domingo, 18 de diciembre de 2022

Historias en torno a una cabeza de toro y una orla

Entramos en una bonita casa en Almonaster la Real y en el zaguán de entrada encontramos una orla de la primera promoción de la Facultad de Medicina de Sevilla que acabó sus estudios en 1923 y justo enfrente una bonita cabeza de toro. 




Nuestra anfitriona, la doctora Victoria Arroyo Rozalem  esposa de mi gran amigo desde  la infancia Jorge Fernández Jiménez, rauda nos explica una bonita curiosidad de la orla y la historia de la cabeza del toro. 

En la orla sale  D. Mauricio Domínguez- Adame, Catedrático  de Histología y Anatomía Patológica y bisabuelo de la esposa del autor del blog, y como alumnos D. Francisco Arroyo de León   , abuelo de Victoria Arroyo, y  D.  Antonio Leal Castaño, abuelo del autor del blog a quien está dedicado el mismo. Tres antepasados de los presentes. 




La orla es histórica . En ella aparecen catedráticos que marcaron una época en la historia de la medicina en Sevilla y en España. Además del Dr. D. Mauricio Dominguez- Adame, se puede ver al Dr. D. Miguel Guirao (Técnica Anatómica), Dr. D. José Salvador (Dermatología y Sifilografía), Dr. D. Jose Palanca (Higiene), Dr. D Pedro Martinez de Torres (Patología General), Dr. D. Gabriel Lupiáñez (Patología Médica). Dr. D. Enrique Tello (Obstetricia y Ginecología), Dr. D. Antonio Cortes Lladó (Anatomía Topográfica y Patología Quirúrgica), Dr. D. José González Meneses (Enfermedades de la Infancia), Dr. D. Manuel Seres (Anatomía), Dr. D. Jose Roquero (Terapéutica), Dr. D. Ramón Ribas (Oftalmología), Dr. D. Estanislao del Campo (Fisiología)  y Dr. D Manuel Moreno Parra ( Medicina Legal) , todos ellos afamados médicos y pertenecientes a insignes sagas de familias médicas. 

Entre los alumnos de aquella primera promoción D. Francisco Arroyo de León y D. Antonio Leal Castaño. 

Dr. D. Mauricio Domínguez-Adame

D. Francisco Arroyo de León

D. Antonio Leal Castaño


Las raíces de la Facultad están en la Escuela Libre de Medicina y Cirugía creada  por el Dr. Rubio en 1868 tras petición realizada a la Junta Revolucionaria Local que se había aupado al poder en la revolución de 1868. 

Fue la primera en España que contó con cátedras destinadas a las especialidades y a las disciplinas básicas como la histología.  

El Dr. Rubio fundó   en 1896  la Real Escuela de Enfermeras de Santa Isabel de Hungría, que fue la primera escuela para enfermeras laicas de España, aunque los estudios de enfermería no se regularizaron oficialmente en España hasta 1915. 

Estaba ubicada la Escuela Libre de Medicina y Cirugía,  primero en la sede de la Universidad, pero bien pronto se trasladó a la actual calle Madre de Dios, en el antiguo convento de ese mismo nombre.

La calle paralela toma el nombre de D. Federico Rubio. Es la calle donde se ubica el Instituto Británico.  No es casual que la calle tome ese nombre por la cercanía a la Escuela y primitiva Facultad sino también porque en 1873 el Dr Federico Rubio fue nombrado Miembro de Honor del Royal College of Surgeons de Londres, concediéndole el título de "Príncipe de la Cirugía", Ese mismo año fue nombrado también Embajador en el Reino Unido. 


En realidad la fundación de la Facultad de Medicina de Sevilla en 1917 puede considerarse una refundación, pues la medicina venía enseñándose en Sevilla desde 1572 hasta 1857 fecha en que desaparece para ser trasladada la enseñanza a Cádiz. 

No menos histórica es la cabeza de toro, en realidad un novillo, que cuelga justo enfrente de la orla y  en la que puede leerse la siguiente inscripción: 

"De Santa Coloma, lidiado en Sevilla el día 22 de mayo de 1927, picado por Barrera, y banderilleado por Rosalito de Valencia. Fue muerto por P. Perlacia, que hacía su debut, después de una gran faena de muleta, un pinchazo, media estocada, y un descabello concediéndole las dos orejas y el rabo". 


Leyenda de la cabeza de toro


Es la del debut de Paco Perlacia en la Maestranza. 

Cuenta el diario ABC de lo que aconteció aquel día  lo siguiente:

"Con una entrada superiorísima se corrieron ayer novillos de Santa Coloma en la plaza de la Maestranza. Los bichos, desiguales de tipo, fueron bravos y poderosos con los picadores y en general, broncos para los toreros de a pie". 

Los novilleros eran Torerito de Málaga, Mariano Rodriguez y el joven debutante Francisco Perlacia. 

En la parte que cita a Perlacia dice la crónica del ABC:

 " El joven debutante Francisco Perlacia alcanzó un clamoroso éxito en la muerte de su primer novillo, siéndole concedidas las dos orejas y el rabo. La faena de muleta fue torerísima y de una bravura imponente, como no se recuerda desde los tiempos novilleriles de Espartero y Reverte. El público de pie en las localidades, siguió la faenaza del novel espada con formidables ovaciones. Metiéndose a matar con gran arrojo, le atizó una estocada algo perpendicular, estrechándose una enormidad al meter el brazo. El diestro remató al cornúpeto descabellándolo a pulso al tercer golpe". 

Perlacia llevaba en su cuadrilla a Fidel Rozalem, su cuñado, ya que Perlacia se casó con una hermana de Fidel. 

Había nacido Perlacia el 26 de diciembre de 1903. Sus padres, santanderinos, habían emigrado a Sevilla donde regentaban una taberna muy popular. "Los  Caracoles" sita en la calle Harinas, justo en el local en el que hoy se halla la no menos popular "Bodeguita Romero".

Los ingresos del colmado permitían a la familia vivir de manera acomodada. Perlacia no tenía antecedentes en el campo taurino. 

