domingo, 2 de mayo de 2021

Cuando se toreaba en la Feria de Sevilla

 En el libro de Francisco Picó dedicado a la figura del gran fotógrafo Cano y titulado "Cano: esta es mi vida" este habla de los cirujanos taurinos con los que tuvo relación y de manera literal dice:  

"Otro gran cirujano y gran persona fue don Antonio Leal Castaño. Fueron muchas las  ferias que después de la corrida nos íbamos a la feria a tomar  copas de fino y manzanilla y buenas tapitas de jamón y queso. 

Muy aficionado a bailar por sevillanas don Antonio se pegaba unas sesiones en las casetas capaces de derrotar a cualquiera. 

Compaginaba su labor de cirujano con la de médico de uno de los equipos de fútbol de la ciudad , no recuerdo si del Sevilla o del Betis". 


Aquella imagen del Dr. Leal debió de impactarle a Cano para reflejarla en sus memorias. 

El Dr. Leal Castaño, bailando sevillanas con su hija Lolichi Leal Graciani, madre del autor del blog. 


Para disipar las dudas de Cano observen el banderín que adorna la caseta, en una foto que el mismo realizó, donde se observa al Dr Leal bailando con su hija,  

Fue Francisco Cano Lorenza un referente en la historia de la fotografía taurina y a lo largo de su longeva vida (murió con 103 años), realizó más de dos millones de instantáneas, lo que le valió el Premio Nacional de Tauromaquia al considerar el jurado que "su trabajo es una antología gráfica de todos los hitos y manifestaciones de la Fiesta, así como una fuente documental e histórica indispensable para cuántos quieran estudiar los valores culturales y humanos que integran el patrimonio del arte del toreo"

Fue el único fotógrafo que pudo recoger la muerte de Manolete, gran amigo suyo. Llegó a reconocer que lloró más la muerte de Manolete que la de su propio padre. Fue torero entre 1939 y 1943 y eso le permitió saber recoger con la cámara las fotos en el momento justo. 

Vivió enamorado de Ava Gardner, para él la mujer más guapa del mundo a la que nunca se atrevió a declararse , pero con la que se ponía "morado" de anís y de coñac en los callejones de las plazas de toros donde coincidían. 





En ese recorrido que Cano hacía con el Dr. Leal por la Feria de Sevilla no podía faltar la visita a una de las casetas más emblemáticas de aquella feria de antaño. 

Se trataba de la caseta de don José Cossío, responsable de Fiestas Mayores del Ayuntamiento de Sevilla durante los años cuarenta y cincuenta del siglo pasado. Tenía la caseta casi cuatro módulos de los actuales y una profundidad de unos veinte metros y dentro de ellas había una placita de toros. Estaba situada en la Avenida de Portugal y por ella pasaban toreros, ganaderos y gran parte de la sociedad de la Sevilla de la época. 

Plaza de Toros de la caseta "Esta es". 


La plaza de toros tenía sus burladeros, albero y hasta la presidencia, que solía ocupar D. José Cossío acompañado de dos alguacilillos. Los carteles de las corridas se hacían en imprenta y se solían colgar en los postes de la luz que había en el real. En esta plaza llegaron a torear chavales que luego debutaron incluso en Las Ventas como Juan Pardo "El Niño del Museo" o el picador "Macan". 

Cartel de los festejos que se celebraron en 1949 en la Plaza de la caseta "Esta es"


Solía asistir el Dr. Leal a esta caseta ,muchas veces acompañado de Cano. Incluso uno de los días llegó a lidiar una corrida en solitario de principio a fin. 



El Dr Leal momentos antes de iniciarse la corrida 




Recibiendo de capa en los primeros lances


El Dr. Leal Castaño banderilleando al becerrillo

Recibiendo los trastos a modo de alternativa con bastón en lugar de espada


Iniciando la faena


Magnífico natural ayudado por bajo

Desplante del teléfono que inventó Reverte y popularizo Arruza

A hombros por la Feria


Otra de las casetas muy visitadas por el Dr Leal y de las más singulares de la Feria era " Er 77". 

El nombre venía porque cuando el Ayuntamiento adjudica la concesión de la caseta en el año 1927 fue con el número 77 por orden de adjudicación. 

