miércoles, 13 de marzo de 2019

Con Chicuelo en la memoria

El 24 de mayo de 1928 cambió la historia del toreo. Se considera ese día como el del nacimiento del toreo moderno.

En Madrid, en la antigua Plaza de la carretera de Aragón,  Chicuelo confirma la alternativa a Vicente Barrera en presencia de Cagancho con toros de Graciliano Pérez Tabernero.

Chicuelo hace la que se considera la faena más grande de la historia del toreo. "Un toreo basado en la ligazón, en la vertebración entre un pase y otro para que la faena de muleta tomará cuerpo, de tal manera que ya no consistía en preparar el toro para la estocada, sino en crear arte, belleza, encandenando cada muletazo en una secuencia infinita y constante" Asi lo describía Ignacio de Cossío.

Uno de los mejores críticos taurinos de la historia , Federico M. Álcazar escribió en lo siguiente en "El Imparcial"

"Chicuelo realiza con el toro "Corchaito" la faena más grande del toreo".

Reproduzco un extracto de su crónica.

"¿ Cómo toreó Chicuelo? Cómo nunca se ha toreado, como jamás se toreará. Comienza con cuatro naturales estupendos, ligados con uno de pecho soberbio. La ovación vuelve a reproducirse y los olés atruenan el espacio. Vuelve a ligar - siempre con la izquierda- otros tres naturales soberanos. La plaza es un clamor y el público enardecido, loco, jalea la inmensa faena.  pero lo grandioso, lo indescriptible, lo que arrebata al público hasta el delirio, es cuando el torero, ¡ el torero!, ejecuta cuatro veces el pase en redondo girando sobre los talones en un palmo de terreno. Es algo portentoso, de maravilla y de sueño. suave , lento, el toro va embebido, prendido, sugestionado, describiendo dos círculos en torno al artista, que permanece inmóvil en el centro. Ahora el público no aplaude, grita, gesticula, se abrazan unos espectadores con otros, y de pronto , como si el mismo entusiasmo hubiera prendido en todas las manos, la plaza se cubre de pañuelos blancos, como una inmensa bandada de blancas palomas, que agitan las alas pidiendo la oreja para el sublime artista, que liga otros dos naturales inmensos, dos ayudados magnos, un afalorado maravilloso, altos y cambiados sublimes. Cada muletazo es un alarido".

" Señala un pinchazo y continúa su grandiosa, portentosa faena, creciéndose , con otros cuatro naturales de asombro y dos de pecho soberbios. Otro pinchazo y otros dos naturales enormes. La plaza parece un volcán que tuviera fuego en sus entrañas- El entusiasmo del público llega al límite del paroxismo. Vuelve a entrar a matar y coloca una media estocada superior. Se hace en la plaza un silencio augusto. El toro por un momento se mantiene en equilibrio, y rueda a los pies del maravilloso, excelso artista. Los catorce mil pañuelos flamean pidiendo las dos orejas para premiar la gloriosa hazaña. Le conceden las dos orejas y se interrumpe la corrida para que Chicuelo de dos vueltas al ruedo. Ha sido la obra de un dios, de un iluminado, de un loco sublime y genial.... ¡Salve Chicuelo! ¡Salve tu arte soberano! Cuando todo se borre y se pierda en la historia del toreo quedará esa faena como una cumbre memorable, que elevará solitaria su cima al infinito".

Chicuelo en la faena a Corchaito

Chicuelo y Corchaito. Madrid 24 de mayo de 1928

Afortunadamente nada se borró y esa faena no se perdió en la historia del toreo. Y en el día de ayer el Maestro Juan Ortega ý su entorno organizaron  un encuentro en La Carlota (Córdoba) donde además de rememorar la figura de Chicuelo se vivió un ambiente taurino espectacular.

