domingo, 19 de julio de 2020

La Plaza Real y Gallito. Dos aniversarios en uno.



" Es la Plaza de Toros de la muy noble y muy leal ciudad del Gran Puerto de Santa María, de tanta solera taurina como las de la Maestranza de Sevilla y de la de Ronda. Fue primero, desde 1768 plaza de galeras, hasta el 1808 y en ella fue mortalmente herido el 23 de junio de 1771 el famoso José Cándido. Sufre la destrucción por fuego, el 13 de septiembre de 1813 y en 1842 se reedifica y reforma hasta 1876 en que ya se construye la actual, inaugurándose el 5 de junio de 1880 con 6 toros de Anastasio Martín, que despacharon Antonio Carmona ( El Gordito) y Rafael Molina (Lagartijo).
Consta plasmada en ella , la gran leyenda sobre la figura cumbre de la Fiesta de los Toros , José Gómez (Gallito), que es un acierto tanto en lo escrito, como en su colocación."

El Conde de Colombí. Junio de 1968

Carta manuscrita del Conde de Colombí para el prólogo del libro "Plaza Real".




Estas palabras del Conde de Colombí, natural de Alcalá de Guadaira como hace poco me recordaba el Maestro Sánchez Araujo, sirven de prólogo al maravilloso libro escrito por Manuel Martínez Alfonso en la década de los años 60 del siglo pasado sobre la Plaza Real del Puerto de Santa María que este año cumple 140 años.

Los toros en el Puerto se vienen celebrando desde mucho antes. El notable historiador portuense D. Hipólito Sancho, nos dice que  a principios del siglo XVII en la explanada de la Plaza de la Iglesia Mayor ya se celebraban corridas de toros.

En 1697 se celebran corridas en la Plaza del Polvorista, donde se sitúa la Casa de las Cadenas en la que durante algún tiempo se instalo el rey Felipe V.

Con posterioridad las corridas se celebraron en la Plaza de la Herrería frente a la Capilla de las Galeras allá donde D. Juan de Austria escuchó misa en su solemne despedida para afrontar la Batalla de Lepanto.

Ninguna de esas plazas eran como tal plazas de toros, aunque en ellas se celebraran  corridas.

La primera plaza que tiene El Puerto la construye Nicolas Lupo en la Plaza del Ejido de San Francisco en 1769.

Uno de los primeros carteles conservados de toros en El Puerto donde se anuncian nada menos que Pedro Romero y Pepe Hillo el 20 de junio de 1780


Cartel de toros más antiguo conocido en El Puerto del año 1770 donde se anuncia José Cándido que al año siguiente moriría cogido en la Plaza de El Puerto.

Esa plaza es efímera y prácticamente en el mismo sitio se construyen la segunda  y tercera plaza del Puerto de Santa María. En aquella época el empresario que regentaba la plaza la construía y prácticamente la derribaba al finalizar la contrata.

De hecho en 1802,  D Esteban Rice se compromete a regentar la plaza. En el pliego del concurso se puede leer que el adjudicatario "levantará plaza de madera, en el mismo sitio que estaba la anterior, la cual será sujeta a las correspondientes inspecciones o reconocimientos":

Este empresario fue perseguido por la mala suerte, pues tuvo la desgracia de caerse en la jaula de un chiquero en el que había un toro y aunque salió ileso del percance nunca olvidaría aquella impresión.

El 13 de septiembre de 1813, día con fuerte viento de  levante y con demasiados treces en la fecha, un voraz incendio destruye la cuarta plaza del Puerto.

No se desanima el Sr Rice y construya tras el incendio la quinta plaza. Esa plaza tuvo una vida corta pues fue derruida en 1842 para que una sociedad anónima constituida al efecto construyera la sexta de las plazas.

De está  ultima cuenta el cronista Pazos : "Era la tarde del 10 de julio de 1877; el tañido de las campanas anunciaba un incendio y corrió veloz por todos los ámbitos del pueblo, que estaba ardiendo la Plaza de Toros. Al llegar las autoridades todo el edificio era una inmensa  hoguera." Había ardido la última plaza de toros de madera que tuvo el Puerto de Santa María.


