domingo, 9 de agosto de 2020

Un día de toros en El Puerto

Un día de agosto de 1916 tras una corrida en San Sebastián varios ilustres aficionados discutían sobre cual era la mejor plaza de toros para presenciar festejos. Unos decían que Madrid, otros que Sevilla , algunos que Ronda, los aficionados locales se debatian entre Bilbao y San Sebastian.

Un ministro del Conde de Romanones, preguntó a Joselito que acababa de torear esa tarde. Joselito muy serio sentenció como solía hacer.

"Quien no ha visto toros en El Puerto no sabe lo que es un día de toros". Y hay que resaltar que Joselito no dijo , no sabe lo que es una tarde de toros, ni siquiera una corrida de toros, como equivocadamente algunos citan. Dijo, con toda su sapiencia , un día de toros.

Hace falta ir al Puerto para saber lo que es un día de toros. Aunque sigue teniendo su encanto ya no es ni sombra de lo que debió ser en tiempos de José. Pero sin duda un día de toros en El Puerto es diferente.

¡ Los toros de El Puerto! Su evocación trae a la memoría los días gloriosos del espectáculo más nacional, con su secuela de rumbo, ritmos y cantes de los Puertos. El Arenal de Sevilla, la calle de Álcala de Madrid, quedaban muy por bajo de la vía portuense camino del circo taurino!.

Evocaba así esos dias de corrida el historiador Santiago Montoto en un artículo publicado en ABC de Sevilla el 7 de septiembre de 1952.
 
Pero como bien indicaba Joselito un día de toros en El Puerto trascendia a la propia corrida. 

Ya en el siglo XIX raro era el cartel de toros que no terminarse con la siguiente frase

"Por la mañana se correrá el toro del aguardiente". Cossio en el tomo I de su obra aclara que esa costumbre tuvo su cuna en El Puerto. Quizás fuera el germen de los toros que hoy dia se siguen corriendo por las calles en muchas  localidades. Pero en El Puerto tenían la singularidad de que no se corrían por las calles sino en el interior de la Plaza.



 

Lo del nombre proviene evidentemente de la bebida que los mozos tomaban para aliviar el frio mañanero y para armarse de valor para poder correr el toro. Ya en un cartel de 1845 se podía leer "El toro del aguardiente se soltará a las seis y media de la mañana para que los aficionados se diviertan". 

El toro del aguardiente se lidiaba al principio por aficionados y luego por cuadrillas organizadas y la plaza se solía llenar por la mañana para ver ese espectáculo. 

Se hacía después del encierro de los toros que se iban a lidiar en la corrida de la tarde. Normalmente los toros eran llevados a pie a la plaza y solían descansar los dias previos  en el Cortijo del Marques del Castillo San Felipe, donde los aficionados podían visitarlos.

Encierro en la Plaza de El Puerto


 

Nos dice la "Revista Portuense" de 23 de junio de 1893. 

" Ayer fueron al Cortijo del Marqués del Castillo de San Felipe infinidad de aficionados para ver el ganado de Saltillo. De Jerez vinieron muchas personas a caballo y en carruajes otras. Todos salieron satisfechos de la lámina y buen trapio de los toros. . Muchos de los aficionados entraron en El Puerto dando un paseo y volvieron  ya de noche a Jerez". 

Del lugar de descanso a la plaza se llevaban los toros a las primeras horas del día de la corrida. Más de una vez algún toro se perdió o se escapó y montó un incidente  de orden público.
 

En ese anecdotario resalta lo publicado como reseña histórica en el semanario  "Cruzados" el 1 de julio de 1944 firmado por Don Fulano que  dice: 

" Cuando conducian los toros los ganaderos para la Plaza , a los bichos les dio por coger por la calle Larga y asustar a los pacificos vecinos; pero mucho más al monaguillo del Convento de las Capuchinas, pues uno de los animales parecía un poco sociable y quiso hacer unas cuantas visitas, y entre ellas se coló en el patio del Convento de las Madres, y ya se pueden imaginar ustedes lo que ocurrió. Y menos mal que el monaguillo no iba vestido de "colorao". La última noticia que tengo es que va a presentarse este verano a las carreras pedestres": 

A finales del siglo XIX es cuando se empiezan a trasladar los toros encajonados a las plazas, siendo la del El Puerto una de las primeras en la que se adopta esa costumbre . De hecho el 27 de mayo de 1888 se lidian seis toros de El Conde de la Patilla y en los carteles de esa corrida se lee:

" Los toros seran encajonados en Madrid y conducidos por ferrocarril a esta estación, donde llegaran con tres días de anticipo al de la corrida , a fin de que puedan descansar"

Con posterioridad alguien tiene la brillante idea de desencajonar los toros en la misma plaza después del toro del aguardiente lo que tuvo gran éxito taquillero.

