Durante los días de Semana Santa decía el Papa Francisco,
citando a Virgilio, “que era necesario recuperar la memoria, porque la memoria
nos va a ayudar”.
“Este es un tiempo para recuperar la memoria. Debemos
recuperar la memoria de las raíces y de la tradición que es memoriosa. Debemos
ir a una conversión por la memoria como se hacia en los ejercicios espirituales de San Ignacio de Loyola “.
En nuestras vidas hay memorias de lo vivido, memorias
soñadas, memorias contadas y hasta memorias de futuro, como muy bien ha titulado la serie
de artículos que ha publicado durante la Semana Santa mí amigo de juventud
Miguel Andreu.
Hoy es Domingo de Resurrección. Día grande en Sevilla. Día
grande por la Resurrección del Señor y porque siempre ha sido uno de los
días señeros en el calendario taurino de la ciudad.
Día grande por lo divino y lo humano.
Día grande por lo divino y lo humano.
Durante la mañana se celebra el pregón taurino y por la
tarde se inaugura la temporada en
nuestra ciudad con un cartel de lujo y primeras figuras.
Pero las circunstancias actuales nos han llevado a una Semana
Santa atípica y a un Domingo de Resurrección sin toros en Sevilla. Tenemos que
tirar de la memoria.
Nada mejor que irse al Domingo de Resurrección de hace 50
años. Nos situamos en 1970.
Hasta aquel año el Domingo de Resurrección era un festejo
menor. Era un preparatorio para la Feria
de Abril, donde realmente se cuajaban los grandes carteles.
Pero en 1970 el
imaginativo empresario D. Diodoro Canorea, comienza a gestar una idea que ese
mismo año haría realidad.
Se trataba de aunar el Domingo de Resurrección con la figura
de Curro Romero para que este festejo fuera el más importante de la temporada
junto a la gran Corrida de la Beneficencia
que se celebraba en Madrid y que en aquella época era considerado el más
importante del calendario taurino.
El 29 de marzo de 1970 se plasma esa idea y el hábil
empresario reúne en un cartel a Curro Romero, Riverita y Rafael Torres. Por
delante de ellos el caballero rejoneador Antonio Ignacio Vargas, que contaba en
aquella época con gran predicamento.
Curro Romero se había retirado de los toros tras pasar una
mala racha y esa corrida suponía su vuelta a Sevilla tras reaparecer
previamente en Badajoz donde acabo en el cuartelillo detenido por negarse a
matar un toro que estaba que ya estaba toreado.
Riverita, hermano de Paquirri, generaba en la época una expectación
inusitada y de no haber sido por un desgraciado accidente de coche hubiera
llegado a ser gran figura del toreo.
Y Rafael Torres era un novillero que había alborotado
Sevilla y en el que la ciudad tenía puesta todas sus complacencias pues toreaba
con un gusto exquisito. E iba a tomar la alternativa de manos de Curro Romero,
que ya en aquellos años era un ídolo de la afición de Sevilla.
Curro Romero a finales de los sesenta pasó una muy mala
racha personal a lo que se unió que dejo de ser apoderado por Jose Ignacio
Sanchez Mejías y lo llevaba entonces Domingo Dominguín.
Domingo Dominguín era un tipo bohemio que no estaba del todo
centrado en el mundo del toro y si más en temas políticos próximos al entonces
clandestino Partido Comunista.
Y no estando centrado ni torero ni apoderado la consecuencia
fue el anuncio de la retirada de Curro Romero con un comunicado que decía lo
siguiente:
“ En conversación mantenida con mi apoderado Domingo
Dominguín he decidido rescindir todos los compromisos artísticos contraídos y retirarme definitivamente del
toreo ante la anormalidad existente y la desagradable pugna de varios sectores que
no benefician en nada a nuestra incomparable Fiesta Nacional y que han servido
para desmoralizar a muchos de los que en ella tenemos parte.
