viernes, 8 de mayo de 2020

Por las huertas de Gelves. 125 años del nacimiento de Joselito



Si tú vieras el río por las huertas de Gelves

Sé que te gustaría.

Si tú vieras el rio como un reloj de agua,

cómo una larga espada

a cuchillo pasando la marisma

sé que te sentirías el pecho atravesado

por una azul corriente de agua clara

que te arrancara el corazón dorado

y en su lugar pusiera una naranja.  

Si tú vieras el rio por las huertas 

Entre los naranjales ya no está Joselito

Ni por los olivares va Fernando de Herrera.

Vagan por la otra orilla, ¿no los ves?, a caballo.

Por ellos fue lejana y cruel Andalucía. 
 

Este fragmento del poema de Aquilino Duque dedicado a Joaquin Romero Murube que canta a las huertas de Gelves es una de las múltiples citas que Gelves tiene en la literatura universal.

En una de esas huertas, el día 8 de mayo de 1895, nace José Gomez Ortega, que sería conocido como Gallito o Joselito el Gallo.

Ya el viajero romano Plinio hacía referencia a Gelves en sus relatos de viajes “Vergentum, quod Julius Genius”, que era el sobrenombre que tuvo Augusto, tío de Julio Cesar, al que adulaban con el nombre de Genio, de donde pudo derivar el topónimo de Gelves.

Habitada por romanos, antes por turdetanos que la llamaron Gelduba y después por árabes que la llamaron Gebal que significaba monte de recreo.
Puente árabe en Gelves en el parque de El Pandero
 

Gelves fue finalmente reconquistada en 1247 por Pelay Correa que la asaltó desde los campamentos cristianos de Aznalfarache y Tablada.

Tras conquistar Gelves , Pelay Correa, caballero portugués al servicio del Rey Fernando III, es el encargado de dirigir el cerco del arrabal de Triana en la reconquista de Sevilla en 1248. Por eso tiene una calle en Sevilla al ladito de la iglesia de Santa Ana, aquella a los que los seguidores de Juan Belmonte llegaron tras una excelsa faena del Pasmo de Triana para pedirle al párroco las andas de la Virgen para llevar en procesión a Juan Belmonte a lo que el cura se negó en rotundo y profundamente crispado dijo:
 “Las andas de la Virgen para llevar a Belmonte. ¡Que barbaridad! Si todavía fuera para llevar a Joselito…"

Gelves y Triana. José y Juan con Pelay Correa como nexo de unión ya desde tiempos de la reconquista.

La villa es vendida en 1527 a D. Jorge Alberto de Portugal y Melo, al que el Rey Carlos I otorga el título de Conde de Gelves. D Jorge Alberto estaba casado con Doña Isabel Colón, hermana del Duque de Veragua y descendiente de Cristobal Colón.

Los primeros Condes de Gelves compran una hacienda en la villa al comerciante florentino Simon Verde, íntimo amigo de la familia Colón. La hacienda sería reconstruida  en el siglo XX por el arquitecto regionalista Juan Talavera y Heredia (Talavera y Gelves unidas de nuevo) y en sus heredades se construiría una urbanización de lujo en la década de los años 70 del siglo pasado.
La vida de Simón Verde fue contada en una novela del mismo nombre de Fernán Caballero donde son múltiples las alusiones a Gelves.
Hacienda Simon Verde
 

Este matrimonio conserva su casa en Gelves pero termina viviendo  en el Alcázar de Sevilla al formar parte de la corte de Carlos I e Isabel de Portugal. En el propio Alcázar muere el primer Conde de Gelves en 1543 y es enterrado en la Iglesia Parroquial de la villa delante del altar mayor por expresa petición suya  antes de morir.
Retablo de la Iglesia Parroquial de Santa María de Gracia

Retablo del Cristo de la Vera Cruz de Gelves
 

El segundo Conde de Gelves fue su hijo D. Alvaro de Portugal y Colón, casado con doña Leonor de Milán.