El Presidente de la Peña "Er 77" era todo un personaje. Don Luis Martínez Vice, conocido como el "Marqués de las Cabriolas".

Era un hombre alto, muy agraciado físicamente, con don de gentes y un verbo insuperable. Comenzó a trabajar de dependiente en "El Bazar Sevillano" situado en el número 10 de la calle Tetuan. 

El Bazar Sevillano en la calle Tetuan, esquina Muñoz Olive. 

Dejo su trabajo de dependiente para ser torero. Se fue a América como polizón  y se anunció en los carteles en Argentina, Paraguay y Uruguay como "El Niño del Bazar". No llegó a triunfar como torero y pasó a formar parte de la cuadrilla del excéntrico torero malagueño Matías Lara "Larita", casi tan loco como el. 

Larita fue calificado como el torero más valiente de la historia. 

Matías Lara "Larita"




El Marqués de las Cabriolas como subalterno de Larita




En la fantástica entrevista que Josefina Carabias le hizo a Juan Belmonte este dice 

-  ¿A que torero admira ustede más?

- A Larita

- ¿Cómo? ¿A quien?

- Si, a Larita, a Matías Lara. ¿Sabe usted por qué?  Porque es el único torero que conozco a quien no le dan miedo los toros. 

- ¿Solo por eso? 

- ¿Dice usted solo por eso? ¿Le parece poco? A mi los toros me dan un miedo horrible, espantoso. Si el público fuera consciente del miedo que tengo cuando hago el paseillo y, sobre todo, en el momento de coger los trastos de matar, se iría de la plaza por lástima.

- Entonces, ¿porque torea usted tantas corridas?

- Porque las corridas se firman bastante tiempo antes de torearse. Si se firmasen en el patio de caballos, vestido de luces, yo hubiera toreado muy pocas, quizás ninguna. En cambio Larita...

Por su parte el gran crítico Antonio Díaz Cañabate decía de Larita. 

"Lo afirmo rotundamente. El torero más valiente que he conocido fue Larita. Carecía de arte. Carecía de presencia física. Pero no le daba importancia al toro". 

Era un torero singular que se reía hasta de su sombra y que toreaba tomándose a guasa  a si mismo y a su propia vida. 

Juan Belmonte decía : 

" Admiro a Larita con todas mis fuerzas porque es el único torero que hace chistes en la plaza, el único que se ríe con el público cuando tiene la muleta en la mano. ¡ Ese es el auténtico héroe de la fiesta nacional!

Se podría escribir mucho de Larita, que alternó en muchas ocasiones con Belmonte y Joselito. 

Pero destacaremos que el primer rabo cortado en España fue para Larita en una corrida en Jaén el 19 de octubre de 1913. 

Ha sido el único torero que ha cortado una oreja a petición propia. Fue en la plaza de Las Arenas a un toro de Miura. Tras la muerte del toro la petición era minoritaria y tras saludar al presidente sacó su propio pañuelo y lo agitó ostensiblemente. El presidente , al que le hizo gracia el gesto, sacó el suyo y concedió la oreja. Larita dijo que se había sumado a la petición "para solidarizarse con la minoría".

En Yecla el día de San Miguel de 1919 toreaba un mano a mano con Limeño y uno de los toros saltó al tendido sembrando el pánico. Larita se subió a los tendidos y allí mismo lo estoqueo saliendo a hombros con el rabo. 

El duo Larita y el Niño del Bazar, es decir el Marqués de las Cabriolas, fue de órdago, aunque el futuro del presidente de la Peña "Er 77" no estaba en el mundo de los toros. 

Por eso volvió a Sevilla y comenzó a trabajar como cobrador de seguros en la célebre empresa "Previsión Española". Haciendo gala de su fino sentido del humor decía que a él  sus clientes lo querían mucho "porque cuando iba a sus casas siempre me decían vuelva usted mañana otra vez "

 Su verbo fácil, su ingenio y su amena conversación le ayudaron  a ser conocido en las altas esferas de la sociedad sevillana, que disfrutaba de estar su peña.

 La caseta de "Er 77" cobra gran fama en la época, hasta el punto que en la feria del año 1930 el Marques de las Cabriolas invita a la Reina Victoria Eugenia a la misma y esta entra en la caseta sin desmontar de su caballo para ser obsequiada con una caña de manzanilla y unas aceitunas gordales. 







