domingo, 1 de noviembre de 2020

El mausoleo de Joselito. La muerte no es el final.

"Hay mucha vida en los hitos funerarios. Los muertos dan mucha vida. Noviembre nos recuerda la llegada de la "hermana muerte" como la denominaba San Francisco de Asís". Son palabras del Arzobispo de Sevilla Monseñor Asenjo en una reciente celebración necrológica. 

Todos los años por estas fechas el cementerio de Sevilla vive un rito que este año no podrá realizarse por la pandemia. El día de los Fieles Difuntos el Arzobispo de Sevilla celebra la Santa Misa delante del Cristo de las Mieles. 

Antes de comenzar la ceremonia se suele iniciar una solemne procesión que parte desde la entrada del cementerio y termina en la rotonda del Cristo de las Mieles. 

Cuando se realiza ese paseo en el silencio del cementerio vuelven a sonar en la mente las palabras de Monseñor Asenjo. " La muerte es el final o el principio, depende de como la miremos. Los santos son los muertos más vivos. Hoy día se contrapone el humanismo materialista, inmanentista de la nada absoluta al principio cristiano de la muerte como la vida verdadera, de la fe como consuelo, fortaleza y esperanza". 

Del Mausoleo de Joselito al Cristo de las Mieles es el recorrido que suelen hacer los fieles que asisten a esa ceremonia cada año de mano de "la hermana muerte" tan presente en el camposanto. 

Dos  esculturas que dotan de vida al cementerio de Sevilla. Los muertos dan mucha vida. 

El cementerio de San Fernando en Sevilla fue construido durante 1852 y se inauguró con su primer enterramiento el 3 de enero de 1853.

Hasta el siglo XIX lo habitual era que las clases medias y altas recibieran sepultura en el interior de las iglesias, normalmente bajo lápidas en el suelo. 

En las Constituciones del Arzobispado de 1609 se decidió que solo se podrían hacer monumentos funerarios dentro de los templos en los casos en que fuera  una capilla costeada por el difunto. 

Las clases bajas enterraban a sus familiares en los camposantos de parroquias y hospitales. 

En 1851 se le encarga al arquitecto municipal, Don Balbino Marrón, el diseño de un cementerio municipal. En el se dispuso crear pocos nichos (solo para forasteros y gente sin familia) y que la mayoría de la gente fuera enterrada en sepulturas en el suelo. Para las sepulturas de familia, Balbino Marrón dispuso la creación de mausoleos o panteones donde cupiesen 25 ó 30 personas. 

En el año 1895 el escultor Antonio Susillo realizo un crucificado en su estudio de la Alameda de Hércules. Se desconoce quien se lo encargó. Ese mismo año nace en Gelves Joselito el Gallo.

El 22 de diciembre de 1896 Susillo se suicidó. En 1897 el Ayuntamiento de Sevilla compra el crucificado para el cementerio de Sevilla y decide colocarlo en la rotonda de la avenida principal del cementerio. No sería hasta 1907 cuando este fue colocado sobre una recreación del Gólgota hecha de piedras apiladas.


El Cristo de las Mieles en el cementerio de Sevilla


Según cuentan las crónicas cuando el escultor esculpió el Cristo se esmeró de manera tremenda, pues en ese momento se encontraba fuertemente endeudado y esa obra significaba mucho para él. Cuando fue a montar la obra se dio cuenta que había cometido un error en las posturas de los pies, pues uno de ellos estaba clavado en la Cruz y el  otro apoyado en la tabla de apoyo para los pies que era utilizada por los romanos para hacer más dolorosas las crucifixiones. 

Al darse cuenta del fallo se sintió tan angustiado que se suicidó. 

Detalle de los pies del Cristo de las Mieles

Nuevo detalle de los pies

El escultor, tras fallecer su primera mujer por tuberculosis un año después del matrimonio, se casó en segundas nupcias 15 años después con María Luisa Huelin, una mujer despilfarradora que además lo menospreciaba y ridiculizaba como hombre incluso en público. Era cierto que se encontraba en la más absoluta ruina y ese Cristo para él era la salvación económica. 

En aquella época las personas que se suicidaban no podían ser enterradas en sagrado. Con el paso de los años la Iglesia consideró que estos fatales desenlaces eran fruto de una enfermedad mental y se autorizó que el cuerpo de Susillo fuera sepultado a los pies de su obra. Eso sucedió  en 1940. 

A los pocos días de su traslado sucedió algo sorprendente que fue calificado como un milagro. El Cristo lloraba. Se consideró un milagro y hasta el Vaticano desplazó una delegación para estudiar el asunto. 

La comisión vaticana no salía de su asombro al ver que lo que el Cristo desprendía era miel que manaba de la boca de la escultura. 

Pero también pronto concluyeron que no se trataba de ningún milagro, ya que Susillo había dejado hueco el interior del Cristo y en el mismo unas abejas habían construido su panal. El calor del verano sevillano hacía que el bronce se recalentará y que la miel se derritiera manando de la boca de la escultura a la que desde entonces se le denomina el Cristo de las Mieles. 



Joselito venía disfrutando durante toda su carrera de las mieles del triunfo. Pero la afición de Madrid le exigía más. El 15 de mayo de 1920 , un día antes de morir en Talavera, la afición de Madrid lo abronca fuertemente incluso antes de hacer el paseillo y la miel se convirtió en hiel. 

Ese mismo día Joselito recibe la visita del escultor Mariano Benlliure con el que mantenía una excelente relación y le dedica la foto que podemos ver abajo. 


Foto de Joselito dedicada a Mariano Benlliure

La relación de Benlliure con Gallito fue intensa. El escultor estuvo en la famosa cogida del diestro en San Sebastián. 