El periodista Celes cuenta en un reportaje del "El Ruedo" 

 "Nadie hubiera sospechado en él la vocación taurina. Una hija de Leandro Perlacia, hermana del futuro diestro, casó con Fidel Rozalem, "Rosalito", matador y banderillero de fuste, en torno al cual se apretaba un cinturón de admiradores y aficionados. En este clima floreció fácilmente la afición de Paco Perlacia, que puso al servicio de la misma un ánimo intrépido y una voluntad de hierro. Por los cortijos y plazas de los pueblos Perlacia se entregó a un aprendizaje concienzudo y esforzado. Así cuando por primera vez se presenta en la Maestranza obtiene un triunfo apoteósico, que la afición subraya llevándole a hombros hasta Los Caracoles. Algunas fotos recogen fielmente  el entusiasmo que despertó esta actuación y Manolo Diaz Crespo testifica que una manifestación imponente llenó la calle Harinas para aclamar al novillero. 

Perlacia llevado a hombros tras el éxito de su debut en la Maestranza con el novillo cuya cabeza esta en la casa de Alomonaster



Ese éxito lo relanza y le hace torear veintiocho novilladas hasta que se presenta en Madrid el 22 de mayo de 1928 con reses de Santa Coloma también,  alternando junto a Parrita y Pérez Soto, cortando las dos orejas del primer novillo. Toma la alternativa en Toledo, donde recibe los trastos de un torero exquisito, Antonio Márquez, teniendo de testigo a Joaquín Rodriguez "Cagancho". Corta también dos orejas ese día. 

Paco Perlacia era en los años 30 el torero de moda como se recoge en el pie de foto que publicamos más abajo. 



¿Quién no sintió un tremendo escalofrió viendo torear a Perlacia? Su pase de pecho con la derecha, bellísima expresión de un arte macho, es algo que quedará en los anales taurinos. Y segundos después, al verle ligar el natural, expresión de gracia suprema. Perlacia adquiere categoría de lidiador ejemplar. Por algo el chiquillo de Los Caracoles adquiere hoy la máxima novedad. 

Al retirarse, tras triunfar en el toreo, continuó con el negocio familiar hasta que la muerte le acechó aun joven con 46 años. Hoy ya no existe esa vieja taberna de Los Caracoles , que era una reliquia de la Sevilla del siglo XIX , con sus reservados de madera, su vino tinto siempre fresco y la tradición del caracol en la tapa. 

Perlacia paseando con su familia por las calles de Sevilla


El que introdujo a Perlacia en el mundo del toro fue su cuñado Fidel Rozalem, abuelo materno de nuestra anfitriona. 

Fidel Rozalem. Foto publicada en el semanario taurino "La Fiesta Brava" el 30 de mayo de 1930


El famoso escritor zaragozano " Don Indalecio" en su obra titulada "Los toreros aragoneses" (Zaragoza 1932) página 195 dice lo que sigue:

"Nació en Arcos de las Salinas (Teruel), el día 20 de agosto de 1894. Hizo el aprendizaje de capeas en unión de su primo, el después picador "Carrilero", ya registrado en este libro. Ingresó en en la Cuadrilla de "Niños Valencianos" de la que eran jefes "Majito" y "Andresito". Con ellos hizo su presentación el 2 de julio de 1911. 

Cuadrilla de Niños Valencianos


En 1913 formó parte de la cuadrilla de "Niños Sevillanos", que capitaneaban Manolo Belmonte y José Blanco "Blanquito". 

Se había hecho "Rosalito" un gran banderillero y excelente peón, y al terminar con cuadrillas de niño pasó, por méritos propios a cuadrillas de grandes. 

Nada menos que con Juan Belmonte fue su primer ascenso. Con Manuel Granero fue a continuación, hasta el día de la trágica muerte del valenciano. Siguió con Ignacio Sánchez Mejías y con él estuvo dos años, y otros dos con Marcial Lalanda. Al reaparecer Belmonte en 1925 volvió a su cuadrilla; y luego, por razones de parentesco, acompañó a su hermano político Paco Perlacia cuando era novillero. Como el apogeo novilleril de  este duró un suspiro, fue poco tiempo con Rayito, para ingresar con la gente de "Cagancho", último jefe que ha tenido Rosalito cuando se escribe este libro"

A Fidel Rozalem puede contársele entre los mejores banderilleros y peones de su época. Y esto casi sobraba decirlo repasando la lista de jefes que ha tenido. 

Hizo una prueba como matador de novillos, el 17 de septiembre de 1922, en la plaza de Vista Alegre (Carabanchel). Su fracaso le convenció enseguida que no le llamaba Dios en la categoría nueva a que aspiraba. Y con los palos siguió. 

Ha sufrido las siguientes cogidas. 

El 25 de julio de 1920, en Valencia, dos heridas en el muslo y región occipital. 

El 14 de octubre de 1920, en Zaragoza, herida en una pierna.

Y el 29 de abril de 1928, un puntazo en el labio. 

Fidel Rozalem está casado con una hija del dueño de la famosa taberna de "Los Caracoles" , de Sevilla, el señor Leandro Perlacia. Así que Rosalito es aragonés de nacimiento,, valenciano por sus principio toreros y sevillano de adopción. 

El libro citado recoge su trayectoria hasta 1932, pero tras la publicación del mismo Rosalito también fue en las cuadrillas de Vicente Barrera, Chicuelo, El Niño de La Palma, Antonio Márquez y Carlos Arruza. Todos ellos matadores de primerísima categoría que veían en Rosalito su persona de confianza. 


Rosalito en una corrida de la Feria de Sevilla de 1920 en la que toreaban Chicuelo, Valerito y Belmonte. 


Después de su retirada, ocurrida en 1950 siguió vinculado al mundo taurino como empresario de varias plazas, entre ellas de la Tenerife y con un negocio de caballos para picadores. 

La retirada  vino provocada por una cogida que sufrió toreando con Carlos Arruza. 

El 29 de julio de 1974 se publica  una entrevista a Rosalito de Valencia realizada por una de sus nietas Victoria Sanabria Rozalem.






La reproducimos por su interés.