No deja de ser curioso que precisamente en La Carlota se respirase ayer tanta tauromaquia. La Carlota fue fundada en 1767 por el interés que Carlos III tenía en colonizar varias zonas despobladas del Valle de Gualdalquivir y Sierra Morena. Estableció para ello tres grandes territorios cuyas cabeceras estaban situadas en La Luisiana (Sevilla) La Carolina (Jaén) y la Carlota (Córdoba).

Esas zonas fueron repobladas por colonos procedentes de Alemania, Suiza y los Países Bajos fundamentalmente. Aún perduran en sus habitantes los rasgos étnicos  y apellidos de esa procedencia.


Pablo de Olavide recibe las Ordenanzas de la repoblación de la zona de manos de Carlos III en presencia de Campomanes

Años más tarde, en 1785, el propio monarca Carlos III, dicta la Real Pragmática Sanción por la que prohíbe la fiesta de los toros en todos los pueblos del Reino. Dicen que lo hizo influenciado por el Conde de Aranda, aunque parece que la idea fue de su tía Carlota, que residía fuera de España , pero que cada vez que venía a visitar al Rey lo inundaba de ideas peregrinas, ya fueran de temas de urbanismo, nuevas leyes o absurdas obligaciones.

El pueblo comenzó a acuñar entonces la andaluza expresión de "chuminás de la Carlota" que se utiliza como definir algo como una tontería , estupidez o cosa sin importancia según define el diccionario de la RAE sobre el termino "chuminada", que en Andalucía reducimos a "chuminá" y aumentamos con "de la Carlota".

Existe otra versión de la procedencia de la expresión que cuenta que existía un pastelero en La Carlota que horneaba unos deliciosos dulces, pero de muy reducido tamaño. El pueblo los bautizó como "chuminas" por su escaso porte. Los pasteles tomaron fama en la comarca y sobre todo en Écija y cada vez que alguien iba de paso recibía el encargo de traerse "chuminás de La Carlota"

En cualquier caso  la prohibición de Carlos III , quedó en la jornada del sábado en una "chuminá de la Carlota", pues el día no pudo ser más taurino.

Juan Ortega y su familia , a los que agradezco su invitación y permanente atención  y a los que felicito por el exquisito cuidado de los detalles y el buen gusto con el que todo estaba preparado,  habían reunido a su Circulo Taurino, a gente del mundo del toro y a algunos aficionados en la placita de toros de La Carlota,  que en 1993 inauguraron  Finito de Córdoba y Chiquilin con toros de Nuñez del Cuvillo.

El programa era más que atractivo. El joven diestro  iba a matar dos toros de Román Sorando, se iba a degustar una excelente comida, tendría lugar un acto le había preparado su Círculo Taurino y se cerraría el día con una tertulia  sobre la figura de Chicuelo.

Exterior de la plaza de Toros de La Carlota

Plaza de Toros de La Carlota momentos antes de iniciarse el evento



Juan Ortega se encerró con dos toros de Roman Sorando. En el primero demostró sus elegantes formas en el manejo del capote, su variado repertorio de capa, el sitio que tiene en la plaza y la elegante forma de mandar y colocar a su cuadrilla que denota el respeto que tiene a la profesión y su liderazgo.

Con la muleta realizó una faena muy elaborada y en todo momento se vio esa influencia de Chicuelo que a su vez le transmite su Maestro el diestro Pepe Luis Vargas. ¿Cómo puede tener tanta influencia en el toreo de ambos Chicuelo si nunca llegaron a verlo? Más tarde encontramos la explicación en el Maestro Vargas.

Lo mató de un estoconazo soberbio ,volcando el cuerpo sobre la espada y el morrillo, que en cualquier plaza de primera categoría le hubiera valido una oreja de ley solo por la propia estocada.







El segundo era un bonito ejemplar que sin embargo se rajó pronto, aunque ello no impidió que también viésemos una buena variedad de capa, buenos naturales con la ligazón de Chicuelo y unas excelentes maneras en la cara del toro.