Este matrimonio protegió a D. Fernando Herrera “el Divino”, quien halagó en numerosos poemas la belleza de doña Leonor, que era su musa,  y citó a Gelves en sus numerosos escritos

A finales del siglo XVI, y tras un laborioso pleito por la posesión del ducado de Veragua, ambos títulos pasan al hijo de ambos, hasta que a finales del siglo XVIII el condado de Gelves pasa por enlace matrimonial a la casa de Alba.

En los siglos XVII y XVIII Gelves se hace famosa por sus finas aguas cristalinas de manantial, el clima benigno y sus bellos parajes.

En el Siglo XIX Gelves pasa al primer plano de la literatura nacional. El Duque de Rivas la menciona en su obra cumbre “Don Álvaro o la fuerza del sino”, situando la curación del protagonista en este pueblo. Edmundo Noel cuenta el estilo de vida de Gelves en su obra “Los márgenes del Guadalquivir”. Famosos viajeros Como Washington Irving y Karl Baedeker, precursor de las modernas guías de viajes,  citan a Gelves en sus obras. El primero llegó a pasar temporadas en la localidad en concreto en la llamada Casa Cera.

La casa de Alba era propietaria de la Huerta del Algarrobo. A dicha huerta vino el matrimonio formado por Fernando Gómez “el Gallo “ y Gabriela Ortega. El primero matador de toros, la segunda cantaora flamenca.

 Ya habían tenido seis hijos, pero la pequeña, Rita,  falleció con solo año y medio. El matrimonio vivía en Madrid y la muerte de su hija causó en Doña Gabriela una pena tan grande que entró en una profunda depresión ante la que los médicos le aconsejaron que se fuera a vivir al campo. La situación económica de la familia no es buena y Fernando consigue un trabajo como guarda en la propiedad de la casa de Alba.

Allí,  en la Calle de la Fuente número 2 nace Joselito el Gallo.
Casa natal de Joselito El Gallo o Gallito.

 
Placa en la casa de Joselito
 
Foto de familia en la que se ve a Joselito en brazos de su madre, Rafael vestido de corto, Fernando al lado de su padre y dos de las hijas del matrimonio.
 

Siete días después de nacer , el 15 de mayo de 1895, festividad de San Isidro,  es bautizado en la Iglesia Parroquial de Santa María de Gracia, iglesia barroca que en su día fue oratorio o capilla particular de los Condes de Gelves que la mandaron construir.
La iglesia posee una tremenda riqueza monumental.

En la pila bautismal el pequeño recibe el nombre de José Miguel Isidro del Sagrado Corazón de Jesús según reza en su partida de bautismo siendo sus padrinos Don Plácido Zambrano Fernández y Doña Amalia Martinez Rodriguez, matrimonio amigo de los padres de la criatura. Es bautizado por Don Manuel  de Paz y Daza , cura ecónomo de la Villa.
Pila bautismal donde fue bautizado Joselito
 

José crece en la Huerta del Algarrobo donde su padre había construido una placita de toros para enseñar a torear a sus hijos Fernando y Rafael apodado años más tarde “El Divino Calvo”.
Como Fernando  de Herrera otro “Divino” hijo adoptivo de Gelves.

Joselito con su padre en la Huerta del Algarrobo
José ya con dos años juega al toro con sus hermanos.
Joselito con su hermano Fernando jugando al toro en la Huerta del Algarrobo
 

Pero en agosto de 1897 fallece su padre.

 Fernando el Gallo había sido un torero con sello artístico, de gran repertorio y con grandes conocimientos que llevo en su cuadrilla nada menos que a Rafael Guerra “Guerrita”. Creador de la suerte del quiebro de rodillas tan poco usual en estos tiempos en los toreros y que seguimos viendo a los recortadores.

Justo antes de morir le pide a una de sus hijas papel y pluma y escribe lo siguiente: “ A mi compadre Guerrita. En la hora de mi muerte que no deje sin pan a mis hijos. Se lo pide moribundo su compadre”.