Fidel Rozalem, Rosalito de Valencia. He aquí un nombre y un apelativo torero al cien por cien. He aquí un nombre para llenar con tipografía gorda todo un cartel de los de lujo. Hoy Fidel Rozalem, valenciano por naturaleza, sevillano porque si, por la gracia de Dios y porque sus padres- y el-  lo quisieron , es todo un compendio viviente de los mejores capítulos de nuestra historia taurina. De la época de oro.

Su menudo y vivo andar, su nervio flexible y rápido para el hacer y el pensar, su dinamismo, su talle aun como el del junco, a pesar de que los años no perdonan, personalizan a un hombre de afable, sincero y recto trato al que Sevilla quiere y admira por múltiples motivos. Pero en especial en el mundo del toreo- en Sevilla y fuera de Sevilla - donde la palabra de Rosalito es el Evangelio, algo así. 

Antes en el ruedo, luego en el negocio y siempre en donde quiera encontrársele, Fidel Rozalem, es institución. Su penetrante e inquisitorial mirada, muda interrogante de bullidoras y determinantes ideas que vivifican bajo su cana cabeza, completan un todo , un personaje excepcional, tanto en lo humano como en un aspecto psicológico muy especial.

Ese hombre es institución en la fiesta. Ese hombre es hoy ¡ por esas veleidades de la vida! abuelo de una periodista. De una de las pocas periodistas que aún cuentan en Sevilla y que pertenece circunstancialmente a este periódico. Por obligaciones y por orden directora, a la nieta, entre los primeros trabajos le corresponde "hablar" con Fidel Rozalem "Rosalito de Valencia" para que traiga a nuestras páginas algo de historia torera del pasado, de la época de oro del toreo y he aquí a una periodista , mujer y por contera juvenil, de tiempo distinto y distante al personaje en cuestión, pero sensitiva entrañablemente unida al mismo obligada a tratar de un tema de la que es casi profana y con un autentico experto. Con Fidel Rozalem , Rosalito de Valencia. ¡ Casi nadie! 

Mi abuelo. Y a él fui dispuesta a "jugarmela". Pero al fin y al cabo Fidel Rozalem, Rosalito de Valencia... es mi abuelo.

Fidel Rozalem, Rosalito de Valencia, amigo y conocedor de Joselito, con solo un año más de los que ahora tuviese Jose Gómez "Gallito" y solo uno menos de los que tuviese Juan Belmonte, su matador, y al que acompañó como banderillero en todas sus reapariciones, es compendio obligado a la investigación. Que es lo que pretendo traer aquí. 

Por primera vez he entrado en su casa como profesional y como tal ha intentado recibirme. Pero pronto tanto uno como otro, hemos superado el protocolo informativo y pasado a una conversación amistosa, sencilla y llena del tono humano que a él le caracteriza. 

- Abuelo, me conoce muchas gente como la nieta de "Rosalito", la nieta de quien David dijo " No hay un peón con el capote como Fidel Rozalem" Y algo de esto había cuando con 50 años te disputaban aún la flor y nata de la torería. Sé que cuando volviste de América Carlos Arruza te vio torear y exclamó . " Este chaparrito lo quiero pa mi cuadrilla". En fin, cosas y cosas que me cuentan por ahí pero que nunca me has dicho a mi. 

- ¿Qué te parece si hacemos un mano a mano ente Joselito Y Belmonte? Si tuvieses que anunciarlos, tu que los conociste y viviste tantas anécdotas con ellos ¿Cómo lo harías?

- Extraordinario mano a mano entre José Gómez "Gallito, el torero más grande que yo he conocido, Y Juan Belmonte el torero de todas las épocas. 

- ¿Por qué no nos analizas esta definición que has dado de cada uno?

- Veras hija. José era más completo y toreaba mejor. Nadie consiguió lidiar como Belmonte, no se si le ayudaba el físico o que, pero esperaba a los toros más que nadie y los acompañaba como nadie lo ha vuelto a hacer. Sin embargo nadie ha sido tan completo como Joselito. Este podía con los toros más que ninguno, era más largo que cualquiera lo ha sido. Tenía más cabeza que todos juntos. 

- Que ocurre ¿te gustan los toreros largos y menos arriesgados?

- Si , me gustan los toreros largos. Además te voy a contar una anécdota para que lo comprendas mejor. En Palma de Mallorca, en una corrida entre Rafael "El Gallo", Victoriano la Serna y Juan Belmonte, tuve la mala suerte que en el sorteo me tocó, o sea a Juan, un toro tuerto. Cuando íbamos en el coche le dije " Juan , tuerto del izquierdo, tenga usted cuidado". Aquella tarde el toro le partió la clavícula. A Belmonte le cogía el toro casi todas las tardes y eso era muy malo para los que formábamos la cuadrilla. Gallito toreaba en la plaza como si lo hiciera en el patio de su casa. Esta es la explicación de que me gusten los toreros largos. 

- Abuelo ¿te hubiese gustado torear con Gallito?

- A punto estuve de hacerlo. Poco antes de morir en Talavera cuando marchaba a Bilbao me dijo: "Rosalito, Blanqué esta viejo. Va siendo hora de que te vengas conmigo". Pero la muerte le sorprendió.

- Si Joselito y Juan hubiesen vivido en esta época ¿ crees que también serían hoy figuras?

- Desde luego que si. Belmonte hubiese sido el mismo en cualquier momento. Joselito hubiese tenido que adaptarse al toro y al toreo de esta época. Juan era un artista y Joselito un lidiador, aunque también sabía torear como Juan Belmonte. Un día toreando juntos dijo a Juan " hoy voy a torear como tú", y así lo hizo, porque sabía hacerlo. Esto fue en Valdepeñas, a Juan lo picó pero no pasó de eso, pues se llevaban como hermanos. 

- Me contestas afirmativamente que serían figuras, ¿pero cual de ellos llevaría más gente a la plaza?

- Belmonte, ese hombre ha sido el que más gente ha llevado a una plaza de toros, después de El Cordobés. Si hubiera vivido en esta época le hubiese ganado incluso al de Villalobillos

- ¿También le hubiese ganado a la hora de ganar dinero?