Lo que hago saber a
mis admiradores y público en general que de tomar parte en alguna
corrida este año lo haría desinteresadamente, en la que posiblemente se
organice por la Asociación Española de la Lucha contra el Cáncer”.
Volvía Curro a Sevilla con la expectación por las nubes para
dar la alternativa al novillero que había vuelto loca a Sevilla los años
anteriores en los que Curro mostraba un declive que terminó en aquella
retirada.
Y ese Domingo de Resurrección se llena la plaza para ver a
Curro y a Rafael Torres convertirse en matador de toros. Ese Domingo de
Resurrección de hace 50 años es el que comienza a marcar la importancia de la
fecha desde el punto de vista taurino.
Rafael Rodriguez Pérez de Torres “Rafael Torres” nace en la
Puerta Osario y se nutre de la filosofía taurina de Manolo Vázquez.
No fueron nada fáciles sus comienzos. Se buscaba la vida
para asistir a los tentaderos en los que pudiese tener una oportunidad. Y lo
hacía tanto en Sevilla como en Madrid.
Rafael torres camino de Madrid a buscarse la vida como maletilla |
Rafael Torres buscando una oportunidad |
Rafael Torres en Zahariche para buscar una oportunidad |
Dejaba buena impronta en los tentaderos y puede debutar en
el año 1967 en Olivares (Sevilla) dejando ese día una magnifica impresión.
Contaba que el primer traje de torero que tuvo fue un regalo de Diego Puerta y
Paco Camino.
El día de su debut en Olivares en 1967 |
De novillero dejo tardes memorables, en especial la de su
debut en Sevilla. Cuentan quienes lo vieron esa tarde de 1968 que jamás podrán
olvidar lo que aquel día salió de las telas de Rafael ante dos novillos de
ensueño de Francisco Rincon Cañizares. Todo el mundo decía que había vuelto el toreo de Pepe Luis. Ese
día de novillero abre la Puerta del Príncipe
Dice Filiberto Mira en su libro “Cien años de toros en la
Maestranza”:
“¿Quién toreó el 6 de octubre de 1968 en Sevilla?
Pues no fueron pocos los que creyeron que había toreado Pepe
Luis Vázquez (padre) disfrazado de Rafaelito Torres. Sucedió algo similar a lo
que aconteció el 4 de abril de 1948, cuando pareció que Frasquito había
resucitado al mismísimo Manolete. En este caso del 68 , lo que encarnó
Rafaelito Torres fue el arte y la gracia de el Ingenio de San Bernardo.
Fue una tarde en la que Rafaelito idealizo los duendes de
Sevilla y derrochó a raudales cuanto de genialidad tiene la inspiración torera
de los más netos hispalenses. Hubo derroche de pellizcos en su capote y en su
muleta”.
Rafael Torres por la Puerta del príncipe en su debuto como novillero con picadores en la Maestranza el 6 de octubre de 1968 |
Reportaje gráfico de la prensa de aquel día |
Seis novilladas picadas toreo en la Maestranza hasta tomar
la alternativa.
Todos esos antecedentes hacían que la afición acudiera
ilusionada a la plaza.
De blanco y plata con los cabos negros iba Rafael Torres
cuando hizo el paseíllo flanqueado por Curro y Riverita. Salió muy animoso con
el capote y se lució en un primoroso quite por chicuelinas que fueron
respondidas por las verónicas
majestuosas del Faraón.
Paseíllo de aquel Domingo de Resurrección. |
Contaba Curro Romero de la alternativa
“Se la di con mucha
ilusión a Rafaelito Torres, un torero que tenía unas cualidades estupendas y
que veía yo que podía ser un torero de Sevilla. Recuerdo que le dije, porque
siempre he dicho poquitas palabras al dar las alternativas, no esos
discursos ridículos que largan algunos:
-Te deseo mucha suerte en el toro, la misma que he tenido
yo”.