Incendio de la Plaza de Toros en dibujo de la época



Tan solo dos días mas tarde, el 12 de julio de 1877 se constituye la Junta iniciadora de la construcción de la Plaza de Toros del Puerto de Santa María, que derivó en la constitución de la Compañía de la Plaza de Toros del Puerto de Santa María ante el notario D. Esteban Paullada,  nombrándose presidente de la sociedad a D. Tomás Osborne y Bohl de Faber

Se presentan  diversos proyectos al concurso de construcción pero es el del ingeniero  D. Mariano Carderera y Pardo,  que lo había hecho en coordinación con D. Manuel Pardo, Catedrático de la Escuela de Ingenieros Civiles, el que gana el concurso.

Digno de lectura es el informe técnico que hace un ingeniero de la Compañía de la Plaza de Toros en el que dice entre otras cosas que "el interior del circo será sin duda alguna el más vistoso y alegre de los construidos en España, pues todo se haya bien combinado y estudiado, tanto en la disposición de los adornos y del colorido, como en el partido que se ha sabido sacar de los sencillos elementos que entran en su construcción. Hoy posee el Puerto de Santa María un proyecto perfectamente estudiado y, mas tarde, como si es de esperar se realiza tendrá el primer circo de España".

El 1 de noviembre de 1878 se pone la primera piedra en una sencilla ceremonia a la que acudió  de manera espontanea la banda de música de la Academia Filarmónica.

La construcción de la Plaza pasó por innumerables vicisitudes.

 Una de las más significativa fue las dificultades que conllevó  la adquisición de las numerosas piezas de hierro que tiene la construcción.

Hubo problemas de suministro con varias fábricas en España.  Finalmente se contrató con unos fabricantes de Marchienne en Bélgica.

Eso demoró mucho la construcción ya que la llegada de los hierros era indispensable para que la Plaza pudiera ser entregada en la fecha comprometida , el 31 de mayo de 1880.

Dice el cronista Pazos. "Explicar el gozo con que fue acogida la noticia del embarque en Amberes a bordo del vapor "Balboa" de más de la mitad del hierro sería una tarea ímproba y difícil"

Pero el  "Balboa" se hundió  con todo su cargamento a la altura de Lisboa. No llegaría el hierro hasta febrero de 1880 en el vapor "Juan Cunninghan".

Las obras se aceleran y se trabaja hasta los domingos tras pedir licencia a las autoridades eclesiásticas.

Don Tomas Osborne, desde Sevilla, sigue atento el mínimo detalle de la construcción y en una carta fechada el 9 de mayo de 1880 pregunta a los encargados de la obra

" ¿Hay urinarios en el piso alto? No recuerdo haberlos visto y son más necesarios que en ninguna parte, para evitar que los orines caigan en forma de lluvia en el otro piso, como en la plaza antigua. Si no los hay es necesario que el Consejo determine algo para ponerlos".

Don Tomás Osborne Bohl de Faber


La Plaza se finalizó en plazo. En la imagen de abajo la vemos terminada antes de su inauguración.


Finalmente se puede llegar a la solemne inauguración de la Plaza. Se organizan dos extraordinarias corridas de toros los días 5 y 6 de junio de 1880.




Cartel de las corridas de inauguración de la Plaza de El Puerto los días 5 y 6 de junio de 1880



En ambas torean los diestros Antonio Carmona "El Gordito" y Rafael Molina "Lagartijo". El primer día se lidian toros de D. Anastasio Martín y el segundo de la Viuda de Saltillo.

La revista taurina "El Toreo" que solo se publicaba los lunes saca un número especial el miércoles 9 de junio de 1880 con motivo de la inauguración de la Plaza de Toros de El Puerto.

Número extraordinario de "El Toreo" con motivo de la inauguración de la Plaza de El Puerto


En ese número,  que es una autentica joya , firmado por el crítico Paco Media Luna pueden leerse fragmentos muy curiosos que pasamos a reproducir para hacernos una idea de lo que fue ese día. 

"La inauguración de una plaza de toros en un pueblo de Andalucía, es uno de los acontecimientos que dejan mayores recuerdos en un viajero. No es posible dar idea aproximada de la animación y la alegría que reina entre los aficionados de la tierra clásica del toreo."