- Se dice que hoy se gana más que antes, yo no lo discuto, porque no adelantaría nada. Nosotros ganábamos seis mil por barba, pero estoy hablando de pesetas de antes. 

Joselito cuando murió dejo tres millones de pesetas de aquellas. Belmonte, por su parte, compró el cortijo "Gómez Cardeña" con lo que ganó en cincuenta corridas. Poco antes de morir le daban por ella ciento cincuenta millones. Para comprar hoy una finca de estas es necesario torear ciento cincuenta corridas a millón. He oído decir que Gomez Cardeña vale hoy cuatrocientos millones. 

Estando un día en Los Corales , le dijeron a Juan lo que ganaba El Cordobés, muy sereno contestó  En el año 25 compré Gomez Cardeña, lo que me darán por ella no lo ganará El Cordobés en su vida. 

- Y pasando a lo nuestro, no me has contestado si te hubieses ido con Joselito, a no ser por su muerte.

- Ya te digo que me gustaba más Gallito. Yo viví aquella época y para comprender la grandeza de José es necesario haber vivido entonces, es difícil comprender aquel toreo sin haberlo visto. Gallito dominaba todas las suertes, podía con todos los toros y a todos les sacaba partido. Juan , fue un auténtico revolucionario: te diré que fue el primero que se cortó la coleta, fue un torero irrepetible. Belmonte llevaba en el corazón el arte de torear y Gallito en la cabeza la tauromaquia. 

- Cuando toreaban la misma corrida ¿Quién cortaba más orejas?

- Jose, como siempre. Pero si Juan cuajaba su faena a la hora de la  salida solo se hablaba de él. De veinte corridas que toreaban juntos, Jose superaba a Juan en dieciocho, pero con las dos en las que Juan se imponía, igualaba la pelea. 

- Y ahora contéstame a lo último sobre estos dos Grandes, con mayúscula ¿Quién era de los dos el más valiente?

- En valor ninguno de los dos le cede un tanto así al otro. José sufrió las consecuencias de tanto arriesgarse muriendo en la arena. Juan lo demostraba en cada ruedo que pisaba. Solo le faltó morir en la plaza. Cuando supo la muerte de Joselito exclamó " Que suerte". 

- Gracias abuelo, hoy aprendí en las figuras de Juan Belmonte y Jose Gómez Gallito, los dos grandes del toreo, parte de ese difícil y a la vez conocido mundo de la tauromaquia. Y también aprendí que tengo la suerte de ser tu nieta. 

Una deliciosa entrevista de abuelo a nieta, entrevista a un personaje que vivió en primera persona la Edad de Oro del toreo, etapa que acabó con la muerte de Joselito en Talavera, pero que pudo haber seguido con los que estaban llamados a ser los sucesores de Jose, Valerito y Granero. 

Pero ambos murieron con diferencia de días en el año 1922. Y con los dos también compartió muchas tardes de gloria Rosalito.  Fue un testigo de la historia del toreo desde la propia plaza, no en vano todos los matadores con los que toreó  han escrito páginas de oro en la historia del toreo. Toreó con los mejores y vivió junto a ellos sus éxitos, grandes faenas, tardes históricas, tragedias y tardes que por desafortunadas pasaron también a la historia  como aquella de Cagancho en Almagro el 25 de agosto de 1927 o aquella otra de Marcial Lalanda en Bilbao.

En la primera Cagancho tuvo una actuación desastrosa y no fue capaz de matar ninguno de los dos toros que le tocaron en suerte provocando un altercado de orden público que se saldó con la detención del diestro y su cuadrilla, que fue la que tuvo que dar muerte al toro. 

Ante la Guardia Civil , Rosalito exclamo. "Tiene delito que detengan a este por no matar al toro y a nosotros por matarlo". A raíz de ese corrida se instaura el dicho popular de quedar peor que Cagancho en Almagro.  

El apodo de Cagancho procede de que el abuelo del primer Cagancho tenía una fragua donde, entre otros útiles, fabricaba ganchos. Debía de venderlos el nieto y decía ¡ A real ca,gancho! Un bromista unió las dos palabras y de ahí procede el Cagancho. 

En las corridas generales de Bilbao el 20 de agosto de  1924 los toros de Santa Coloma dieron un pésimo juego. Marcial Lalanda no acertó brindando al público su primero con el que poco cabía hacer y para colmo de males propinó  una serie de inadmisibles sablazos para dejarlo a las mulillas en medio de una bronca de órdago a la grande. Aún subiría el diapasón del escándalo con su segundo, un manso integral al que macheteo por la cara entre una lluvia de almohadillas y otra suerte de proyectiles  que buscaban su anatomía y la de los miembros de su cuadrilla. De hecho Marcial sostuvo siempre  y así lo manifestaba en la biografía que le escribió Capdevila, y recientemente en la que escribió como su Tauromaquia, en colaboración con Andrés Amorós que "a un banderillero mío le dieron con una piedra en la cabeza". 

"Lo cierto es que dicho subalterno, el excelente banderillero turolense Fidel Rozalem, Rosalito, echo mano de un estoque y blandiéndolo amenazador quiso subirse al tendido para agredir a los espectadores más beligerantes. Total , que se armó la que no estaba en los papeles. El presidente ordenó a la fuerza pública la detención de espada y subalterno que de esta guisa fueron conducidos a su presencia. Tras el dialogo con el usía, Rosalito apareció en el centro del ruedo escoltado por una pareja de guardias civiles e hincándose de rodillas solicitó publico perdón. Pero entendieron los espectadores que era a su vez el espada quien tendría que hacerse perdonar y continuaron reclamando igualmente su presencia: entre tanto pasaron bastantes minutos hasta que el Presidente temiendo que se produjese un serio altercado de orden público logró convencer a Marcial de la absoluta necesidad de recabar perdón como su banderillero. Así pues el maestro de Vaciamadrid volvió a la arena para arrodillarse ante el palco presidencial , al tiempo que se prometía no volver a torear más en Bilbao".