Tras esas palabras Rafael brinda ese primer toro de su vida
a Manolo Vázquez que era su apoderado. Lo hizo de forma efusiva, tal y como es
Rafael.
Curro cede los trastos a Rafael Torres en el día de su alternativa |
Curro Romero en el breve discurso a Rafael Torres |
La Maestranza llena para la alternativa de Rafael Torres |
Nadie podía prever ese día lo que el destino depararía años
más tarde. Y es que en 1981 Rafael Torres decide dejar de ser matador de toros
y ese mismo año Manolo Vázquez vuelve a los toros para dar la alternativa a su
sobrino Pepe Luis.
Rafael Torres, que
había optado por ser torero de plata, actúa a las órdenes de quien fue su
apoderado el día de la alternativa. Años más tarde actuaría también en la
cuadrilla de su padrino de alternativa.
Rafael Torres con su apoderado Manolo Vázquez |
Y posteriormente
cuando estaba a las órdenes de Paquirri, el conductor del coche de cuadrillas
de este era su testigo de alternativa , Riverita.
Vueltas que da la vida, vueltas que nunca esperamos.
El toro de la alternativa de la ganadería de Carlos Urquijo
se llamaba “Entretenido” y cuentan las crónicas de aquel día que:
“El neófito se enfrenta
a un toro con pocos bríos, de remisa y corta acometida, al que le da algunos
muletazos estimables sobre la derecha. Pinchó y no pudo obtener trofeo”.
Derechazo de Rafael Torres el día de su alternativa |
“Los lances con que Rafael saludó al último tuvieron el
calor de la decisión y el color de la elegancia. Nos gustó la faena de muleta,
brindada al público, porque estuvo al margen de la vulgaridad y de la rutina,
porque se desarrollaba a impulso de la inspiración del artista. Los pases
tuvieron la sal de la pinturería propia de la florida escuela sevillana. Lástima que a Rafael no le
funcionará bien el acero”.
El público lo despidió
con una fuerte ovación.
Con el paso de los años he escuchado decir a Rafael Torres
que lo más grande que le ha pasado en el mundo de los toros era haber hecho el
paseíllo con Curro Romero un Domingo de Resurrección en la Maestranza. Que para
entenderlo había que vestirse de torero y hacer el paseíllo al lado o detrás
del Faraón.
Tras la alternativa vinieron 33 corridas de toros en la
Maestranza y más de 400 en el resto de España y en América hasta su retirada
como matador de toros en el año 1981. Once años como matador de toros.
En la Maestranza toreó un festival. En el que la Vejez del
Toreo homenajeó al Dr. Leal Castaño y al que hemos hecho referencia en otras
páginas de este blog. Siempre le estaré agradecido a Rafael Torres por haber participado en aquel
festival. Cuando hablo con Rafael Torres de mi abuelo le notó el brillo en los
ojos. Ese brillo que distingue a los hombres nobles y de ley.
El autor del blog con Rafael Torres en el Ateneo |
De su nobleza habla lo querido que Rafael Torres es entre
todos sus compañeros.
Conversaba el Viernes
Santo con el Maestro Antonio Alfonso Martín, al que en el año 1978 también le
daría la alternativa Curro Romero.
Antonio Alfonso Martín recordaba cuando Rafael Torres iba a
tentar a casa de D. Eduardo Miura siendo ya Rafael matador de toros y él un
aficionado. Rafael Torres se lo llevaba. Los tentaderos de Miura eran muy
completos. A todos los tentaderos iba Rafael Torres acompañado de Manolo y Pepe
Luis Vázquez. Dos conceptos me resaltaba el maestro. Facilidad y naturalidad.
Dos conceptos que tenía Rafael innatos y perfeccionados con
las enseñanzas de Pepe Luis y Manolo.
Me contaba Antonio Alfonso que aquel día en casa de D. Eduardo Miura había 4 novillos preparados
para Rafael. El primero salió con gran ímpetu. Antes de que Rafael saliera,
Pepe Luis fue a pararlo. Y lo paró con tanta clase y facilidad que aún hoy lo
recuerda el Maestro.