"Pero nada tiene comparación con la fiesta, siempre famosa, que allí se llama los toros del Puerto; las corridas de esta bellísima ciudad han sido siempre famosas, y a su constante celebridad habría ahora que añadir el aliciente  de inaugurarse la plaza, y el de hacer muchos años que en aquel punto no se veían corridas de toros.

El Puerto de Santa María el sábado y domingo último ha ofrecido un aspecto indescriptible: sus hermosas y largas calles, llenas de forasteros; sus grandes miradores cuajados materialmente de preciosísimas mujeres; la ría llena de vapores que de momento en momento iban aumentando el número de viajeros, y por todas partes la mayor alegría y la animación más viva que pueda formarse idea."

"Las cuatro y media del día 5 del corriente eran la hora y la fecha señaladas para inaugurar la plaza del Puerto. A las dos ya había gente en los alrededores del circo, y cuando este se abrió la gente penetró empujándose para tener el gusto de estrenar una localidad".

"Entre el público abundaba el sexo bello, que en Andalucía,  y en El Puerto sobre todo,  es más bello que en otras partes".

"Momentos antes de comenzar la fiesta ,  en el palco regio se presentó el Capitán General, y en el de la izquierda de esté la princesa Ratazzi y su hija, vestida de torera. El público pidió que saludara, y la niña con el mayor garbo contestó a los aplausos de los espectadores quitándose graciosamente la montera."

Es curioso que en la crónica se resalte la presencia de Madame Rattazi, o lo que es lo mismo doña María Leticia Wise-Bonaparte, una de las aristócratas más importantes y afamadas del momento en toda Europa.

Prima de Napoleón III, que la expulsó de Francia por los celos que esta provocaba en su mujer Eugenia de Montijo.

Durante su estancia en Italia fue conocida como la "Divina Fanciulla" por sus habilidades en las artes amatorias.

La princesa Ratazzi


La princesa Rattazzi había venido a Sevilla para ver la Semana Santa y deciden alojarla en la primera casa que se construyo en la Alameda de Hércules. La casa de estilo parisino que se había hecho construir el Marques de Esquivel, conocida como "Recreo de la Alameda" o  "Casa de las Sirenas" por las dos esculturas que flanqueaban su acceso.

La Casa de las Sirenas en la Alameda de Hércules de Sevilla


Parece que esta señora no vio mucha Semana Santa aquel año , pero si es seguro que la vida social de la ciudad giró durante meses en torno a la Casa de las Sirenas. Al "Recreo de la Alameda" acudían intelectuales, artistas y escritores y mucha fama adquirieron las fiestas de la princesa. De hecho hasta mediados del siglo XX la Casa de las Sirenas es conocida como el Palacio Ratazzi. Su estancia en Sevilla se prolongó y sus contactos sociales la llevaron a ver la inauguración de la plaza de El Puerto y a ocupar un lugar distinguido.

A las cuatro y media en punto se inicia el paseíllo. El Gordito de verde y oro. De lila y oro Lagartijo. En medio de los dos un niño. El hijo de El Gordito. La música del Regimiento de Ingenieros ameniza el paseíllo.

El primer toro que se lidia en la Plaza , según la crónica de "El Toreo", se llama "Bordador" y era berrendo en negro, botinero, capirote, apretado y algo caído de cuerna. Por la mañana se había pasado de un chiquero a otro y fue necesario mucho trabajo para pasarlo a su lugar.

"Estando  el toro tomando un puyazo se echo a la plaza un individuo con un sombrero de paja en la mano por toda defensa y un poco de vino en el cuerpo. En cuanto el toro lo vio se le arrancó , y gracias al Gallo que le metió el capote, no se quedo aquel cristiano herido para estrenar la plaza".

El Gallo al que se refiere era José Gómez el Gallo ( hermano del padre de Joselito y por tanto su tío) que iba en la cuadrilla de Lagartijo.

La faena no pasará a la historia por su brillantez. La cabeza de "Bordador" se conserva en la antesala del Palco Presidencial

Cabeza de "Bordador" en la antesala del palco presidencial


Lagartijo tampoco estuvo brillante en ninguno de sus toros. Destaca de la crónica lo siguiente cuando se habla del segundo toro de la tarde.