Decía la prensa local en 1892. "Anoche en el despacho de billetes para el toro del aguardiente, habia mucha gente que se disputaban ser los primeros en tomar entrada. Ha contribuido mucho en la animación para asistir a dicha fiesta matutina la idea de la empresa de desencajonar los toros en el mismo redondel de la plaza y a la misma hora que el toro del aguardiente". 

Durante muchos años fue tradición en El Puerto el desencajonar los toros en la propia plaza. Resaltar que en 1958 el toro "Espejito " de Miura en el desencajonamiento se enzarzó  en cruenta pelea con uno de sus hermanos al que dió muerte. Al día siguiente fue muy bravo en la lidia y el torero Rafael Ortega le cortaría dos orejas y un rabo .

Desencajonamiento de los toros en la Plaza Real en los años 60 del siglo pasado.
 

El ambiente en El Puerto los días de corrida pueden verse reflejado en un párrafo de la "Revista Portuense" de 1896 con motivo de una corrida alli celebrada.

 A ocho mil se hace ascender el número de personas que de Jerez, Cádiz y poblaciones próximas vinieron el domingo al Puerto, llenando las calles , los paseos , las fondas y tiendas de vino. El movimiento y la animación empezaron a la llegada de los trenes extraordinarios , haciendose casi imposible el tránsito por las calles Larga y Luna en las primeras horas de la tarde, hora en la que aumentó notablemente la circulación de carruajes. Nos trajo a la memoria el Puerto de antaño, con aquellas celebres corridas de toros que tanto renombre y popularidad dieron a su circo".

La crónica es de 1896 y rememoraba las corridas de antaño. El hombre siempre ha pensado que cualquier tiempo pasado fue mejor y valora poco el presente en el que vive. Olvidamos que el presente como su propio nombre indica  es un regalo que Dios nos concede a diario.

Otra crónica memorable fue la que se publica en la "Revista Portuense" el 30 de mayo de 1911 tras una corrida en la que actuaron Bombita y Machaquito, y a la que al parecer acudió Joselito como  espectador quedando gratamente impresionado. 

Decía esa crónica 

"A las once aproximadamente empezó la animación, y a las tres de la tarde había en El Puerto más de diez mil forasteros. Cuántos medios de locomoción pueden usarse, se emplearon ayer , y de Córdoba, Sevilla, Sanlucar y Cádiz llegaban los trenes atestados ; cientos de viajeros condujeron los vaporcitos del Sr Millán, coches y automoviles llegaban en gran cantidad por la carretera de Cádiz procedentes de Puerto Real, San Fernando y Chiclana y muchos también por la carretera de Jérez; no faltaron jinetes montando briosos corceles y hasta en bicicletas se trasladaron algunos jóvenes desde poblados inmediatos. ¡Había quien estaba admirado de no ver aparecer a Mr. Vedrines , cabalgando en su aeroplano!".  

A modo de aclaración Mr Vedrines era un famoso aviador de la época que venció en el  Raid Aereo Paris-Madrid y que años más tarde aterrizaría con su avioneta en el tejado de las Galerias Lafyette de  Paris.  

Avioneta de Vendrines (Archivo VIñuales)
 Los días de corrida se ponían  transportes especiales por mar y por tierra.

Leyenda que parecía al pie de los carteles de la época
 
Anuncio de trenes especiales que aparecía en los carteles de la época

Las posadas y bares se llenaban . Especial mención merece la famosa fonda "Vista Alegre".

En ella se hospedó  el poeta frances Teofilo Gautier cuando vino al Puerto a ver una corrida de toros. Casi un siglo después Pio Baroja la convirtió en el escenario de su novela "El mundo es ansi".