Otro día en la finca de Gabriel Rojas en otro tentadero
preparado para Rafael, salió Manolo Vázquez y le dio al novillo 20 pases que
para el Maestro Antonio Alfonso han sido lo más perfecto que ha visto en el
toreo por la naturalidad con los que se dieron.
Ni siquiera las faenas que hizo Manolo Vázquez el día de su
gloriosa despedida de los toros en 1983 en la Maestranza en aquel histórico mano a mano con Antoñete se pueden igualar a
lo que aquel día hizo.
Esos dos conceptos los asimiló muy bien Rafael Torres. Facilidad
y naturalidad.
Antonio Alfonso Martin, Pepe Luis Vargas, Espartaco, Luis Álvarez Ossorio, Miguel Ríos Mozo , Diego Puerta, Rafael Ríos Mozo y Rafael Torres en un tentadero |
Eso le permitió a Rafael compartir cartel con todos los grandes
de la época. Diego Puerta, Palomo Linares, Paco Camino, El Viti, El Cordobés,
Jaime Ostos, Antonio Bienvenida, Rafael de Paula, Curro Romero, Paquirri,
Antonio José Galán, Ruiz Miguel, Jose Luis Galloso, El Niño de la Capea, Angel
Teruel, Manzanares padre…
Cada nombre que escribo
es un recuerdo en la memoria de mi infancia y juventud taurina.
Especial recuerdo tenía el Maestro Antonio Alfonso de varias
corridas de Rafael Torres. Sobre todo de una que podía haber cambiado el curso
de la historia de Rafael.
Un día en la Maestranza en la que toreó con Paco Camino y
Eloy Cavazos, último torero mexicano que abrió la Puerta Grande de Madrid.
Ese día a Rafael Torres le tocaron la música en el capote en
los dos toros. Hizo dos faenas primorosas que todavía están en la retina de quienes
lo vieron. Faenas de cuatro orejas para
consagrarse. Pero falló en los dos toros con la espada. Nunca sabremos qué hubiera
pasado si ese día mata bien a los dos toros.
Recuerda también con cariño la excelente acogida que Rafael
Torres le dio al torero mozambiqueño Ricardo Chibanga.
Chibanga había nacido en Maputo (Mozambique), colonia
portuguesa que precisamente por esa
influencia tenía una plaza de toros en la que se daban festejos.
Estado actual de la Monumental de Maputo , hoy habitada por indigentes |
Chibanga era apenas
un niño que repartía carteles en los festejos que allí se celebraban hasta que
pudo participar en un espectáculo cómico taurino. Pero Chibanga quería ser
torero y para ello se fue a vivir a Portugal. De allí se fue a San Sebastián de
los Reyes , donde ya pudo sumar un buen número de novilladas. Recaló en Sevilla
y fue acogido por el ya matador de toros Rafael Torres y gozó de la protección
de Paco Camino.
Con ambos perfeccionó su estilo hasta tal punto que el 15 de
agosto de 1971 logra el sueño de convertirse en matador de toros ni más ni
menos que en la Maestranza.
Le da la alternativa Antonio Bienvenida, que ese año había
reaparecido , con Rafael Torres de
testigo.
Bienvenida le dijo. "Ricardo, buena suerte, tú puedes ser torero, hay que luchar, hay que pelear, pero estoy seguro que lo vas a hacer bien. Mucha fuerte Ricardo". Contaba Chibanga que esas palabras y el sentido abrazo que le dieron Bienvenida y Torres le emocionaron. Antes de salir se había encomendado a la Virgen de Fátima y a la Macarena. Aquel día cortó la única oreja de la tarde en el toro de su alternativa.