El propio Rosalito en entrevista concedida a pocos día de su retirada contaba esta anécdota.  Una vez en una corrida en que toreaba con Marcial Lalanda me insulto un espectador, y a Marcial injustamente, también le ofendía con términos inadecuados y de inaguantable insolencia. Tomé un estoque y , con un coraje enorme, me dirigí al tendido y buscaba el sitio donde estaba el espectador... Aquello pudo acabar en tragedia. Sentíamos al matador, era no solo nuestro jefe, sino nuestro amigo; vibrábamos con la injustica ... 

Ese era Rosalito. En los éxitos, la cuadrilla dejaba paso al matador. En los fracasos y en las broncas lo asumían como suyo y defendían a muerte a su torero.

En la cuadrilla de Juan Belmonte fue compañero de Joaquin Miranda. Este banderillero, tras acabar la Guerra Civil,  se metió en en política y en escaso tiempo , llego a ser nombrado gobernador civil de Huelva. 

Un día acudió Belmonte a un festival benéfico que presidía su antiguo banderillero. Un amigo que iba con Belmonte le preguntó 

Don Juan ¿ es verdad que este señor gobernador ha sido banderillero suyo? Belmonte con su habitual parquedad en palabras contestó con un lacónico " Si" a lo que su interlocutor insistió 

- Don Juan , ¿Y como se puede llegar de banderillero a gobernador tan rápido?

A lo que Belmonte con su peculiar tartamudeo contestó  ¿Po..po.. po, como va a ser? De.. de.. degenerando, amigo degenerando. 

Durante la Guerra Civil y después de la misma se celebraban en diversas localidades españolas las denominadas "corridas patrióticas". 

En muchas de ellas participó Rosalito. Así encontramos una histórica celebrada en 1938 en la desparecida plaza de toros de Cádiz cuya referencia es más que curiosa. 

"Nuestra plaza de toros fue escenario ayer de una corrida de toros benéfico-patriota. No pudo presidir el General Quiepo de Llano, que envió un telegrama excusándose por tener que cumplir obligaciones militares. Las presidentas recorrieron el ruedo antes del inicio del festejo en varios automóviles descubiertos. Se lidiaron reses de Mora Figueroa para Luis Fuentes Bejarano, Chicuelo y Venturita. La corrida fue entretenida, aunque hubo que lamentar la cogida del banderillero Rosalito de Valencia , que fue llevado muy grave al hospital". 

Aunque en la referencia de Don Indalecio y el propio Cossío nos indica que Rosalito estuvo en la cuadrilla de Granero hasta el día de su muerte este dato no es correcto. Por una parte puede verse que en el cartel de la corrida de la muerte de Granero no aparece referenciado entre los banderilleros. 

Cartel del día de la muerte de Granero

Por otra parte el gran investigador de la vida de Granero, Pedro Casado, afirma que Granero prescinde de su cuadrilla tras una corrida de la Feria del Pilar de Zaragoza del año 1921. Los componentes eran Rosalito, Alfredo David y el puntillero Aragonés. 

No obstante siempre mantuvo con Granero una gran amistad. En la foto de abajo puede verse en una paella que Granero celebró al término de una de las temporadas taurinas. 



Si vivió Rosalito  junto a el su consagración en Madrid. Venía Granero de torear en Bilbao. Arribó a la capital. Cansado se trasladó a la vivienda de un buen amigo, el periodista valenciano Manuel Gómez Domingo, quien firmaba con el apelativo de Rienzi. Tal era su amistad, que el fino espada levantino, cuando vivía en Madrid, siempre lo hacía en la vivienda del escritor , sita en la calle marqués de Urquijo, en el barrio de la Moncloa. Allí descansó del pesado viaje y allí mismo esperó su próximo compromiso en la plaza de toros de Madrid.

El día rompió con la mañana. En la casa de Gómez Domingo, una operaria del afamado taller del sastre taurino Uriarte puso en manos del mozo de espadas de Granero el terno que el torero estrenaría aquella tarde. Finezas, hombre de confianza y fiel mozo de espadas, preparó la silla. Rosalito observaba. El traje, crema y azabache, quedó dispuesto para ser vestido por un Granero que aún descansaba.

Gómez Domingo recibió en su casa a unos extraños personajes. Estos, que iban acompañados por el escritor valenciano Vicente Blasco Ibáñez, eran norteamericanos que se encontraban en España buscando documentación para el rodaje de una película. Se trataba nada más y nada menos que una versión cinematográfica sobre una novela escrita por Blasco Ibáñez Sangre y Arena. Los pintorescos personajes, con el beneplácito de Gómez Domingo, así como de Francisco Juliá, tío de Granero, vieron como éste se enfundaba en el traje de torear, mientras don Vicente ejercía de traductor. Uno de ellos, el que a la postre encarnaría al protagonista de la historia, tomaba notas en un pequeño cuaderno.

Era Rodolfo Valentino, quien mostró gran admiración por el terno. Manolo Granero le contesto: “Con un traje como este no hay más remedio que arrimarse…Esta tarde les voy a ofrecer la oreja que corte”. Blasco Ibáñez comentó a Gómez Domingo: “Dile a Granero que no cometa ninguna locura, que estos yanquis no entienden de esto y todo lo que haga les parecerá bien".

Ha llegado la hora señalada. Granero, de crema y azabache, flanqueado por Chicuelo y Varelito,  parte plaza en el viejo coso de la Carretera de Aragón, de Madrid. Es la décima corrida del abono. 17 de mayo de 1921. Un año después de la muerte de Gallito. Granero se muestra solvente, fácil y florido en el primer toro de Santacoloma, tanto es así que le cortó una oreja. Granero ya no era visto como un aspirante a figura, ya era catalogado como el sucesor del gran Joselito.

Muchos aún no daban crédito. Salta al ruedo el toro de nombre Malacara. Tiene el hierro de Santacoloma. Manolo Granero se consagra. Faena llena de sapiencia y de elegancia. Dominadora, estética y con toda la luminosidad del Levante español donde nació. Brillante con el capote, poderoso banderillero y con la muleta, faena de maestro, con naturales, ayudados, cambiados y pases de todas las marcas para una faena que marcó la historia. Una faena que le sirvió para consagrarse como primerísima figura del toreo a pesar del desacierto con los aceros. Un digno sucesor del torero muerto un año antes en la plaza de Talavera.