Espectacular la manera de intentar cuadrar al toro andando en su cara con elegante torería. Cuando fue a cuadrarlo, en medio de un respetuoso silencio, se oyó el repiqueteo de los picos de cigüeña que desde el nido de arriba de la presidencia observaban la faena. El crotoreo ( que así se llama el repicar de las cigüeñas) suele ir acompañado de un curioso baile corporal en el que parece que el ave no solo saluda sino que hace una reverencia de acatamiento. Bonita señal de respeto al buen toreo desplegado por el Maestro Ortega haciendo la cigüeña las funciones de la Presidencia y dando por finalizado el festejo.


Cigüeñas atentas a la faena desde sus nidos






Tras los dos toros se dio paso a una comida excepcional no sólo en el aspecto gastronómico sino sobre todo por las conversaciones que durante la misma pude escuchar.

Desde la sapiencia taurina de Antonio Luis Aguilera, a la sazón presentador de la posterior tertulia, pasando por la naturalidad y conocimientos de José Morente, ambos grandes conocedores de la historia de la tauromaquia.

Impresionante la  conversacion con Manolo Castilla , de la empresa mexicana Santa Julia, gestora de las plazas mexicanas de Texcoco y Zacatecas, que me puso al día de la situación de la fiesta en México y con quien pude ahondar en la figura de su gran ídolo el torero mexicano Manolo Martínez, el más grande torero mexicano del Siglo XX. que sin duda también bebió en el arte de Chicuelo, pues no en vano Chicuelo toreó 45 corridas en la Monumental de México y llegó a cortar allí 14 rabos, siendo épicas sus faenas a los toros " Dentista" y "Lapicero".

Buena también la conversación mantenida junto a Manolo Castilla con los jóvenes de la recién constituida "Juventud Taurina Calerito" de Córdoba.

Mención aparte merecen  las conversaciones en la que se unieron la dinastía Bienvenida y la dinastía Chicuelo , representadas por Miguel Bienvenida , hijo de Ángel Luis y Manuel Jiménez Amador, nieto de Chicuelo.

Ambos contaron una infinidad de anécdotas de sus ancestros que fueron una auténtica delicia, incitados de manera magistral por Antonio Aguilera pudimos escuchar como nació por parte de Ángel Luis Bienvenida el pase mirando al tendido que luego fue popularizado por Manolete. Miguel Bienvenida nos explicó de muy gráficamente la diferente manera de ejecutarlo de cada uno de ellos.

Embebidos en estas conversaciones anunciaron el inicio de un pequeño acto en el que el Círculo Taurino Juan Ortega hacía entrega de un vestido de torear al diestro y la posterior tertulia sobre la figura de Chicuelo.

Con el buen gusto que estaba organizado el acto , para ocupar los asientos había que pasar previamente por una soberana exposición de fotos de Chicuelo que sobrecogieron y emocionaron a su nieto que en el coloquio agradeció de manera sentida el detalle que Juan Ortega había tenido con su familia y que transmitiría a su padre con emoción. Magnífica recopilación de fotos que ni siquiera la ciudad de Sevilla ha sido capaz de hacer en el centenario de su alternativa que será en septiembre de este año. 

Exposición de fotografías de Chicuelo


Antes de la entrega del traje al torero, su hermana Macarena nos deleitó con retazos históricos del vestido de torear haciendo mención a Costillares como el primer torero que lo diseña pocos años después de la prohibición de Carlos III y la introducción años más tarde de "las luces" en el traje por iniciativa de Paquiro.

Y para finalizar el día tres Maestros se sentaron en la mesa de coloquio. El reputado crítico taurino Antonio Luis Aguilera, Manuel Jiménez Amador (nieto de Chicuelo ) y Pepe Luis Vargas.

Contaron muchas cosas de Chicuelo que intentaré resumir. Chicuelo queda huérfano a tempranísima edad y es un tío suyo apodado Zocato el que se hace cargo de él. Se arrima a los Guerra desde pequeño.