Bienvenida le dijo. "Ricardo, buena suerte, tú puedes ser torero, hay que luchar, hay que pelear, pero estoy seguro que lo vas a hacer bien. Mucha fuerte Ricardo". Contaba Chibanga que esas palabras y el sentido abrazo que le dieron Bienvenida y Torres le emocionaron. Antes de salir se había encomendado a la Virgen de Fátima y a la Macarena. Aquel día cortó la única oreja de la tarde en el toro de su alternativa.
Alternativa de Ricardo Chibanga de manos de Antonio Bienvenida con Rafael Torres de testigo |
Chibanga vuelve a torear en la Maestranza con Curro Romero y
Rafael Torres en una corrida de Carlos Urquijo.
Chibanga era amigo de la escuela del mítico futbolista portugués
Eusebio, con quien se fotografía toreando de salón en la plaza de toros de Lisboa cuando Eusebio ficha por el Benfica.
Y llegó a Sevilla
casi coincidiendo con Biri Biri.
Para mí, un niño en aquella época, eran las notas de
exotismo en mis dos principales aficiones.
Chibanga y Eusebio en la plaza de toros de Lisboa |
Su trayectoria fue
corta porque una dolencia ocular le fue dejando casi sin visión y le hizo
retirarse de los toros. Antes marcó varios hitos como el de ser el primer
torero negro de la historia y el haber toreado en Yakarta (Indonesia) en la
corrida que más público ha congregado en la historia del toreo al reunir a más
de 100.000 personas en un estadio deportivo. El Presidente de Indonesia le
regaló un Rolex en recuerdo de aquel día.
También fue el último
torero que mató un toro en China, más en concreto en Macao, en la plaza que se
construyó con madera de bambú.
Plaza de toros de Macao hecha con madera de bambú ( Fuente . El estoconazo) |
Nada hubiera sido posible sin la ayuda que en su momento le
prestó Rafael Torres.
Rafael Torres tiene grandes éxitos en América , sobre todo
en México y en Perú donde se retira por todo lo grande en Lima en 1981.
Salida triunfal en Lima |
Éxito en Lima |
Tras retirarse como matador de toros comienza a ir de subalterno en la
cuadrilla de grandes toreros. Manolo
Vázquez, Paquirri, Luis Francisco Espla,
Victor Mendes, Fernando Cepeda, José Antonio Campuzano, Julio Aparicio,
Chamaco, Manzanares, Emilio Muñoz.
Se tiene que mentalizar mucho porque su sueño hubiera sido ser gran figura del toreo.
Se tiene que mentalizar mucho porque su sueño hubiera sido ser gran figura del toreo.
Con todos dio muestras de su profesionalidad y buen
hacer. Verle lidiar era una maravilla y
verlo banderillear un privilegio.
Un par de banderillas de Rafael Torres en su etapa de banderillero |
Fue testigo en primera persona de la fatídica tarde de
Pozoblanco pues iba en la cuadrilla de Paquirri. Aquello le marcó bastante y se
llegó incluso si volver a torear. Estuvo mucho tiempo sin hacerlo tras la
muerte de Paquirri.
En la foto que vemos debajo de aquel paseíllo podemos
observar el porte de Rafael con los pies juntos antes de iniciarlo.
Rafael Torres en el paseíllo de Pozoblanco el día de la muerte de Paquirri |
Fue paseando su torería y compañerismo por todas las plazas
de España a las órdenes de diversos toreros que sabían de su buen hacer y mejor
lidiar.
Gran relación tuvo con Luis Francisco Esplá al que llenaba
el coche con marchas de Semana Santa derrochando esa sevillania de la Puerta
Osario .
Gran devoto del Gran Poder al que visita todos los viernes
del año. Ese Gran Poder al que le hicieran la primera foto nocturna de la historia
de la Semana Santa en el año 1918 , año de la pandemia de la gripe española que
no afectó ese año a las cofradías , pero que luego si haría que se suspendieran
festejos taurinos.