Tras escribir estas palabras se dirige a su mujer y le dice “No te apures Gabriela. Has parido dos hijos que van a llenar de oro esta casa”.

Es en Gelves donde se produce la primera referencia a Joselito en un medio de comunicación.

Visita el periodista Victoriano de la Feria la casa de los Gallo en Gelves porque va a hacer una entrevista a Rafael, que tiene 17 años y acaba de presentarse como novillero en Sevilla. Se publica en la revista “Sol y Sombra” del 9 de noviembre de 1899.
 
Portada del semanario Sol y Sombra del 9 de noviembre de 1899


 
 Cuenta Rafael como lo educaba taurinamente su padre:
“Simulaba, con una cabeza de toro, suspendida de una cuerda, los extraños de la res, en perfecta escuela práctica”.
Al final, añade el cronista un párrafo sobre el hermano pequeño. “Tuve ocasión de admirar al menor de los hermanos, que cuenta cuatro años de edad, ejecutando, con una destreza impropia, varias suertes del toreo, sirviéndose de un pañuelo. Los hermanos intentaron traer una becerrita para que prácticamente  viéramos como no se arredraba el infante ante ella. No pudieron encontrar cerca del pueblo ninguna pero uno de los hermanos avisó al pequeño diciéndole que ya estaba encerrada la becerra. A medio vestir, josé salió corriendo en dirección a la placita en busca de la becerra, demostrando seguidamente su enojo, al verse contrariado”.

Desde pequeño se pudo comprobar que el niño vivía para el toro como dijo Marcial Lalanda de Joselito o lo que más tarde diría D. Eduardo Miura cuando afirmo que a ese niño lo había parido una vaca en alusión a sus grandes conocimientos taurinos.

En Gelves el crio hacía recordar a su paisano Manuel Domínguez “Desperdicios”. Parece que su apodo le viene de Pedro Romero que viéndolo en la Escuela Taurina de Sevilla dijo “este niño no tiene desperdicio". Otros dicen que el apodo le viene porque cuando fue cogido por el toro “Barrabas” toreando el 1 de junio de 1857 en El Puerto de Santa María este le sacó el ojo derecho que quedó en el ruedo exclamando el diestro : “Dejadlo ahí, eso no son más que desperdicios”. Inventor del pase de farol y maestro en la suerte de recibir fue el maestro "Desperdicios".

Foto de Manuel Domínguez "Desperdicios". Torero de Gelves.

Lamina de la cogida de Desperdicios
 

Tras la muerte del padre, la familia se traslada a vivir a Sevilla. Sin embargo la relación del pueblo de Gelves con Joselito ha sido incluso más fiel que la de la propia ciudad de Sevilla.

Coincidiendo con el 50 aniversario de la alternativa de Joselito en el año 1962 el pueblo de Gelves decide erigir un monumento al torero.

El 6 de marzo de 1962 en el diario ABC de Sevilla aparece esta nota

“El alcalde de Gelves, con ruego de publicación nos envía la siguiente nota:

Ha despertado enorme entusiasmo en todos los medios sociales la idea del Ayuntamiento de Gelves de erigir un monumento al que fue figura cumbre de la torería, Joselito el Gallo.

Como exponente de ello, son las innumerables adhesiones recibidas, entre las que figuran como más destacadas las del diestro Antonio Ordoñez, que desde Jerez de la Frontera se ofrece de modo incondicional: la del Dr. Lancha Fal, que con su aliento de viejo “gallista” felicita al alcalde, D. Manuel Salazar Bermúdez, y se asocia a la idea; la de D. Joaquin Casa Vierna, presidente de la Peña Madrileña Los de José y Juan. Y para no prolongar más esta nota hemos de mencionar, por su relevante significado, la adhesión del Casino los 40, que por boca de su consocio Don Armando de Soto ha transmitido el acuerdo del mismo de felicitar al Ayuntamiento en la persona de su alcalde, y hacerle el ofrecimiento de su entusiasta colaboración.Esperamos confiadamente un amplio eco en la afición para al calor de la misma plasmar en forma tangible lo que el prestigioso periodista Celestino Fernandez Ortiz con su acertada glosa en el periódico “Sevilla” señala.”