"Los picadores de tanda fueron revelados por los de la cuadrilla de Lagartijo. Parece que entre las rarezas de Antonio Carmona se halla también la de que sus toros deben ser picados por su gente nada mas. ¡ Que de cosas van inventando los picadores modernos!" .

La segunda de las corridas cuenta también con la presencia de la princesa Ratazzi y es más brillante que la primera.

Los toros de Saltillo dieron más juego que los del día anterior.

Al primero de la tarde de nombre "Redomito" o "Reomito", cuya cabeza está en las oficinas de las Bodegas Osborne, El Gordito le hizo una colosal faena.

Cabeza de "Reomito" que se conserva en las oficinas de la Bodega Osborne


Tanto fue así  que cuenta la crónica que "el entusiasmo fue grande. Muerto el toro, un individuo se arrojó al redondel y se puso de rodillas delante del El Gordo a adorarle como un santo. Dicho cristiano llevaba en el cuerpo otra santa que se llama Santa Manzanilla de El Puerto".

Destaca el cronista que "este día no se varió la tanda de picadores para cada toro sino a mitad de la corrida, como se ha hecho siempre en todas las plazas de provincia "

El Gordito , excelente banderillero brindo una serie a la niña Roma Ratazzi, que en agradecimiento le  tiró una petaca.

La segunda corrida fue mejor que la primera, pero el balance del estreno fue muy positivo.

Los mano a mano entre El Gordito y Lagartijo eran frecuentes en la época.



De especial relieve fue el que tuvo lugar en El Puerto el día de Santa Ana de 1869 en una de las antiguas plazas de toros de El Puerto.

Y no fue por los toreros sino porque se lidio uno de los toros más bravos que se hayan lidiado en las plazas españolas. El toro se llamaba precisamente "Gordito" de la ganadería de D. Juan López Cordero.

En un artículo publicado en la "Revista Portuense" varios años después, en concreto el 27 de julio de 1898 se habla de este toro, que tomó un total de treinta varas, ocasionando otras tantas caídas, dando muerte a dieciocho caballos , y malhiriendo a otros tres que tuvieron que ser apuntillados  en las cuadras.

Dice  la crónica referida.

" Y ahora viene el héroe de la tarde. Abierta la puerta de gayola, apareció en el ruedo un hermoso toro de pelo negro , de muchísimas libras y de no mucha alzada; se llamaba Gordito, tomó treinta varas en esta forma: nueve de Onofre Álvarez, ocho de Antonio Calderón y trece de Juan Mondejar (Juaneca), dándoles a todos ellos sus correspondientes caídas y dejando en el redondel dieciocho caballos muertos y tres muy mal heridos; cuando se cambio la suerte, a pesar de echar por el morillo la sangre como sale el agua del surtidor de una fuente, estaba desafiando y como si nada le hubiera ocurrido.

El publico que llenaba por completo la plaza, se levantó en masa, pidiendo le fuera perdonada la vida a tan bravo animal; el presidente señor Valdeavellano accedió inmediatamente a la petición de los espectadores saliendo los mansos que arroparon a Gordito tributando los espectadores una delirante ovación al dueño de la ganadería D. Juan López Cordero que presenció la corrida desde un palco.

Difícilmente se encontrará en los anales taurinos un cornúpeto que en su tarea inutilizase veintiún caballos, como hizo Gordito, siendo su mérito aún mas de apreciar cuanto que fue castigado por picadores de tan pujante brazo como Onofre, Calderón y Juaneca.

La cabeza del referido toro se encuentra disecada en la casa que en la calle de Caballeros de Jerez habita la bellísima señorita María del Carmen López y Ramos , nieta del famoso ganadero."

Lámina del toro "Gordito" indultado por su bravura en El Puerto en 1869



El panorama taurino del año 1880 estaba dominado por la competencia entre Lagartijo y Frascuelo.
El Gordito era el tercero en discordia ya casi en retirada.

Una copla popular, recogida por Cossío, resume en pocas palabras el panorama de las primeras  figuras de aquellos tiempos:

De Córdoba, Lagartijo
y de Granada , Frascuelo;
de Algeciras , Cara Ancha
y de Cadí, el Marinero;
de Sanlúcar de Barrameda
el simpático Hermosilla,
y el Gallo y el Espartero,
salero,
de la ciudad de Sevilla.