Primera foto nocturna de la Semana Santa de Sevilla. 1918, año de la gripe española. |
Esa foto al paso del Señor por los Billares Madrid en la
calle Sierpes fue hecha por Juan Barrera mientras Amalia Molina le cantaba una
saeta. En aquel año mientras el mundo se veía arrasado por la pandemia de gripe
española, Sevilla seguía su discurrir normal.
Probablemente también hubiera sido Rafael devoto del Cristo
de San Agustin, pues el antiguo convento estaba cerca de la Puerta Osario en
los extramuros de la Sevilla de la época.
Dicen que este Cristo
fue el gran referente devocional de la Sevilla antigua, quizás tan importante o
más que la devoción que hoy concitan el
Gran Poder o la Macarena.
A esta imagen se encomendaba Sevilla cada vez que la
situación se torcía, ya fuese por lluvias, por sequía, por epidemias de peste,
de cólera o por darle gracias por el nacimiento de un nuevo monarca.
Múltiples fueron las ocasiones en las que hizo procesión el
Cristo de San Agustin.
En 1525 y en 1566 por la sequía, en 1588 por rogativas en la
Guerra con Inglaterra, en 1649 por la gran epidemia de peste que asoló la
ciudad, donde surgió el voto de acción de gracias que cada año renueva el
Ayuntamiento de la Ciudad cada año.
Cuadro de la procesión del Cristo de San Agustín con motivo de la peste en 1649 |
Ese año tras la salida del Cristo de San Agustin se izaron
las banderas blancas en el Hospital de la Sangre (actual Parlamento) para
anunciar que la epidemia de la peste había terminado.
En las epidemias de
1680, 1800 y 1830 también salió en procesión el Cristo de San Agustin.
Fue su última salida en 1926, pues fue quemado en los
infaustos sucesos de 1936.
El Cristo de San Agustín en la Plaza del Pan en su última salida en 1926 |
Estos tiempos que en la actualidad vivimos nos han construido una memoria nueva.
Ha sido una Semana Santa diferente a cualquiera que hayamos
podido vivir nunca. Todos hemos tenido estos días una tarde en la memoria.
Memorias de un sereno
sufrimiento. No hubo misa de la hermandad del Baratillo en la capilla de la
Plaza de Toros. Cada tarde hemos salido a
los balcones de la nostalgia con nuestra memoria puesta en la Virgen de la Salud de San Gonzalo, en la
Salud de San Nicolás o en el Cristo de la Salud de los toreros o en el de la
Salud de Los Gitanos. Salud y Buen Viaje pedían los viajantes que salían de Sevilla
al Cristo que asomaba por una cristalera de la Iglesia de San Esteban cuando
enfilaban la Puerta de Carmona. Salud y Esperanza.
No hubo ni los ritos ni los rituales familiares que se viven
los días que hace estación de penitencia la hermandad que ha visto pasar por
sus filas a las familias de generación
en generación.
Solo había calles tristes donde habita el vacío.
Vacío en las calles pero riqueza en los interiores. Este año ha cobrado mas que nunca sentido la expresión de que la procesión va por dentro. El que se haya quedado en lo material de la Semana Santa sin duda se habrá rebelado y amargado.
Quien haya optado por mirar en su interior y descubrir el verdadero sentido de la Semana Santa se habrá enriquecido. Habrá sufrido igual porque sería de necios decir lo contrario. Pero habrá enriquecido su alma en el forzado recogimiento que este año hemos tenido.
Lo superfluo y la esencia. La manifestación exterior y la vida interior. Pueden convivir y es bueno que convivan. En la vida y en el toreo.
Pero hay que saber distinguirlos y saber cuando han de convivir y cuando ha de prevalecer lo uno sobre lo otro.
Vacío en las calles pero riqueza en los interiores. Este año ha cobrado mas que nunca sentido la expresión de que la procesión va por dentro. El que se haya quedado en lo material de la Semana Santa sin duda se habrá rebelado y amargado.