Un dia de toros en el que toreaban Mazzantini  y el Guerra con ganado de D. José de la Cámara  "un distinguido y acaudalado jerezano" (asi lo nombran las crónicas) mandó preparar en ella una comida para noventa cubiertos antes de la corrida.

Tertulia en una de las fondas de la localidad en día de corrida en El Puerto

Tertulia en la Venta de Vista Alegre decorada en sus paredes con carteles de toros

 

El ambiente en las ventas , fondas y posadas el día de la corrida era excepcional. 

Tras la corrida era imprescindible la vista al restaurante de "La Puntilla"

Restaurante en "La Puntilla" donde se solía cenar tras las corridas.
 
Al mediodía la banda municipal tocaba en "El Crucero" - el corte de las calle Luna y Larga-  y se animaban las calles.


Los vendedores ambulantes daban un toque especial a las calles. Hasta no hace mucho era normal ver a vendedores ambulantes de marisco. Los más viejos del lugar aún recuerdan la simpática figura de  "La Guachi" siempre vestida de inmaculado blanco con su mantoncillo , la flor en el pelo y su bondadosa sonrisa.

" La Guachi" vendedora ambulante de marisco que hacia su gran negocio los días de toros


Antes de comenzar las corridas eran tradicionales los sorteos que desde antaño se celebraban en la plaza. En las imagenes vemos un cartel de una corrida de  1845 en la que se sortea un caballo y 1200 reales .





Encontramos un curioso sorteo el 8 de mayo de 1955 en corrida celebrada ese día en el que había hasta diez premios siendo por este orden de importancia los mismos. Una soberbia colcha de seda enguatada, una hermosa cabra lechera, un lanudo y gordo borrego, una soberbia cabra, un grandioso borrego, un colosal y pinturero burro, una maquina de coser ALFA, una hermosa vaca lechera suiza, un lujosisímo dormitorio completo y mil duros en billetes. Se completaba el sorteo con veinte premios a los números anteriores y posteriores a los premios principales consistentes en pollos y un kilo de carne.

Sorteo de una maquina de coser durante una corrida de 1955


Hasta en los festivales taurinos que se celebraban el El Puerto la plaza era singular, pues entre otras cosas la presidencia solía estar ocupada por mujeres que vestian la clásica mantilla española y llegaban a la plaza en lujosos coches de caballos conducidos por ilustres ganaderos o bodegueros.



Presidentas de la corrida llegando a la Plaza para presidir un festival

Presidentas de corrida en un festival


Presidentas de la corrida saludando al publico
 
La belleza de la mujer portuense y de las visitantes a la Plaza Real siempre fue ensalzada por muchos poetas.

En 1896 aparecían estos versos en la Revista Portuense.

"De mujerío la plaza 
fue una sucursal del cielo:
si hermosas las forasteras, lindísimas las del Puerto. 

O aquellos versos que D. Primitivo Mateo compuso sobre la marcha en una comida en la Venta de Vista Alegre en la previa de una corrida.

¡ Que vida! ¿Qué animación!
¿Y en "jembras"? ¿Qué bendición!
Visto aquello es una infamia
que nuestra legislación
prohíba la poligamía".



En esos festivales se veian detalles pintorescos como el día en que las mulillas fueron sustituidas por un hermoso modelo de automovil de los años veinte.



Hay una fotografia del 28 de agosto de 1927 que recoge a la perfección lo que era una tarde de toros en El Puerto. Esta sacada, como muchas de las de esta entrada,  del  libro Plaza Real de Manuel M. Alfonso .

Fue el día de la alternativa de Gitanillo de Triana de manos de Rafael El Gallo y con Juan Belmonte de testigo. Una de las mejores corridas que jamás se ha visto en la Plaza Real.  Destaca en la foto la presencia distinguida de los señores con sombrero cannotier. Eran tiempos en los que se asistía a la plaza con corbata y sombrero.

Rafael el Gallo da la alternativa a Gitanillo de Triana en El Puerto


Famosas fueron también las multiples corridas a plaza partida que se celebraron en el Puerto y que recogió en varias de sus pinturas D. Francisco de Goya y Lucientes. El 12 de julio de 1835 tiene lugar la primera de estas corridas. La última conocida tuvo lugar en 1958. La plaza se dividía en dos y se celebraban las dos corridas en simultáneo. En 1995 hubo una corrida a plaza partida. En la mitad de la plaza hubo una novillada y en la otra mitad una corrida como bien me apunta tras una primera lectura del blog mi buen amigo y mejor aficionado Carlos Villarrubia.