En este caso el Gallo, es Fernando el Gallo , padre de Joselito.


Fernando tuvo  una gran relación con El Gordito que fue su maestro. De hecho El Gordito llevo en su cuadrilla a Fernando El Gallo. La principal aportación técnica de El Gordito fue el quiebro, que practicaba tanto a cuerpo limpio con las banderillas como con la capa y la muleta. Era el elemento diferenciador de su toreo.

El Gordito en 1878 con su cuadrilla en la que están Currito , el hijo de Cuchares, Cuatro Dedos y Fernando el Gallo



 También instruyó a Joselito . Las banderillas al quiebro de Joselito tenían una clara influencia de El Gordito. Cuenta la revista "Los toros" que Antonio Carmona contaba con 72 años cuando a finales del invierno de 1910 coincidió con Joselito en la finca "Las Cuatro Navas".

Dice la revista "Grande era la curiosidad que había despertado el anuncio de que torearía el hermano pequeño de Gallito, y no fue defraudada ni mucho menos, pues el chiquillo ejecutó infinitas suertes que no se sabe porque asombraban más , si por el puro clasicismo con que se hacían, o por ser un verdadero niño el que hacia aquello que tan pocos hombres saben hacer.

El Gordito da instrucciones a Joselito ante la atenta mirada de los asistentes al tentadero en "Las Cuatro Navas".



"Hubo un momento en que todos los asistentes a la fiesta formaron corro alrededor del simpático anciano Antonio Carmona (Gordito) que daba lecciones de manejo de la muleta al pequeño Joselillo Gómez. La escena resultaba interesantísima. No se sabía que admirar más , si la claridad con la que el célebre  ex diestro daba sus explicaciones teóricas , o la atención que ponía el futuro buen torero en todo lo que decía el que hace tantos años fue el maestro de su padre".
El Gordito posa ya retirado.

El Gordito y Joselito con todos los asistentes al tentadero en 1910.

 


Pocos años después de aquello , en concreto el domingo 21 de junio de 1912 debuta como novillero  en El Puerto Joselito el Gallo junto al novillero con el que hacía pareja desde niño José Gárate "Limeño".

Joselito se apodaba entonces "Gallito Chico". En su debut en El Puerto salió a hombros por la Puerta Grande y los periódicos de la época titulaban  "Tardaremos  tiempo en ver cosa igual".

Debut de Joselito de novillero en El Puerto de gris perla y oro



Como matador de toros solo seis veces actuó Joselito en el Puerto de Santa María lo que no fue óbice para que quedase impactado por los días de toros en El Puerto. Cuando pronuncia su famosa frase en San Sebastián sobre quien no ha visto toros en El Puerto solo ha toreado dos veces allí. Su debut como novillero y su primera corrida de toros.

Su primera actuación como matador de toros fue el 26 de marzo de 1916 en un mano a mano con Juan Belmonte. Hasta dos mil visitantes se desplazaron de Cádiz capital para presenciar el festejo y más de cinco mil quinientos de distintas poblaciones.

Desde fecha muy remota eso siempre venía ocurriendo en El Puerto como reflejan unos versos que improviso el periodista del diario "Jerez", D. Primitivo Mateo, con ocasión de encontrarse comiendo con unos amigos en la fonda de Vista Alegre, en un día de toros en El Puerto, a fines del siglo XIX.

Los toros del Puerto son
desde fecha muy remota
delirio de la afición
donde acuden con tesón
Cádiz, Jerez, La Isla y Rota.
Y si trabaja Hermosilla
Sanlúcar da un contingente
que es en verdad maravilla
porque lleva con sus gentes
efluvios de manzanilla.

Aquel día la partida se la llevó Joselito que como titulaba algún periódico de la época se merendó a Belmonte.




El 3 de septiembre del mismo año 1916 se volvían a anunciar  juntos , pero Belmonte no pudo acudir por haber resultado cogido y alternó con el vallisoletano Pacomio Peribañez que estuvo muy bien aquella tarde y corto dos orejas y el rabo a uno de sus oponentes. Peribañez dejaría los toros para dedicarse a ser actor de teatro.