Quien haya optado por mirar en su interior y descubrir el verdadero sentido de la Semana Santa se habrá enriquecido. Habrá sufrido igual porque sería de necios decir lo contrario. Pero habrá enriquecido su alma en el forzado recogimiento que este año hemos tenido.
Lo superfluo y la esencia. La manifestación exterior y la vida interior. Pueden convivir y es bueno que convivan. En la vida y en el toreo.
Pero hay que saber distinguirlos y saber cuando han de convivir y cuando ha de prevalecer lo uno sobre lo otro.
Hay que desdecir los versos de Antonio Machado
“¡Oh maravilla!
Sevilla sin sevillanos
¡La gran Sevilla!”
No don Antonio. Sevilla con sevillanos. Sevillanos cabales
que han dado una lección de saber comportarse.
Todos vamos a perder en el tener, lo que nos dará la
oportunidad de centrarnos en el ser.
Todos hemos desarrollado paciencia y hemos aprendido de San
Agustin que se requiere paciencia para desarrollar la paciencia, aunque estos
días le hayamos rogado como hacía el
Santo.
“Señor, dame paciencia, pero ¡dámela ya!”
Hoy no podremos ir a la Maestranza ni podremos ver en ese
camino la Cruz del Baratillo, aquella
que se alzó en recuerdo de los infectados por la peste de 1649.
Sevilla, cumpliendo con su deber, esta retirada en sus
cuarteles.
En el año 2002 Rafael, que siempre se centró más en el ser
que en el tener, que siempre fue un sevillano cabal, estimó que había llegado
la hora de retirarse de manera definitiva.
Por circunstancias de la vida ese año no se terció poder organizar la despedida en condiciones.
El año taurino se aprestaba a su fin y a Eduardo Dávila
Miura le ofrece Roberto Espinosa torear el 12 de octubre en Sevilla con toros
del Marqués de Domecq.
Eduardo conocía la intención de Rafael de retirarse y,
aunque no iba en su cuadrilla ese año, le ofrece despedirse ese día de Sevilla.
Gesto del gran señor que es Eduardo.
Como el propio Eduardo me contaba en la tarde del Viernes
Santo cuando lo llamé para que me contase algo de aquel día me decía:
“Rafael es un torero
excepcional. En mi casa no se paraba de hablar de él, de cómo toreaba, de su
gusto y sevillania. A través de la familia Vázquez he tenido mucha amistad con
él, y el con mi familia.
Me enteré que se retiraba y pensé que era una lástima que no
pudiera hacerlo con la categoría que le corresponde por su talante como persona
y por su carrera como torero.
Eduardo había conocido a Rafael cuando el empezaba a torear.
Davila Miura se amparó en Pepe Luis Vázquez y los tres iban
de manera frecuente a los tentaderos que el Conde de la Corte realizaba en “
Los Bolsicos” en Jerez de los Caballeros.
Tentar allí era muy especial porque D. Luis López Obando hacía unos tentaderos muy exigentes en los que
se echaban 15 0 20 vacas en tentaderos completos que empezaban al amanecer y duraban todo el día.
En esos múltiples viajes se forjó una gran amistad entre el
trio formado por Pepe Luis Vázquez. Eduardo Dávila Miura y Rafael Torres.
Recordaba Eduardo esos viajes en los que se hartaban de reír con
las anécdotas de Rafael y su peculiar manera de contarlas.
Seguía Eduardo contando:
“Yo no sabía si se podían llevar cuatro subalternos y como
yo estaba en el Grupo Especial tenía que llevar a los míos de siempre”.
Consultó con la Unión si era posible llevar cuatro subalternos
en su cuadrilla y le dijeron que sin problemas. De hacho Ordoñez solía llevar
cuatro toreros de plata.
La acogida de su cuadrilla fue esplendida. Espartaco Chico,
Joselito Rus y Juan “ El Largo” no sólo no le pusieron ninguna pega sino que le
dejaron a Rafael todo el protagonismo.