Cartel de 1835 anunciando la primera corrida a plaza partida en El Puerto

Cartel de 1867

Cartel de 1958 de corrida a plaza partida
 

Paseíllo de la corrida de 1958

Un momento de la lidia en esa corrida a plaza partida


Innovadora fue la iluminación que se inauguro oficialmente el 1 de septiembre de 1960 con una corrida de relumbrón, como merecía la ocasión. Seis toros de Domingo Ortega para Luis Miguel "Dominguín", Diego Puerta y Paco Camino. Por delante de ellos rejoneaban Álvaro Domecq padre e hijo.

Aquella iluminación le valió a la plaza otro honroso título. El de figurar como la plaza mejor iluminada del mundo.

El día de toros en El Puerto amanece con la agradable sorpresa de la cita de este blog en la sección de Cultura de el diario "El Mundo" haciendo alusión a datos de la anterior entrada.

Mi agradecimiento público por la cita a Gonzalo Bienvenida , con el que esa mañana mantengo una breve conversación que me hace recordar las tardes de gloria que la saga de los Bienvenida tuvo en El Puerto , donde siendo muy niños se presentan Manolo y Pepe Bienvenida.

La familia Bienvenida es una de las de mayor raigambre taurina en nuestro país. Tres generaciones de toreros, la última de ellas multiplicada por seis. Arranca la dinastía en Manuel Mejías Lujan, que por haber nacido en la localidad extremeña de Bienvenida adoptó ese apodo , que luego todos heredaron.

El 4 de noviembre de 1928 en un festival es cuando se presentan en El Puerto Manolo y Pepe Bienvenida  con 15 y 14 años respectivamente.

Manolo y Pepe Bienvenida muy niños en la Plaza de El Puerto


Un fuerte viento de levante impera en la zona y nos hace temer por el desarrollo de la corrida.

Yo no le temo a remar,
que yo remar, remaría.
yo solo le temo al viento
que sale de tu bahía.

D. José María Pemán hizo un bonito símil taurino con el viento de levante.

Toro bravo
que se descuerna y brama
en la barrera doble
de Tarifa y Ronda, con sus pinos
y sus dehesas coloradas.

El fuerte levante de la mañana nos hace recordar las palabras  de Manuel Martínez Alfonso en las que dice que "el viento del Levante es un veneno excitante que se toma al respirar y se apodera, una vez dentro del hombre, del dominio de sus pasiones, haciéndole casi un juguete de la fatalidad de su soplo"

Siendo Gitanillo de Triana aún novillero toreó en El Puerto el 1 de agosto de 1926, con novillos de D. Antonio Peñalver, antes Domecq. El levante soplaba con fuerza desde la mañana y al público se le veía encrespado por tal circunstancia. La ira se desató cuando parece el primer novillo. Pequeño manso y... ¡ con un solo cuerno!.

El público se enervó al verlo y entro en un ataque de ira al enterarse que la empresa no tenía sobrero. Comenzaron a tirar botellas. Una de ellas impactó sobre Gitanillo de Triana al tirarse a matar a la res. Afortunadamente sin consecuencias. Cuando , muerto el toro, fue a saludar a la Presidencia otra botella impactó en su pierna causándole una herida que le impidió continuar la lidia.



La Plaza luce engalanada desde primera hora de la mañana y su visión nos hace recordar la frase de Joselito.

La Plaza Real engalanada en la mañana del festejo


Un paseo por los alrededores de Vista Hermosa lleva al autor del blog a las puertas de "El Recreo de Mazzantini", la finca donde aquel diestro del siglo XIX al que llamaban D. Luis  se retiraba a descansar en El Puerto. Singular personaje Mazzantini al que puede considerarse el primer promotor inmobiliario del El Puerto de Santa María.

Villa Concepción o el Recreo de Mazzantini en El Puerto


Con tiempo suficiente antes de la corrida el autor del blog junto con sus hijos y amigos de estos que pasan estos días invitados en El Puerto  se dirigen a las inmediaciones de la Plaza donde se comienzan a formar tertulias de aficionados que se han desplazado desde diversos puntos de la geografía. El ambiente en la calle Luna es de día grande.