 Joselito azuzado por el éxito de su compañero de cartel realiza una de las mejores faenas de su vida aquel día . Una frase de la crónica de la "Revista Portuense" resumen lo que debió ser aquella faena. "El toro está borracho de la enormidad del torero que tiene por delante". Corta dos orejas y rabo y da dos vueltas al ruedo con el público enfervorizado.

Desplante de Joselito en El Puerto. Obsérvese el sombrero que le tiran desde la grada.



El 2 de septiembre de 1917 se anuncia Joselito por tercera vez en El Puerto como único espada. Aunque se llegan a editar los carteles y los programas de mano, Joselito no llegó a torear nunca seis toros en El Puerto. El cartel se reformó y se hizo un mano a mano  entre José y su hermano Rafael. Ambos hicieron el paseíllo ese día vestidos de verde y oro.

Cartel anunciando a Gallito en solitario en El Puerto. No se llegó a celebrar esa corrida


El 1 de septiembre de 1918 vuelve a torear Joselito en El Puerto tras muchos cambios de cartel. En principio se anunció un mano a mano entre José y Juan, pero tampoco pudo asistir Juan Belmonte. Entonces se acordó la actuación de José en solitario, pero tampoco termino de cuajar.

Finalmente se confecciona un cartel con Rafael el Gallo, Isidoro Flores y Joselito. El cartel tenía el aliciente de ser la despedida de Rafael el Gallo de la afición andaluza, ya que ese año había anunciado  su retirada. Rafael estuvo ese día colosal luciéndose incluso en banderillas. Cuando daba la vuelta al ruedo , desde el tendido le arrojaron un gallo vivo, que muy garboso se dio la vuelta al redondel detrás del diestro , como una simbólica sombra.

El 6 de abril de 1919 vuelve a torear José  en El Puerto junto con Fortuna e Ignacio Sánchez Mejías. Ese día torea con el traje negro con bordados negros que lució tras la muerte de su madre. Cuentan las crónicas de aquel día que los tercios de quites que se vieron difícilmente se podrán igualar.

Vista aérea de la Plaza de Toros del Puerto en el siglo pasado.


La última corrida de Gallito en El Puerto fue el 29 de junio de 1919. Se proyectó un mano a mano con su cuñado Ignacio Sánchez Mejías, pero no pudo ser por cogida previa de este. Fue sustituido por Varelito y Limeño. De aquel día destacan las crónicas tres superiores pares de banderillas de Joselito.

Nadie sabía ni siquiera imaginaba  que era la última corrida de Joselito en El Puerto.

Curiosamente , salvo la corrida mencionada al principio, Juan Belmonte no actuó durante los años citados en El Puerto, por lo que la afición portuense no pudo ver a Belmonte en la Edad de Oro del toreo. Si torearía tras la muerte de Gallito,  dándose la circunstancia que la última foto pública de Juan Belmonte antes de su muerte se realiza en una corrida a la que acude como espectador. Fue el 1 de abril de 1962 en el homenaje a "Carnicerito"

Última foto de Juan Belmonte captada en la Plaza de El Puerto días antes de su muerte


Joselito tuvo mucha relación con El Puerto y tenía muchos contactos personales y amistades íntimas.

De hecho llega a actuar como padrino de bodas en el enlace matrimonial de la señorita  Vicenta Ribera Jiménez con D. Antonio González como se aprecia en la foto de abajo.

Joselito en El Puerto como padrino de boda.



El próximo seis de agosto se volverán a celebrar toros en El Puerto en una corrida que tendrá una doble conmemoración, el centenario de la muerte de Joselito y el 140 aniversario de la inauguración de la plaza.




Será una bonita ocasión para vivir intensas emociones y acudir a la Plaza Real teniendo en la mente aquellas palabras de Fernando Quiñones en su obra "Toros en El Puerto"

"Por entre las macetas del balcón, muy lejos, espejeaba al sol la desembocadura del rio, y de la angosta calle principal, a cincuenta metros, llegaba el rumor de la multitud apelotonándose hacia la distante y gran Plaza Real..."



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Hoy se torea en el Cielo por chicuelinas

Decían de él que toreaba como los ángeles y que sus muñecas eran de cristal por la suavidad con la que mecía el capote. Cuentan que ha entra...