Posiblemente, esa tarde de mayo, Manuel Granero dejó de ser un niño que tocaba el violín y que jugaba a ser torero. Esa tarde, Granero se convirtió en una primera figura. Tristemente, un año después, al igual que su admirado Joselito, Granero, con poco más de veinte años, se dejó la vida en los pitones de un Veragua en la plaza de Madrid. Eso es otra historia que también vivió Rosalito con gran pena pues tenía grandísimo aprecio a su maestro. La que nos ocupa es la vivida enfundado en un terno crema y azabache y que le sirvió para consagrarse como primerísima figura. Lástima de su prematura muerte.

Traje que llevo Granero en Madrid en la corrida de su consagración. 

Otra de las corridas históricas en la que Rosalito participa es en Córdoba . Una corrida a Beneficio del Monumento al Gran Capitán. Abajo vemos una foto de esa corrida en la que iba en la cuadrilla del "Maera".



Rosalito es el señalado con el "2". El 1 es Leandro Perlacia y el 3 Faustino Perlacia. En el centro "Maera"


Era Rosalito un hombre de profundas creencias religiosas que transmitió a sus hijos. Y una persona de intensa vida familiar. Como ha quedado dicho se casó con la hija de Leandro Perlacia , doña María Victoria Perlacia Madrazo, y fruto de ese matrimonio nacieron 5 hijos, dos de los cuales, Fidel y Pepe, llegaron a debutar de luces como novilleros aunque no con mucha suerte. El matrimonio llegó a cumplir sus bodas de oro que se celebraron en la intimidad familiar en la finca "La Viña", propiedad de Fidel Rozalem. La prensa de la época se hizo eco de esa efemérides. 

Recogemos a continuación algunas fotos de su vida familiar cedidas amablemente por la familia de Rosalito. 

Fidel Rozalem y Maria Victoria Perlacia el día de su boda

Fidel Rozalem y Maria Victoria Perlacia el día de su boda

Los hijos de Rosalito de novilleros

Rosalito paseando junto a sus dos hijos varones


Parte de estas conversaciones las mantuvo el autor del blog con la nieta de Rosalito, la doctora Arroyo Rozalem,  recorriendo el bonito pueblo de Almonaster la Real cuyo casco urbano está declarado Conjunto Histórico- Artístico y donde se halla la única mezquita conservada en el medio rural de la Península Ibérica que contiene vestigios romanos, visigodos, musulmanes y cristianos. Y la única que realmente está orientada a La Meca. 

Mezquita de Almonaster la Real


 Según cuentan los expertos la Mezquita de Córdoba fue construida por Abderraman I, uno de los últimos miembros de la dinastía omeya que había conseguido huir de Damasco tras la masacre de su familia durante la Revolución abasí.

Se instalo en Córdoba donde instauró el Emirato independiente. Los abasíes trasladaron la capital de Damasco a Bagdad, pero Abderramán mando construir la mezquita mirando a la Gran Mezquita de Damasco y todas las posteriores se orientaron en esa dirección aún estando convencidos de que lo hacían hacia La Meca. 

En Almonaster , al parecer cuando la Basílica visigoda se convierte en Mezquita el geógrafo Abu Ubaid Al Bakri con grandes conocimientos de astrología orienta de manera correcta la Mezquita hacía La Meca.

Conquistada por los cristianos en el siglo XIII, Alfonso X la entrega, junto con otras poblaciones como Zalamea , al Arzobispado de Sevilla en 1279,  donación confirmada en 1286 por Sancho IV. 

Esta situación se prolonga hasta el siglo XVI en que el Papa Gregorio XIII concede bula a Felipe II para enajenar bienes eclesiásticos, entre los que se encontraba Almonaster,  que será entregada al príncipe de Salerno para saldar deudas.

Cuando este intenta vender sus derechos al Marqués de   La Algaba, los vecinos de Almonaster apelan al rey para evitarlo, consiguiendo el 10 de mayo de 1583  que la villa quede en realengo, momento en que se le incorpora la Real y queda incluida en el antiguo reino de Sevilla.

La visita a Almonaster es una delicia para los sentidos, pero al ser este un blog taurino nos detendremos en sus tres plazas de toros. 

Puede que sea un caso único el hecho de que un municipio tan pequeño tenga hasta tres plazas de toros en su término municipal. 

La que en la actualidad está en uso, la que se sitúa junto a la Ermita de Santa Eulalia de la que aún quedan restos y se está restaurando y la que se hallaba en el Cerro de San Cristóbal de la que solo quedan vestigios de piedras. 

Como recoge D. Ignacio Sánchez-Mejías en un artículo del año 2013 en su magnífico blog " la ermita de Santa Eulalia, en el término municipal de Almonaster la Real es un lugar de peregrinación de toda la Sierra y de lugares más lejanos incluyendo Portugal. La ermita esta rodeada de casas de hermandad amplías y diseminadas por una amplia zona. Según los estudiosos la plaza de toros data de los años 1626/1678 cuando está documentado la existencia de una plaza toril. Llama la atención su barrera de piedra. La plaza es preciosa y también en restauración. Cuando este restaurada será una de las plazas de toros más peculiares que se pueda visitar". 

Recuerda con cariño y admiración la Dra. Arroyo Rozalem haber asistido a corridas de toros en esta plaza de Santa Eulalia junto a su padre, D Manuel Arroyo. 

En aquella época todavía no era obligatorio por normativa que los festejos estuvieran cubiertos por asistencias sanitarias, pero su padre en previsión de algún posible incidente siempre asistía a los festejos en Santa Eulalia provisto de material médico e incluso con neveras en las que llevaba reservas de sangre para una primera intervención y posterior evacuación si fuera necesario. 

Plaza de toros de Santa Eulalia. (Foto del blog de D. Ignacio Sánchez-Mejías cuya publicación me ha autorizado)

Plaza de toros de Santa Eulalia. (Foto del blog de D. Ignacio Sánchez-Mejías cuya publicación me ha autorizado)



En la cima del Cerro de San Cristóbal había una segunda plaza de la que hoy solo quedan restos de piedras. 