El autor del blog con sus dos hijos y varios amigos de estos antes de entrar en la Plaza Real


Las medidas de seguridad para la entrada a la Plaza son máximas. Se toma la temperatura a todos los espectadores. Los asientos están todos perfectamente señalizados para respetar el aforo permitido por las autoridades. Una pena que algunos aficionados desaprensivos ocupasen las entradas marcadas como prohibidas para tener una mejor visión. El autor del blog tuvo que llamar la atención a algunos espectadores que a pesar de su buena apariencia y su avanzada edad demostraron tener  muy poca educación, ningún civismo y fueron un mal ejemplo para la juventud a la que estos días se está acusando de irresponsable. Flaco favor hacen estos señores ( en el sentido figurado) a la sociedad y a la fiesta.



Caras conocidas en los tendidos y habituales en la Plaza Real como las de los socios de "Los de José y Juan" Rafael Muñoz y Primitivo Collantes a los que siempre da gusto saludar en cualquier plaza de España, así como a Amparo, hermana del segundo,  que siempre luce elegante, simpática y con cariñoso recuerdo a mi padre.

Comentamos lo poco que ayuda que los diestros no se hayan terminado de entender para que la corrida fuera televisada una vez vendido todo el aforo permitido. En los tiempos que corren todo gesto que ayude a fomentar la tauromaquia hay que hacerlo y que los actores principales de la fiesta actúen coordinados.

Recordamos como el 24 de junio de 1959 la Plaza Real se llenó por un hecho insólito. Se filma la película "El traje de luces" que protagonizan Alberto Closas, Marísa de Leza y Marisa Prados. Como figura torera Antonio Borrero "Chamaco" que entonces tras dos años y medio de alternativa estaba en la cumbre del toreo.

Ese día , con la plaza hasta la bandera, Chamaco lidia dos novillos de Atanasio Fernández muy bien presentados y que salieron superiores, en especial el primero  al que una vez muerto se le dio la vuelta al ruedo.

La lidia para las cámaras no tuvo nada de ficción . Tanto es así que uno de los novillos, lanzó a Chamaco dos veces por los aires poniendo al público el corazón en un puño.

Como suele pasar en muchas cosas de la vida la realidad superó a la ficción. Y se fomentó la afición.

Rodaje de la película "El traje de luces" en la Plaza de El Puerto


Los canotiers de la alternativa de Gitanillo de Triana han sido sustituidos por las mascarillas.

Sin duda se trata de una corrida histórica. El coso luce engalanado con recuerdos a Gallito para conmemorar el centenario de su muerte. La Plaza Real cumple 140 años. Y es la primera corrida tras la pandemia. Hoy quizás no seamos conscientes, pero dentro de unas años la perspectiva histórica nos hará conscientes del privilegio vivido. Y seguro que los que fuimos podremos decir. "Aquel día yo estuve allí".

El comienzo de la corrida fue emocionante. La megafonía anunció que la plaza tenía el privilegio de ser "Real" y arrancó la primera y atronadora ovación de la tarde con vivas al Rey y a España. La emoción se desbordó cuando sonó el himno nacional con toda la plaza puesta en pie aplaudiendo.



Se inicia el paseíllo  a los sones del pasodoble Gallito.

Los diestros y sus cuadrillas se desmonteran delante de la presidencia y de manera respetuosa se guarda un emotivo minuto de silencio por las victimas del Covid 19, que solo es interrumpido por el toque de oración que entona la banda del Maestro Dueñas.

El toque de oración tiene su origen en 1503 , cuando Gonzalo Fernández de Córdoba "El Gran Capitán" lo instaura tras la batalla de Ceriñola para conmemorar a los caídos por España. A lo largo del siglo XVI y principios del XVII se extendió esta costumbre a todas las unidades españolas, tocándose desde entonces de manera diaria en todas las instalaciones militares, tanto en territorio nacional como fuera de él , después de haber arriado bandera y al ponerse el sol, para homenajear a todos los que han dado su vida por España. Con este toque se finaliza el día militar.

Los sones del toque de oración nos hacen elevar una oración al Cielo y contener la emoción en esos momentos.

El Gran Capitán tras la batalla de Ceriñola. Museo del Prado


No había comenzado la corrida y el día de toros en El Puerto ya había merecido la pena.