Años más tarde Francisco Palacios "El Pali" , el trovador de Sevilla cantaría aquello de:

"La Reina con su corte
vino a Sevilla
y repicó contenta
la Giraldilla.

De que manera
el pueblo daba vivas, 
de que manera
el pueblo daba vivas 
a Victoria Eugenia." 



En esa visita la Reina le preguntó al Marqués. 

- Marqués ¿ su titulo es de Castilla?

- No Majestad , mi titulo es de bola, de queso de bola. 

Arte el de las Cabriolas.

Al parecer el título se lo otorgaron en Uruguay , donde encabezo el cortejo de los Carnavales que desde entonces son presididos por una figura que se denomina "El Marques de las Cabriolas". 

Todavía hay sevillanos que recuerdan como se tuvieron que refugiar en la caseta de "Er  77" el año 1943. 

Aquel año fue la primera vez que Francisco Franco, acompañado de doña Carmen Polo visitaba la Feria. 

Primera visita de Franco a la Feria de Sevilla en 1943

Antes de ir a la Feria inauguró el II Concurso Nacional de ganado e Industria Agrícola donde había más de 20.000 reses. 

Unos cuántos toros se escaparon e irrumpieron en el Real de la Feria. Afortunadamente fueron lidiados en la propia calle mientras la gente se refugiaba en las casetas. La de "Er 77" fue una de las que más gente acogió refugiada. 

De nuevo se toreaba en el recinto ferial. 

Aquel año de 1943 fue especial porque el Domingo de Resurrección cayó el 25 de abril. El Ayuntamiento decidió que la Feria comenzaría tres días después y que se alargaría hasta el 2 de mayo. 
Los miembros de la caseta de "Er 77" se opusieron y crearon un calendario propio que colocaron en la portada de la caseta donde inventaron el 31 y el 32 de abril además de una leyenda que rezaba: 

"Ni siquiera como ensayo
quiere admitir este peña
que nuestra feria abrileña
pueda celebrarse en mayo". 

La caseta en el año 1943 con la leyenda y las fechas del 31 y 32 de abril. Foto: Fototeca Municipal de Sevilla. Archivo Serrano



Su fiel escudero , que se convirtió en su secretario era José Martínez López, que trabajaba como jefe de obrador de la confitería La Campana y era conocido como "El Conde de las Natillas". Sevillista acérrimo ya que en el club militaba su sobrino, López, integrante de la famosa delantera Stuka de los años cuarenta. 

El Marques de las Cabriolas y el Conde de las Natillas

Los socios de la caseta "Er 77"



En el medio de la caseta había un pozo con su pretil de ladrillos encalado y su reja de adorno. Pero de ese pozo no se sacaba  agua , sino vino blanco a cubos que se extraía con el tradicional método de la soga y la garrucha. 

El pozo del mayate de la caseta " Er 77". Foto Serrano. Fototeca Municipal de Sevilla

Rafael Belmonte , hermano de Juan, hizo estas sevillanas al pozo del moyate en unos años que la ciudad padecía restricciones del suministro eléctrico. 

El agua de este pozo
tiene una guasa:
quien la bebe, "curdela"
llega a su casa.

¡ Ven a beberla, 
pues de blanco o de tinto
puedes cogerla!

Con el agua del pozo
no hay apagones
se esta siempre "alumbrao"
sin restricciones.

¡ Y no te importe, 
que estos "kilos de vatio"
no hay quien los corte. 

La caseta tenía cada año una decoración distinta siguiendo los cánones de los estilos arquitectónicos más significativos. 

Un año era el estilo barroco, a base de cacharros como búcaros, lebrillos, jarras, cantaros, todos de barro. De ahí lo de barroco. Otro año anunciaban la decoración al estilo churrigeresco y adornaban la caseta con ruedas de calentitos, churros o tejeringos .

El estilo cubista consistía en colgar de la caseta cubos metálicos por todas partes y el plateresco con todo todo de platos. 

Como gran peculiaridad había hasta literas para que los que abusaban del pozo del moyate pudieran reposar la bebida. 