Aunque no aparece en la noticia el verdadero impulsor del monumento junto al alcalde de Gelves fue el Duque de Pinohermoso ,  D. Carlos Pérez-Seoane y Cullen, curioso personaje que además de noble , militar y ganadero fue rejoneador. Famoso es su decálogo del arte del rejoneo, digno de ser leído.
El Duque de Pinohermoso

El Duque de Pinohermoso rejoneando en Madrid
 

Se creó una comisión presidida por Manuel Salazar Bermúdez, primer edil de la corporación.  

El resto de la comisión estaba formada por el concejal Ramón Calero, el notario de Coria del Río don Luis Bollaín Rozalem, Pedro Ciaurriz ( rico vecino de Gelves que donó los terrenos donde se ubica el monumento que eran el antiguo zoco árabe de la ciudad), Jose María del Rey Caballero(abogado y crítico taurino bajo el seudónimo de Selipe) y don Eduardo Miura.
También hubo una comisión de honor en la que estaban Juan Belmonte, el escritor Jose María de Cossío y la Duquesa de Alba, que a su vez era Condesa de Gelves.
Para financiar el proyecto se organizaron diversos actividades entre las que hubo una corrida de toros, recitales de poesía organizados por el Centro Cultural Jerezano que promovió que el poeta y cantaor Pepe Gonzalez dirigiese los recitales e hiciera a pie los 632 kilómetros que separan  Jerez de la Frontera de Madrid y que a su llegada el locutor de Radio Madrid Alberto Oliveros , director del programa “los Formidables”, le esperase con un recibimiento colosal en la Plaza de las Ventas donde tendría lugar el último recital.

La muerte de Juan Belmonte el 8 de abril de 1962 paralizó un poco el proyecto, pero no fue óbice para su continuidad.

Ese mismo año se convocó un concurso de ideas para realizar la escultura concurriendo prestigiosos artistas como Pedro Barral, Ruiz Olmos, Carmelo Pastor o Ruiz Colominas entre otros.  Pero el ganador fue Federico Collaut-Valera.

Su padre Lorenzo Collaut Valera ya había tenido relación con Joselito pues se da la curiosa circunstancia  que el 8 de diciembre de 1918 se inaugura el monumento a la Inmaculada Concepción en la Plaza del Triunfo.
 
 
El Correo de Andalucía de los días 8 y 9 de diciembre de 1918
 
Recuerdo que se entregó a los asistentes al acto (Foto Todocolección)

 
Esa tarde Joselito había toreado en la Plaza Monumental una corrida benéfica cuyos fondos irían destinados a la corona que se impondría a la Virgen del Rocío en su coronación canónica que había sido impulsada por el canónigo de la Catedral de Sevilla, D. Francisco Muñoz y Pabón, que tanta influencia tuviera en la vida y tras la muerte de Joselito.


Paseíllo del festival benéfico celebrado en la Monumental de Sevilla el 8 de diciembre de 1918
 
 

El cartel de aquella corrida fue Gallito, Curro Posada, José Flores Camará”, Varelito e Ignacio Sánchez Mejias. El nombre de Rafael, Hermano de José , figuraba aparte y fuera de la terna oficial advirtiendo que “en atención al fin benéfico de esta fiesta ha ofrecido su valioso concurso y figurará como espada el ex matador de toros Rafael Gómez “El Gallo”.
 
Cartel del festival
 

Joselito ese día toreó en la Monumental y asistió a la inauguración del monumento a la Inmaculada.

Años más tarde un hijo del escultor de la Inmaculada resultaría ganador del concurso para erigir la escultura de Joselito.

