desvanecimiento. Contaba el Dr Leal Graciani en el diario ABC.

"Aunque Berruezo se repuso en la enfermería del estadio, donde también fue atendido por los doctores Murga y García de la Vega que asistian al partido , fue hospitalizado aquella misma tarde en la Clínica Santa Isabel donde diversos especialistas le hicieron toda clase de análisis, radiografías, electrocardiogramas y electroencefalogramas sin encontrase lesión alguna".

Días mas tarde fue reconocido por los médicos de la Federación Andaluza de Futbol y por el cardiólogo D. Felipe Martínez, asi como por el medico de la familia. Todos coinicidan en que no había lesión que impidiera la práctica del fútbol.

A pesar de ello se estimó oportuno que de momento no jugase y que se le fueran practicando chequeos sucesivos. Pese a estar dado de alta  se reservó en los partidos que el Sevilla jugó contra el Mallorca y el Sestao y como hubo descanso por Navidad, Berruezo estuvo inactivo tres semanas. El 31 de diciembre reapareció ante el Rayo Vallecano y continuó entrenando con normalidad hasta el viaje a Pontevedra.

En Pontevendra el Sevilla alineó el siguiente equipo: Paco, Blanco, Catalán, Hita, Pazos, Bea, Bueno, Lora , Acosta, Berruezo y Sanjose.

Perdía el equipo 1-0 y corría el minuto 5 de la segunda parte cuando Pablo Blanco se disponía a sacar de banda sobre Berruezo. Rodri, aquel día portero suplente contaba lo siguiente:

"Pedro, antes de recibir el balón, comenzó a hacer una flexión, quisó intentar ponerse en pie, miró al banquillo y gritó con mucha fuerza ¡ ¡¡¡eeeeeehhh!!! Jamás olvidaré ese grito.  Pedro se desplomó al suelo levantando la mano derecha. Lo atendieron en el vestuario y lo llevaron al Hospital de Pontevendra donde falleció. El partido continuó y los jugadores al entrar en los vestuarios tras finalizar el partido recibieron la noticia de boca de Juan Arza, entrenador del equipo.

El impacto fue tremendo en todo el país. Era el primer jugador profesional que moría con las botas puestas en España.

Pedro Berruezo en una entrevista tres años antes había dicho. "El público no conoce lo que cada uno de nosotros tiene encima, lo que en realidad ennoblece nuestra profesionalidad".

Y es que Berruezo apenas recogiendo sus notas de reválida de cuarto, volvió a su modesta vivienda y encontró de cara el drama. Su padre había muerto ahogado en una playa cercana a Torremolinos. Pedro fue el hombre de su casa. "Dejo la estela de ser un hombre bueno, compañero a carta cabal, de ser un hombre rotundamente hombre". podía leerse en ABC de Sevilla.

En el mismo periódico escribía un periodista bajo el seudónimo de Quintaval.

"Aceptar lo imprevisto, admitir la posibilidad de lo inimaginable, es siempre experiencia turbadora. . Tan turbadora que en el fondo espejea la imagen del hombre inseguro, desnudo y solo. Noticia tan poco esperada pocas veces la hubo. Porque los jóvenes no suelen ser derribados por la adversidad en el estadio, y veintisiete años es edad que para nuestras precipitadas creencias garantiza contra el rayo de la muerte repentina. Y ya vemos como se atreve con los troncos recientes por donde aún corre la savia sin esfuerzo. La propia popularidad de los deportistas ha multiplicado el duelo y la circunstancia de que el accidente le sobreviniera mientras se batía con la camiseta puesta acentúa el piadoso eco."

"Durante las honras fúnebres que se celebraron en el estadio Sánchez Pizjuán, asistimos a escenas que nunca creímos poder contemplar en un campo de fútbol. Pero lo que más pesó en nuestro ánimo fue el dolorido concurso, aquella fraternidad orante en la misa oficiada junto al césped. Allí sobre el mismo campo, yacía encerrado en una caja el impetú de las tardes de fútbol. Y estaban en las gradas los espectadores, los aficionados de cada domingo, los del grito y el aplauso, convertidos en silenciosa asamblea cristiana. "

"Sevilla ha despedido al pundonoroso deportista, al muchacho cordial y sencillo que fue Berruezo, haciendo del estadio templo".

También podía leerse en otros artículos que "no hay dolor que hiera tanto como ver el césped  soñado de los triunfos todito lleno de coronas funerarias".

La muerte es así. Tremendamente absurda, y con ella no se puede jugar a la justicia volandera de los porque.

Decía Baltasar Gracián que "para los jóvenes la muerte es un naufragio y para los mayores es llegar a puerto",  pero mientras estamos en la vida siempre a todos nos parece temprano para que llegué pues nunca somos conscientes de que nacer es empezar a morir.


Crónica del ABC de la muerte de Berruezo

Equipo del Sevilla en la temporada 72-73 en el que figura Berruezo y de pie aparece el Dr. Leal Graciani


Pedro Berruezo estaba casado y tenía una hija. Su mujer estaba encinta de su segundo hijo. El Sevilla se hospedó en aquel partido en el Parador Nacional de Pontevendra, desde donde el futbolista escribió una postal a su mujer. En aquella época las conexiones no eran tan fáciles ni inmediatas como hoy día.