Eduardo le dijo que no se trataba solo de vestirse de torero
y hacer el paseíllo para despedirse, sino que le iba a dar el protagonismo que
su carrera merecía. Rafael estaba preocupado por la reacción de la cuadrilla de
Dávila Miura porque siempre ha sido muy cuidadoso con los detalles.
La propia cuadrilla le dijo que eligiera lo que quería hacer
ese día y él , en su forma de ser contestó. “Lo que me toque en suerte”
El cartel de aquel día era Davila Miura, Miguel Abellán (el
hoy flamante Director de Asuntos Taurinos de la Comunidad de Madrid) y El Cid.
El tercero de la tarde le propinó un cornalón al Cid que
estremeció a toda la plaza y cambió el
semblante de todos.
Ese día Rafael lidió
el primer toro de Eduardo y banderilleo el segundo.
En el primer par de banderillas el toro, que era complicado,
le apretó bastante y salió muy apurado del par. Sonó la música tras ese primer
par.
Le tocaba poner el último par de su vida en la Maestranza y
el toro tenía mucho peligro. Por su cabeza pasó de todo en ese momento y sobre
todo tras la cornada de El Cid que había
dejado a la plaza helada.
Sus hijos estaban en los tendidos, su familia expectante y
la debilidad humana hizo que pensase que con el peligro que tenía ese toro,
mejor era pasar de largo, poner una sola banderilla y no tener ningún percance.
Sevilla es afición entendida y sabría comprenderlo y el no
haría pasar a sus hijos por el mal trago de una cornada el día de su despedida.
Pero cuando Rafael se va a los medios la banda del Maestro
Tejera, mandada ese día por Pepín Tristán se arranca con un pasodoble que le
hace un nudo en la garganta y le lleva a darlo todo en otro apuradísimo para
que pone asomándose al balcón en todo lo alto.
De nuevo Sevilla alborotada. Sin duda la procesión iba por dentro en esos momentos y el goce espiritual de poner ese broche de oro rebrotó en el interior del Maestro.
Rafael Torres se retiraba siendo el torero que más veces ha hecho el paseíllo en la Maestranza y siendo probablemente el único que haya escuchado sonar la música con la capa, en banderillas y con la muleta.
El siempre recordado Fernando Carrasco (qepd) firmaba la
crónica del ABC de ese día
“ Al final, el adiós de un hombre de plata, oro en el
corazón y en su toreo, que ha dado todo y más por y para el toro: Rafael
Torres, que además bregó y banderilleo no solo con eficacia sino con ese gusto y
temple que siempre han tenido sus manos. Terminó el festejo y sus hijos le cortaron
la coleta. El maestro Pepín Tristán ordenó el pasodoble y la vuelta al ruedo
condensó- antes había recogido un puñado de albero el bueno de Rafael- toda una
trayectoria para enmarcar. Enhorabuena, torero, porque te mereces el descanso, yéndote
en figura, lo que has sido desde que te enfundaste por vez primera un traje de
luces”.
Con sus hijos el día de su despedida |
Aunque he visto pocas veces al Maestro Rafael Torres le
tengo en gran estima , no solo por haber participado en el festival que se le
tributo al Doctor Leal, sino por todo el cariño que siempre ha transmitido
hacía el.
Estimado Maestro D. Rafael Torres, muchas gracias por todo lo que ha dado al mundo del toro porque el agradecimiento es la
memoria del alma.
Enhorabuena Manolo por tu magnífica crónica. Gran justicia has hecho con el MAESTRO D. Rafael Torres: grandísimo TORERO, aunque retirado de plata, fue siempre de ORO. Ojalá pueda leer tu crónica y reciba nuestra admiración como aficionados por su persona y MAESTRÍA. Esperando la próxima. Un abrazo.
ResponderEliminarFenomenal Don Manuel me a gustado mucho
ResponderEliminarBravo. Gracias por acercarnos a toda esta memoria de nuestra cuidad.
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