Cuando se rompe el paseíllo alguien del público arroja un gallo al ruedo. El animal cruza el ruedo de un extremo a otro y se para delante de los pies de Morante. ¿Recuerdo a Gallito? ¿Reivindicación de las riñas de gallos? Cuanto menos nota curiosa a destacar.

El viento de levante no amainaba y obligaba a hacer la lidia a contraquerencia acrecentado el peligro para los toreros.

Enrique Ponce en el primero realizó un toreo de capa técnico y una faena de tandas cortas que culminó con una estocada de la que salió volteado, aunque afortunadamente sin consecuencias.



El cuarto, un precioso jabonero sucio,  humilló en la muleta y permitió varias tandas mientras sonaba "El concierto de Aranjuez". Una moderna moda que al autor del blog no le agrada.

Preciosa estampa del cuarto de la tarde. Un jabonero sucio


Morante de la Puebla llegó al Puerto con muchas ganas. Puede que su admiración por Joselito le motivase a rendirle tributo, que el cada vez más bonito pique con Aguado le espolease o que el parón de la pandemia le hiciera venir sin hartazgo.
En su primero se abrió de capa de manera pinturera. Una bonita faena de muleta la culminó con una buena estocada que le valió una oreja. Guiño a Joselito cuando durante la faena agarró el pitón derecho del toro.

El quinto de la tarde no le sirvió y poco pudo hacer.




Pablo Aguado dejo en las retinas de los espectadores unas verónicas de ensueño, luego un quite por ajustadas chicuelinas. Magistral su forma de llevar el toro al caballo. Magnifico tercio de banderillas de Ivan García y Pascual Mellinas.
La faena al tercero de la tarde fue un alarde de temple y naturalidad. Había brindado al público y con elegancia depositó la montra delante de una gran foto de Joselito que se había colocado en le tendido.

Montera de Pablo Aguado depositada con torería delante de Joselito antes de comenzar la faena




Desde allí saco al toro de las tablas a los medios con doblones toreros, la muleta muy baja y con inverosímiles cambios de mano. Toreo elegante y desmayado.  Un pinchazo le privó de las dos orejas y el premio se quedo en una sola tras certea estocada.

El toro que cerró plaza se rajó muy rápido en la muleta y poco pudo hacer Pablo que se dobló con torería al final de la faena.






El día de toros ha merecido la pena con creces. Abandonamos la plaza satisfechos para volver al ruedo de la vida en estos tiempos de incertidumbre mientras se vienen a la mente aquellos versos de Aquilino Duque en su obra "Plaza de Toros de El Puerto"

"Lejos de los redondeles
no sé que sangre te espera,
ni que torillos abantos
te acribillan a cornadas,
Plaza Real, coronada
de grimpolas y lepantos."

La Plaza tras el festejo. (Foto Rosario Pérez. Twitter)







 


8 comentarios:

  1. Enhorabuena Manolo. Magnífica crónica de la corrida y la propia Plaza de Toros del Puerto. Me ha encantado. Insisto, en su día, habrá que editar dichas crónicas en un adecuado libro. Esperando la próxima. Un abrazo.

    ResponderEliminar
  2. Olé Manolo, olé por tú trabajo y tú afición.

    ResponderEliminar
  3. Enhorabuena, amigo Manuel. Tu crónica de la corrida de El Puerto es pura literatura costumbrista. ¡Cuántas cosas bellas relatas! Por desgracia, se han ido yendo poco a poco con el paso del tiempo, pero tus lectores las guardaremos con cierta nostalgia en nuestro recuerdo.
    Buen sitio Linares para vernos en los toros el 29 de agosto.

    ResponderEliminar
  4. Enhorabuena Manolo. Maravillosa crónica ¡¡ Nos ayuda muchísimo, a las profanas en la materia,a entender, respetar y a querer el mundo del toro.

    ResponderEliminar
  5. Bravo maestro. Como siempre una crónica muy entretenida, llena de curiosidades. La plaza estaría llena pero no creo que nadie haya disfrutado tanto como tú "el día de toros" en la Real del Puerto. Enhorabuena. Lourdes

    ResponderEliminar

Hoy se torea en el Cielo por chicuelinas

Decían de él que toreaba como los ángeles y que sus muñecas eran de cristal por la suavidad con la que mecía el capote. Cuentan que ha entra...