Según consta en el Boletín Oficial de la Junta de Andalucia del 28 de enero de 2008, en la página 37 , la plaza de toros de la  localidad de Almonaster la Real se declara  como Bien de Interés Cultural dentro del Conjunto Histórico de la localidad. Nos dice en ese documento que data de 1821 y pertenece al Sector Castillo- Mezquita. 

BOJA donde se declara a Almonaster y su plaza de toros Conjunto Histórico


La plaza es realmente curiosa pues se encuentra totalmente integrada en el conjunto histórico que forman la Mezquita y el Castillo, todo ello situado en lo alto de un cerro.  








Esta levantada sobre el antiguo patio de armas de la fortaleza y construida utilizando mampostería procedente de la cerca de la muralla,, apoyada en los lienzos del recinto militar y con vínculos con la ermita. 

Se utilizaron sillares de piedras del castillo para configurar una plaza circular de 32 metros de diámetro interior y unos graderíos que se disponían aprovechando la acentuada topografía y la masa ciclopea sobre ella excavada. 


Los burladeros, se parapetan   con una barrera de madera cuando se celebran corridas, están regularmente repartidos con las puertas; la principal bajo la presidencia, orientada hacia el interior de la fortaleza, y la de toriles, enfrentada, da paso a los corrales situados en el perímetro de la muralla. 

El palco de la presidencia se eleva un metro sobre los tendidos para aumentar el gálibo de la puerta. Pintada de cal en el interior, al exterior se muestra como un lienzo de muralla: una alta tapia de mampostería rematada con un alero de teja árabe, sobre la que se eleva ligeramente la puerta enfoscada y encalada. En la actualidad se celebra un festejo anual en los días centrales de agosto, coincidiendo con la feria de la población. 

Según cuentan las crónicas fue inaugurada en 1821. No hemos podido encontrar quien la inaugura ni ningún documento de aquel evento. 

Como recoge Juan Salazar en su magnifico libro "Plazas de toros, plazas de ensueño" al referirse a la inauguración de esta plaza dice lo siguiente: 

" No he sido capaz de localizar a los coletas que hicieron el paseíllo por primera vez . Estamos hablando de una generación puente, que pasó inadvertida, encajada entre los tres grandes del siglo XVIII, Costillares, Pedro Romero y Pepe Hillo que desaparecieron de los ruedos entre 1799 y 1801, y Francisco Montes Paquiro, el Napoleón de los toreros, gran figura que mostró su maestría a partir de los años treinta de la centuria decimonónica". 

" En la generación puente hubo varios toreros que lucieron habilidades como Juan Núñez Sentimientos, Jerónimo José Cándido, Curro Guillen, Roque Miranda Rigores, Juan León, los Sombrereros. ¿Sería alguno de ellos quien inauguro el coso? Es muy probable. 



Fue reinaugurada en 1891 en una corrida que torean Fernando El Gallo y José Centeno, cuyo cartel reproducimos a continuación. 


 

El cartel está lleno de curiosidades. La corrida se celebra a beneficio de la Congregación de las Hermanas de la Inmaculada Concepción. 

Se lidian 4 toros ( en lugar de 6) de la renombrada ganadería de Sres de Arriba Hermanos. 

La plaza de abrirá a las tres empezando la corrida a las cinco. 

El precio es de 16 reales a la sombra y 12 reales al sol. 

Se resalta que todos los picadores , los banderilleros y el cachetero son de Sevilla, así como los diestros. 

Se nombra a todos los participantes y así son citados como picadores a Fernando de la Vega, Andrés Castaño (Cigarrón) y Pedro Lagar (Loro). Son los banderilleros Baldomero Aranda, José Antolín,  Antonio Fuentes, Cándido Carmona (Cartujano) y Antonio Álvarez (El Comerciante). 

Se observa que entre los banderilleros estaba Antonio Fuentes, al que años más tarde Guerrita nombró como sucesor suyo en aquella famosa frase  " Después de mi naide, y después de naide, Fuentes". 

Se anuncia como cachetero a Baldomero García y se resalta que también viene de Sevilla. El término cachetero casi se ha perdido hoy en el lenguaje taurino y es aquel que se encarga de rematar al toro con la puntilla o cachete, que no es otra cosa que un puñal corto. 

A pie de cartel se puede leer. Los toros estarán de manifiesto en el sitio más cercano de la población para aquellos aficionados que gusten puedan ver el inmejorable estado en que se encuentran de gordura y trapío

Jose Centeno y Lavoise nació en Sevilla el 8 de mayo de 1861. Hijo de Jose Centeno y Balbina  Lavoise . Vivian en la casa número 4 de la Plaza de Zurradores. 

En cuanto recibió la instrucción primaria le dedicaron sus padres al oficio de curtidor, que ejerció hasta la edad de 19 años. A la muerte de su padre se traslado a Portugal , donde aprendió el de taponero, llegando a ser en ambos buen oficial. 

Tanto en Sevilla como en Portugal asistía a espectáculos taurinos y se decidió a probar suerte en 1881, debutando en una capea en Zahara. 

Primero fue picador, luego se hizo novillero y es Fernando El Gallo el que le da la alternativa el 10 de octubre de 1886 en la plaza  de Valencia.  

Tras la alternativa marcha con Fernando El Gallo hasta Uruguay, donde torea y triunfa en once corridas.

Sin ser conocido de la afición madrileña se presentó ante la misma el 22 de mayo de 1887 ( misma fecha que el debut de Perlacia en la Maestranza y que la presentación de Perlacia en Madrid) para confirmar la alternativa de manos de Currito con un toro llamado Meleno. A pesar de las malas condiciones de los toros su trabajo fue mucho mejor que el de Currito y el de Angel Pastor. Mostró en esa tarde ser de los que paran los toros y de los que se arrancan a matar en corto y por derecho como mandaban los cánones, aunque dejo ver deficiencias en el manejo de la muleta.

La segunda vez que actúa  en Madrid lo hace ni más ni menos que con Frascuelo y Lagartijo. El mejor elogio de aquella tarde fue leer en la prensa de la época que no desmereció de sus compañeros y que el público le batió palmas en diferentes ocasiones .