A la entrada de la caseta podía leerse un cartel que decia: 

Bebe vino "pa" jartarte
que hay litera "pa" acostarte. 

Su lema era "Bebe a gusto y "orvia" los disgustos". 


En la caseta se organizaban también doctas conferencias sobre temas "científicos" y para ello habilitaban el "Aula Máxima del Palacio de la Lona". Los títulos de las conferencias eran de lo más surrealista como todo lo que acontecía en la caseta. Por ejemplo allí se dieron charlas tituladas "Diversos efectos del bicarbonato en el canal de los garbanzos" o " Estudios de senos y cosenos en las curvas de nivel". Todo ello se anunciaba en publicaciones al efecto cuyas portadas podemos ver reproducidas a continuación. 





Tras la guerra civil decidieron extender a todo el año sus actividades y no hacerlas solo durante la semana de Feria. Fundan el denominado "Manicomio" que tenía la sede en el domicilio del Marques de las Cabriolas en la calle Cardenal Lluch del barrio de Nervión. Allí tienen lugar reuniones auténticamente surrealistas donde además de rendir culto al vino se organizaban actividades benéficas para los niños del Sanatorio de San Juan de Dios. .  

De las múltiples actividades que se realizaron podemos destacar dos. 

Un homenaje a "Babieca", el caballo del Cid Campeador, por haber sido excluido de la Semana del Caballo de Jerez de la Frontera. El homenaje consistía en un desfile de todos los burros posibles delante de la estatua del Cid. Los que quisieran participar debían pagar una cuota que sería cedida a los niños de San Juan de Dios y a cambio cada burro sería obsequiado con medio kilo de cebada que había sido donado por los Almacenes de Cereales de don Manuel Espinosa y a sus dueños se les obsequiaba con copas de vino cedidas por las Bodegas Real Tesoro de Jérez y Hermanos Florido de Sanlúcar de Barrameda. Y como final Coñac Terry Centenario. 

Para culminar decían que el caballo de la estatua sería rifado y el agraciado sería aquel que tuviera la papeleta cuyo número coincidiera con el cupón de la ONCE y que podría dejar allí el caballo, pero sabiendo que es suyo y que nunca caduca el premio. 

El otro hecho a destacar es que desde el Manicomio en Nervión se traslada hasta Los Remedios un piano de la marca "Harald" a hombros de los componentes de la Peña "Er 77". La convocatoria decía que cada vez que se metiera el hombro se debían pagar dos pesetas. Cada dos minutos se hacía un descanso para tomar unas copas de vino y reponer fuerzas. En los sitios más estratégicos paraba la comitiva dándose un concierto de sevillanas, para lo que se habían ofrecido varios profesores de piano y distinguidas señoritas. Esto fue el 19 de septiembre de 1953 y comenzó a las seis de la tarde. Llegaron al domicilio del propietario , don Manuel Méndez Núñez, a las seis de la mañana del día siguiente. 

El Marqués de las Cabriolas siempre mantuvo su buen humor hasta el momento de su muerte. Tuvo que ser intervenido de urgencia de una dolencia y antes de entrar al quirófano viendo las caras descompuesta de sus familiares y amigos les dijo "No quiero ver más caras tristes, así que llevadme al quirófano cantando el pasodoble Gallito". 

Murió en esa operación. Era 1958 y acaba de cumplir 77 años. 

El Pali años más tarde le cantaría


La Feria de Sevilla, María, 
perdió su historia
al morirse el Marqués, María,
de las Cabriolas


Pero en la Feria de 1959 , al año siguiente de su muerte de repente entre la muchedumbre que recorre la Feria aparece un gigantón de más de dos metros que según recogen las crónicas de la época "viste una falda de pliegues que parecía una alumna de Las Esclavas, zapatos con hebilla de nazareno, bastón de mando a la sobaquera y boina coronada de vistosa pluma". Un escocés. 







Un excéntrico que se ganó a los sevillanos de la época y que todos los años venía a la Feria de Sevilla para darle una nota de exotismo. Todo el mundo quería tener  en su caseta a Pepe " el Escocés" como le bautizaron los sevillanos de la época. 

Un personaje excéntrico, que viajaba solo y que por su carácter afable se hacía querer.