Su tío Zocato lo lleva a Salamanca donde entra en contacto con ganaderías charras y curiosamente recibe la comunión en la finca de Graciliano Pérez Tabernero.

Ya pastaban por allí los antepasados de Corchaito, al cuidado del  mayoral de aquella ganadería que en aquella época era Miguel Atienza Caro, fundador de la dinastía de picadores Atienza e inventor de la suerte de la carioca.

Chicuelo mató todo tipo de ganaderías. Prueba de ello es que se enfrentó a 19 corridas de Miura, 33 de Pablo Romero y 62 de Saltillo entre otras.

Se casó con la cupletista Dora la Cordobesa, bella mujer retratada por Julio Romero de Torres, que abandonó su oficio al casarse con Chicuelo.

El cuadro que Julio Romero de Torres pintó fue subastado y vendido en Sotheby,s por una cifra astronómica. Esa imagen sería también utilizada durante años en las etiquetas de los vinos de las Bodegas Cruz Conde de Córdoba.

Dora la Cordobesa, esposa de Chicuelo

Cuadro de Julio Romero de Torres. Dora la Cordobesa

Chicuelo y su mujer sufrieron la pérdida de uno de sus hijos que murió ahogado en una piscina. Ese hecho fue determinante en la vida de Chicuelo, que estuvo cuatro años sin torear y siempre vivió sumido en la pena que supone la pérdida de un hijo.

 En su cuadrilla llevaba tres magníficos subalternos: Rerre, Romerito y Rozalem.

Especial relación tuvo con "Rerre". Contaba el nieto de Chicuelo que tras la primera chicuelina que su abuelo dio en Valencia en 1922 al volver a Sevilla , Chicuelo fue al bar donde solía reunirse con su gente de confianza y encontró a "Rerre" con una servilleta explicando el pase que había dado días antes en Valencia que nunca se había visto en la historia del toreo.

El Maestro Chicuelo no tuvo rubor en reconocer que había sido un quite de urgencia por no salir por pies de la cara del toro. Gracias a la memoria visual de "Rerre", Chicuelo comenzó a practicar y perfeccionar la chicuelina. hoy día es complicado no ver una corrida donde no se ejecute este lance de capa que surgió de manera casi accidental.

Contaba su nieto que la faena a Corchaito causó tal impacto que hubo un momento en que la plaza se quedó en silencio sepulcral porque no salían de su asombro. En ese momento Rerre le dijo a Chicuelo "Maestro, esto va "mejon" que bien".

El propio Rerre cuando el Presidente de ese día le concede las dos orejas le dice " Manué, hoy has cambiado la historia del toreo".

Chicuelo murió en 1967 sin ser consciente de lo grande que fue en la historia del toreo.

Pero , como explicó Pepe Luis Vargas de manera magistral muchos toreros lo tuvieron como Maestro y eso se transmitió de unos a otros. Manolete, Antonio Ordoñez y Pepín Martín Vázquez fueron admiradores de Chicuelo y toreros que de una u otra forma siguieron su estela.

Antonio Aguilera, Manuel Jiménez Amador y Pepe Luis Vargas en plena tertulia


Pepe Luis Vargas contó como Pepín Martín Vargas le transmitió lo que había aprendido de Chicuelo y como llegó a tenerlo como idólo sin haberlo conocido.

 En estos últimos años el ha transmitido a Juan Ortega esos conceptos .

Desde la manera de coger el capote que permita llevar los vuelos al hocico del animal, mecerse en las entretelas, torear con la cintura y las muñecas y tener ligazón en la faena para transmitir sentimiento al público para que se haga realidad la frase con la que el propio Juan cerró el día. "Vivir sin torear no es vivir".



Juan Ortega despidiendo el acto









3 comentarios:

Hoy se torea en el Cielo por chicuelinas

Decían de él que toreaba como los ángeles y que sus muñecas eran de cristal por la suavidad con la que mecía el capote. Cuentan que ha entra...