En Sevilla alternó con Frascuelo el 9 de junio de aquel año , no matando el sexto toro por volver al corral a causa de estar todos los picadores en la enfermería con lesiones de mayor o menor entidad.

En 1897 sufre una fuerte cornada en México, donde toreaba con mas frecuencia que en España y estando en México anuncia su retirada en el año 1900. En 1905 vuelve a Sevilla donde se dedica a los negocios del corcho, y en julio de 1910 con solo 49 años de edad fallece de un cáncer de lengua.

José Centeno


Fue el tío del famoso Manuel Centeno , el denominado " Emperador de la Saeta" que en 1926 cantó por primera vez a la Cruz  de Guía de la Hermandad del Silencio la inmortal saeta "Silencio, pueblo cristiano" que dice así: 

Silencio pueblo cristiano, 

aquí tenéis al redentor

con esa cruz tan pesada,

redimiendo al pecador

con los tormentos que le daba. 

Rosalito de Valencia estableció su domicilio en la calle Boteros, en el sevillano Barrio de la Alfalfa. Con profundas raíces cristianas solía acudir en la madrugada del Viernes Santo a la salida de la Hermandad del Silencio, próxima a su domicilio, para escuchar la saeta del sobrino del diestro que había inaugurado la plaza de Almonaster, sin ser sabedor que con el paso de los años su nombre quedaría inmortalizado en una bella casa de ese pueblo en la placa de la cabeza de un novillo al que banderilleo de manera magistral.   

El diestro José Centeno con su sobrino el cantaor Manuel Centeno

Fernando el Gallo fue el padre de Joselito y de Rafael El Gallo. Llevaba en su cuadrilla como banderillero desde 1882 a Guerrita que estuvo en su cuadrilla hasta que en 1885 pasó a la de Lagartijo. 

Como indica Juan Salazar en el mencionado libro  la figura del Fernando El Gallo fue muy peculiar como a su vez refleja Aurelio Ramírez Bernal, respetado cronista de la época  en su libro "Memorias del tiempo viejo".

" Me hallo frente a frente  con un maestro en la teoría y un inconsecuente en la práctica. Hablando parecía poseer el verbo de la tauromaquia. ¡ Que bien decía y cuanta lógica tenían sus argumentos!

Pero en el palenque de la verdad, en el terreno de los hechos, ante los públicos y ante las reses ¡que diferencia!

 Borrábase el clasicismo de salón y comenzaba el miedo, la superstición, el aplanamiento que agotaba las fuerzas físicas, la potencia intelectual". 

Que gran verdad no solo en la tauromaquia sino en la propia vida. Cuantas veces no habremos sido como Fernando el Gallo  maestros en la teoría e inconsecuentes en la práctica en cualquier faceta de nuestra vida. 

La fecha de 1891 se ve recogida en la reja que luce sobre la puerta principal de la plaza. 

La Dra. Arroyo Rozalem, nieta de Rosalito en la puerta principal de la Plaza de Almonaster




En la plaza de Almonaster se han iniciado grandes figuras del toreo  y en los tiempos actuales se vienen celebrando festejos de las Escuelas Taurinas de Andalucía en el Plan de Fomento de la Cultura Taurina de donde han salido diestros como Roca Rey, Ginés Marín , Borja Jiménez o Juan Ortega entre otros, como queda de manifiesto en carteles que con el paso de los años serán históricos por la dimensión que algunos de los citados están tomando en la historia de la tauromaquia. 




Recientemente comentaba con Jacinto Ortega, padre de Juan Ortega, que fue en esta plaza donde se produce el primer gran éxito de su hijo en una corrida televisada por Canal Sur donde cuaja una faena en la que corta dos orejas a un novillo del Marqués de Domecq dando un recital de toreo clásico y con gusto. Recogemos algunas de las imágenes de aquel día que amablemente nos ha cedido el padre del diestro y que con el paso de los años serán históricas por la proyección que este torero tiene y la huella que dejará en el tiempo. 






 

La heráldica nos cuenta que Rozalem, es un linaje muy noble y antiguo, que tuvo su casa solar primitiva , en el lugar de Rozalem del Monte, del cual fueron sus señores (provincia de Cuenca). 

Sus descendientes, se extendieron por los reinos de Aragón y Valencia. Probaron su nobleza, ante el Tribunal del Gran Justicia de Aragón, como así mismo ante la Real Audiencia de Zaragoza. Sus armas son un águila de sable negra cargada en el pecho, en campo de oro, de un escudo de oro, con una banda de gules roja. 

Escudo de armas de los Rozalem


Curiosamente la patrona de Rozalem del Monte es Santa Quiteria, cuya festividad se celebra el 22 de mayo y a la que se rinde culto en esa localidad y en Arcos de Salinas lugar natal de Rosalito.  

Una orla y una cabeza de toro nos retrotraen a los inicios del siglo XX, enlazan la historia de tres familias, nos ayudan a recorrer hitos históricos de la tauromaquia, nos hacen ver las plazas de toros de una manera diferente y nos recuerdan la importancia de los subalternos . 

Ya cantó Gerardo Diego a las cuadrillas de toreros

" Quiero cantar a la cuadrilla ordenada, 

la lanzadera, el tapiz de la lidia, 

hilos de plata y de seda que tejen

la trama de un cuarto de hora.

Quiero exaltar el honor subalterno, 

solo empeñado en labrar pedestales..."

La grandeza del subalterno esta en proporcionar la gloria al Maestro y lo que conforta al subalterno es la gratitud del Maestro, que cuando es tal sabe lo que adeuda y dice de él , como Neruda de España: "el subalterno en el corazón".

Así pasó a la historia Rosalito de Valencia. En el corazón de todos los grandes diestros con los que lidió y sobre todo en el corazón de su familia. 

Historias en torno a una cabeza de toro y una orla... 







Hoy se torea en el Cielo por chicuelinas

Decían de él que toreaba como los ángeles y que sus muñecas eran de cristal por la suavidad con la que mecía el capote. Cuentan que ha entra...