Su verdadero nombre era Mr. Oliver Bertrain. De origen noble se dedicaba a pintar. Y fue un pintor muy reconocido. Fue benefactor de los niños ciegos del Colegio San Luis. 

Y en más de una ocasión utilizó las literas de la caseta "Er 77" para dormir su intensa actividad en la Feria. 

Tambíén le canto el Trovador de Sevilla 

Tiene una deuda Sevilla
con aquel gran extranjero
que de tan lejos venía. 

Viva la gracia del mundo
viva el arte y el gaché
murió queriendo a Sevilla
viva Pepe el Escocés. 

Estas fueron algunas facetas de la Feria que el gran Cano conoció de la mano del Dr Leal Castaño que siempre ejerció como buen anfitrión con todo el que se acercaba a su caseta y a la Feria de Sevilla.  

El Dr. Leal recibiendo en su caseta a Diego Puerta

Una Feria singular, aquella Feria de la casetas con plaza de toros y otras con literas, el Marques de las Cabriolas, el Conde las Natillas y Pepe el Escocés. Feria con  Ava Gardner en los tendidos. 

Distinta a la actual. 

Hasta se toreaba en el Real antes de ir a los toros... 









 








9 comentarios:

  1. Genial, muy interesante y divertido. Arte y sevillanía.

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  2. Genial Manolo. Entrañable e ilustrativa crónica en torno a la figura del Dr. D. Antonio Leal Castaño. Familiar y entrañables anécdotas de una época que, desgraciadamente, no volverán. Esperando la próxima...

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  3. Genial Manolo. Entrañable e ilustrativa crónica en torno a la figura del Dr. D. Antonio Leal Castaño. Familiar y entrañables anécdotas de una época que, desgraciadamente, no volverán. Esperando la próxima...

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  4. Qué bueno. Me ha encantado. Gente divertida y disfrutona. Simplemente genial. Como siempre, gracias Manolo

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  5. Enhorabuena!! Este tipo de relatos me encanta y me hace querer mas a Sevilla y sus sevillanos.

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  6. Yo diría que la que baila con el Dr. Leal es la propia Ava Gardner, si buscan "Ava Gardner Feria de Sevilla" o similar verán fotos de ella vestida con un traje idéntico y lleva los mismos aros en las orejas. Aparte, el perfil de Ava Gardner es muy característico. Viendo fotos de Lolichi Leal Gracini me atrevo a aventurar que ella es la mujer que se ve sentada a la derecha, aunque no podría asegurarlo. Si el autor del post lee este comentario me gustaría que me lo confirmara o desmintiera, evidentemente nadie mejor que él para hacerlo.
    Fantástica fotos y muy entretenido post.

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  7. Fascinante, mil gracias por la crónica! Un saludo desde Moguer.

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  8. A fines del año de 1910, Luis Martínez Vice "El niño del Bazar" hizo la segunda temporada taurina de la Plaza de Toros del Real de San Carlos, en Colonia del Sacramento, como banderillero. Los toreros de esa temporada fueron Saleri, Revertito, Capita, Rerre y Camisero, con toros de Marqués de los Castellones, Viuda de López Navarro, Villalón, Halcón, Campos López, Félix Gómez, González Nandín, Juan Pellón, Albarrán, Peñalver, Sanz, Baeza, Higinio Flores, Adalid y tres toros Miura. En la corrida Nro 10 , el 5 de febrero de 1911, realizando una parodia en el ruedo, donde personal de la cuadrilla se disfrazaban de marineros embarcados en un barco de mampostería llamado "El barco del Terror", que era movido a tracción humana, sufría los ataques del Toro Plutón. A la vez le arrojaban fuegos de artíficos y estruendos. Este entretenimientos hacía como entre actos de las corridas, además de otras atracciones, como el Don Tancredo López (el original). El Niño del Bazar al intentar arrojar una artefacto de estruendo, fue herido en su mano, sufriendo quemaduras de entidad, fue conducido a la enfermería de la plaza siendo atendido por el Dr. Vadora. En el carnaval realense alegraba la fiesta de las carnes tolendas y era quien encabezaba los desfiles de carnaval como el Marqués de las Cabriolas.
    Atentamente. Marcelo Díaz Buschiazzo

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