El monumento se inaugura finalmente el 26 de abril de 1964 en un acto que según publica la prensa local resultó lucidísimo. Presidió el Gobernador Civil don José Utrera Molina, a quien acompañaban los Duques de Alba, el Duque de Pinohermoso, el Presidente de la Diputación Sr Maestre y Lasso de la Vega, el académico de la Real Española de la Lengua don José María de Cossio, Rafael Ortega, sobrino de Joselito, el caballero maestrante Marqués de Villar del Tajo; el señor Sanchez Ibargúen , el alcalde de Gelves y otras personalidades.
 
El monumento tapado con la bandera azul y blanca de Gelves y los niños expectantes
 

Cuentan las crónicas que “se situaron en una tribuna levantada al efecto en la plaza del General Sanjurjo ocupada por una densa multitud , en la que había prestigiosos  ganaderos, críticos, toreros,, apoderados, representantes de peñas taurinas , entre ellas “los de José Y Juan”, el hermano mayor de la Macarena, el cónsul de Francia y numerosos aficionados de aquel país y D. Angel Peralta, como representante  de la Asociación de la Vejez del Toreo.

Tomó la palabra el Duque  de Pinohermoso. A continuación el académico don José María de Cossio que explicó la entrañable amistad que le unía con Gallito.

El alcalde de Gelves dio las gracias por todos los esfuerzos  realizados para poder levantar el monumento.

Cerró el acto el Gobernador Civil que dijo hacerlo en su condición no solo de su cargo sino como aficionado.  Entre otras cosas dijo:

“Sobre la blanca geometría de esta plaza andaluza llena de sabor, de entrañable tipismo y sorprendente luminosidad, habéis colocado este monumento con el que habéis honrado a Joselito el Gallo, figura señera de la fiesta nacional española, muerto joven en pleno triunfo y cuya personalidad excepcional ha sido capaz de vivir en líneas azules del recuerdo con sentido de rara y fecunda perennidad.
Muchos de vosotros conocisteis a Joselito. Sin duda alguna es imposible que el hombre transmita la vivencia de sus propios recuerdos, pero si puede transmitir ideas, perfiles de hechos importantes, que es sustancia de historia y de verdad. Para seguir alimentando  este recuerdo al que fue joven maestro de una de la época de oro del toreo, para convertir el elemento perdurable en idea de bronce , su memoria, su valor y su arte, se ha elevado este monumento al que escoltan estas cuatro palmeras que levantan su gallarda verticalidad hasta el remate de sus hojas de bronce. Aquí habéis puesto a Joselito, con su sonrisa joven y ahí queda para todos  con quietud inmóvil y sentido de perdurabilidad al hombre que en su gesto parece soñar cara al tiempo con el vuelo lento de una verónica imposible”.
La Duquesa de Alba, Utrera Molina. Abajo D, José María de Cossío. Foto El Ruedo
 

La revista “El Ruedo” recogía en sus páginas un amplio reportaje que titulaba “Gelves en la intimidad” y destacaba que en el acto solo estuvieron los leales. El subtítulo era “El monumento inaugurado ante un puñado de leales”.

Entre ellos el Dr. Leal Castaño.
Subtitulo de "El Ruedo"
 

 “Gelves quedo despoblada. Al ver las calles blancas bajo un sol de fuego, sin más almas vivientes que los chiquillos juguetones, se podría pensar en un éxodo total en busca de sombra y frescor. En realidad todas las almas sensibles del pueblecillo sevillano se han dado cita – una larga cita que duró cuarenta y cuatro años- ante un monumento a la gloria torera de Gallito. “

En estos días de confinamiento no nos cuesta imaginar la soledad de las calles de Gelves ni tampoco la aglomeración delante del monumento.

El monumento representa a un Joselito colosal de dos metros de altura  con un toro que dobla a sus pies sobre un pedestal rectangular de piedra de Colmenar.
El monumento a Joselito en Gelves
 

 El escultor declaró: 

“He tratado de perpetuar plásticamente un monumento de emoción a la Fiesta Nacional, ya que esta emoción representa al torero cumbre en el momento inmediato de lidiar al toro; este queda caído mortalmente, en intención de que no reste interés a la figura  del gran torero, que frente al vencido y bello animal, mira al público con la cabeza erguida y recogida su muleta en gallarda y torera actitud de triunfador”.