El texto de la postal es estremecedor:



Hola chatillas: Dentro de poco salimos para el campo pues son las 2 de la tarde del domingo y mientras estoy en la habitación me pongo contigo con estas líneas. ¿Qué tal estáis? ¿Y la pequeña? Me figuro lo guapa y graciosa que estará con el trajecito de marmota y su cochecito. Y tú, ¿qué tal? Cuídate en comer y todo lo necesario. Esta noche te llamaré. Bueno, esto te lo digo y me escucharás antes de leerlo. Supongo que tu madre y hermana seguirán bien. Dale besos a la niña y familia, y para ti, de quien mucho te quiere, tu Pedro.  
 


Uno se queda sin palabras tras leerlo. Al escribir esas líneas nadie podría imaginar el fatal desenlace que horas mas tarde acontecería.

Años más tarde el hijo que esperaba la mujer de Berruezo también sería futbolista. Con el Ceuta jugó en Pasaron y en un partido contra el Sevilla Atlético realizo un marcaje a Antonio Puerta, que años después fallecería en similares circunstancias. También jugaba de interior izquierdo y también dejó a su mujer embarazada de un hijo al que no pudo llegar a conocer.

Leyendo la postal se me viene a la memoría la partida de cartas que contaba Rafael Torres en el Hotel Los Godos de Pozoblanco entre Paquirri y su cuadrilla la tarde de su muerte. Con las bromas de Paquirri y su afán de nunca perder lo que nadie podía imaginar era el final de aquel día. Cuando "Avispado " enganchó en el pitón a Paquirri, era Rafael Torres el que estaba al quite y fue el el que se llevó al toro a una esquina cuando consiguieron que lo soltará. Contaba en su día Rafael Torres como le impresionó el pitón derecho de Avipado chorreando sangre.


Chorreando dolor volvieron los jugadores del Sevilla de aquel partido. Rotos.

El Dr. Leal Graciani no había podido acudir a ese partido por el homenaje póstumo a su padre.

La muerte de Berruezo le impactó de una manera decisiva en su vida, hasta tal punto que decidió nunca más faltar a ningún desplazamiento del Sevilla. Ese hecho también marcó el devenir de la enfermería de la Real Maestranza de Sevilla, pues Leal Graciani decidió dedicarse por completo al Sevilla FC y desplazarse con el equipo era incompatible con cubrir la temporada taurina.

D. Ramón Vila Arenas comenzó a preparar el relevo en la figura de su hijo D. Ramón Vila Giménez.

Pocos tiempo después muchos de los que acudieron a ese  homenaje póstumo en la Maestranza volvían a acudir al estadio Sanchéz Pizjuán para el partido homenaje a Pedro Berruezo que el Sevilla disputó frente a la selección de Rumania.

Cromo de la temporada 72-73 de Pedro Berruezo

Entrada del partido homenaje a Pedro Berruezo

Una de las últimas fotos de Pedro Berruezo en el Sánchez Pizjuán



 
El autor del blog frente a la puerta del estadio que el Sevilla dedicó a Pedro Berruezo en un reciente partido del Sevilla FC





En esa época también eran muy habituales los partidos de futbol de los toreros. En la imagen de abajo puede verse un equipazo de toreros, entre los que figuran Paquirri y Rafael Torres. La foto es coetánea con los hechos relatados y es de un partido en La Algaba.

Felix, Guillermo del Alba, Curro Duran, Ramón Soto Vargas, el Almendro y Muños , de pie. Agachados: Emilio Muñoz, Antonio Chacón, José María Susoni, Paquirri, Manolo Tirado y Rafael Torres.

Paquirri y Soto Vargas morirían en el ruedo años más tarde. Paquirri en la citada corrida de Pozoblanco pidiendo que por favor llamasen a D. Ramón Vila. Soto Vargas en el año 1992 en la Maestranza tras banderillear a un toro que le destrozó pulmón y corazón falleciendo sin que los médicos pudieran hacer nada. 

Es difícil comprender la postura de un médico ante la muerte. Como dijo alguna vez un eminente doctor "viendo morir a un hombre, es a nosotros mismos a quien en realidad vemos morir".

Como me decía otro de mis compañeros de colegio:

"Manolo, la muerte siempre te gana el partido de la vida y está tan segura de vencer que te da toda una vida de ventaja. Que cuando llegué te encuentre muy vivo para ver si duda en llevarte, pero no te preocupes que lo único que nos separa de la muerte es el tiempo, por lo tanto como no te preocupaste de nacer tampoco te preocupes de morir".

En realidad lo que pensamos de la muerte solo tiene importancia por lo que la muerte nos hace pensar de la vida.

Entretanto , vivamos mientras morimos.


 


Hoy se torea en el Cielo por chicuelinas

Decían de él que toreaba como los ángeles y que sus muñecas eran de cristal por la suavidad con la que mecía el capote. Cuentan que ha entra...