El escultor una vez finalizada la obra quiso que Antonio Bienvenida se encargase de colocar las banderillas en la anatomía del toro y el estoque en manos de Jose.

En su base cuenta con unas relieves que recogen las suertes del toreo, así como el famoso pase del Kikiriki de Joselito :

Se puede leer una inscripción en la piedra que dice: “ A Joselito El Gallo, la afición española”.

El coste de la obra y el monumento fue de 615.190 pesetas, que traducido al cambio de hoy serían unos 3.600,00 €.

La crónica de la revista “El Ruedo” es más agría y resalta la ausencia de la gente del toro en ese homenaje.

Resalta “El Ruedo” que “la torería brilló por su ausencia. Pocas veces se ha visto una falta de respeto más evidente a la gloria autentica de un compañero. Pero hubo excepciones meritorias como Ángel Peralta, Pepe Luis Vázquez o el ganadero Alonso Moreno de la Cova.
 
Rafael Ortega, sobrino de Joselito, en el acto inaugural. Foto. El Ruedo
 

Resaltaba la crónica de “El Ruedo” que tras una larga etapa de olvido hubo voces que clamaron en el desierto. “Un desierto de cuarenta y cuatro años que separan la inauguración de Gelves de aquel triste mayo de Talavera. Por ese desierto solo se aventuran en este domingo de sol de agosto andaluz unos pocos leales. Los aristócratas amigos de los toreros, los escritores que forjaron gran parte de su leyenda, el pueblo de donde los ídolos nacen y que los recogen con amor cuando caen destrozados.

Los verdaderamente leales fueron sus paisanos. Viejos que le conocieron, como el picador Rubio El Albañil, que le acompaño de becerrista, hombres que eran niños cuando murió, chavales que desde  la cuna aprendieron a admirarle: mujeres que le lloraron".
El pueblo de Gelves, entre los que se ve al Rubio el Albañil, picador de Joselito en sus inicios. Foto. El Ruedo

 
Un niño se abre de capa el día del homenaje (Foto El Ruedo)
 

"Ausentes los toreros triunfadores, los ganaderos de tronío, las poderosas empresas, los apoderados omnipotentes. En Gelves no había corrida que vender ni dinero que ganar y todas las palmas iban a ser para Joselito. Quede el dato para la historia de las lealtades taurinas y de las ingratitudes humanas. Cuando nos repitan con aire campanudo “ porque Joselito el Gallo fue el mejor, el primero… y los aficionados debemos enaltecer su memoria…” el cronista pensará con el melancólico personaje del drama shakesperiano. “Palabras, palabras, palabras…”

Curiosa la crónica firmada por el enviado especial de “El Ruedo” que firmaba bajo el seudónimo de Don Antonio.  

Olvidos, lealtades, ausencias, intereses. La vida misma. Como decía Aquilino Duque en su poema.

“ Por ellos fue lejana y cruel Andalucía”.

Quedémonos con la relación de Gelves y Joselito y rememoremos el final del poema con el que empezaba esta entrada.

 

La marisma es un ruedo sin fronteras,

es la plaza de toros  donde Fernando El Gallo

le corta las orejas al toro de San Lucas.

 

Si tú vieras…

de entre cuatro naranjos brotar una palmera;

de entre cuatro suspiros una Torre del Oro.

¡Si tú vieras el río  por las huertas de Gelves!

4 comentarios:

  1. Magnífica Manolo. Me ha encantado. Cuántas anécdotas y vivencias taurinas conocemos gracias a tí. Enhorabuena. Esperando la próxima. Un abrazo.

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  2. Cómo siempre interesantísimo el artículo, pura historia. Muchas gracias Manolo!

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  3. Buenas tardes Don Manuel esta muy bien muchas Gracias

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  4. Interesantisimo este artículo como todos los que publica. Enhorabuena un abrazo muy fuerte

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