Tras la cogida Benlliure fue a visitarlo en su habitación. Joselito sacó de su pecho la medalla abollada de la Macarena que había frenado el pitón del toro a la altura del corazón y le dijo. "Don Mariano, esto me ha salvado la vida". La madre de Joselito, en agradecimiento,  encargó a Benlliure una réplica de la Macarena para el oratorio familiar  de la casa de la Alameda. 


Réplica de la Macarena de Benlliure en el oratorio familiar de la casa de Gallito


Benlliure asiste en Sevilla al entierro de Joselito y queda profundamente conmovido por lo que presencia y en especial su paso por delante de la Iglesia de San Gil donde moraba la Macarena. 

Años después lo contaría en ABC al explicar su magnífica obra. "Aquel instante ante la Virgen de la Esperanza me hizo comprender que el triunfo de la vida estaba unido al tributo rendido a la muerte; que lo llevaban a hombros a la salida de la plaza, en una de aquellas grandes tardes de triunfo y que lo conducían a su última morada con hondo sentimiento de admiración".


Entrevista a Benlliure en ABC hablando del mausoleo de Joselito

Aquel día José fue llevado a hombros hasta la tumba de su padre,  Fernando El Gallo. Pero el ancho del sarcófago no cabía en el sepulcro, por lo que sobre la marcha hubo de contratarse la sepultura del número 6 de la calle Virgen María. 

En abril de 1921 el Ayuntamiento de Sevilla concede a los hermanos de Joselito el terreno para la construcción de un panteón familiar y la colocación  de un monumento en su memoria.  

Sánchez Mejías, cuñado de Joselito , encarga el trabajo al escultor Mariano Benlliure, que lo concluyó en 1924. 

Hasta abril de 1926 no se coloca en el cementerio de Sevilla y previamente es expuesto en el estudio de Benlliure en la calle José Abascal de Madrid.   

La visita a la obra generó una expectación inusitada y no solo el pueblo se volcó en visitar la obra ya terminada. El propio  Rey Alfonso XIII  primero y luego D. Miguel Primo de Rivera , junto con el resto de generales del Directorio Militar visitaron el estudio de Benlliure. 


El Rey Alfonso XIII visitando el estudio de Benlliure en Madrid para ver el mausoleo de Joselito

Miguel Primo de Rivera junto a los generales de su Directorio Militar visitando el estudio de Benlliure

  

Cuando la exposición en el estudio de Benlliure terminó esté escribió una carta a Don Torcuato Luca de Tena, Director de ABC  que se publica el 7 de mayo de 1924 en estos términos

" Querido Torcuato: Veinte días he tenido mi estudio abierto al público, sin restricción alguna, para que todo el que quisiera pudiera ver el mausoleo de Joselito. Hoy, al terminar la exposición, me tomo la libertad de dirigirme a ti para rogarte que me permitas por conducto de ABC, dar las más rendidas gracias a cuantos me han honrado con su visita. Nada puede halagarme tanto como la curiosidad y el interés que el público madrileño ha demostrado por ver mi obra."

"También quisiera hacer constar algo que habla muy elocuentemente del alto grado de cultura del pueblo de Madrid: mi taller - como he dicho al principio- ha estado estos días tan a disposición del público como una calle o una plaza, y sin que se ejerciera vigilancia alguna; pues bien , no he tenido que lamentar ni la más leve indiscreción por parte de los visitantes, que han sido muchos y de todos los sectores sociales."

"Repito a todos mil gracias, y a ti, querido Torcuato, por la hospitalidad que me concedes en tu periódico"

"Te abraza tu buen amigo Mariano Benlliure" . 


Carta de agradecimiento de Mariano Benlliure a ABC


Posteriormente la obra fue trasladada a Sevilla y expuesta en el actual Museo Arqueológico entonces denominado Palacio de las Bellas Artes. Al pueblo de Sevilla se le cobraba una entrada y la recaudación fue destinada a obras de beneficencia. 


 Puede considerarse a Mariano Benlliure como el mejor escultor español realista de los siglos XIX y XX. 

Benlliure no articuló palabra hasta los siete años de edad. Fue prácticamente autodidacta. A los doce años hace su presentación en sociedad como escultor con la obra "Frascuelo entrando a matar" realizada en cera y expuesta en el Ateneo de Valencia. Da muestras desde pequeño de una gran afición taurina.

"Frascuelo entrando a matar"


Al poco se traslada a Madrid donde vivía su hermano y sin ser aún mayor de edad presenta una de sus obras a la Exposición Nacional que se celebra en el Palacio de la Fuente de la Castellana. En esa ocasión es con "La cogida del picador". 

La cogida del picador

Serían innumerables las esculturas taurinas realizadas por Benlliure en las que captaba con una precisión milimétrica la anatomía del toro y las expresiones de los toreros. Impresionado por una estocada de Machaquito que vio junto a Benito Pérez Galdós plasmó el momento en "La estocada de la tarde". 

La estocada de la tarde

Apasionante la vida y obra de Benlliure. Remito a la biografía escrita por Doña Violeta Montoliu Soler para ampliar más detalles. Benlliure muere en 1947 el mismo año que Manolete. 

Benlliure con una de sus esculturas taurinas que representan las mulillas en el arrastre

Benlliure de joven, ya reconocido como distinguido escultor


Finalmente en 1926 se coloca el Mausoleo de Gallito en el cementerio de Sevilla. El molde en yeso a partir del cual se fundió el bronce se conserva en el  Museo de Bellas Artes Pio V de Valencia. El busto de Joselito esta hecho en mármol de Carrara  y se hizo por una compleja técnica llamada "sacado de puntos". 

Molde en yeso en el Museo de Bellas Artes de Valencia

El molde en yeso fue cedido por Benlliure al Museo en 1940, precisamente el año en que se autoriza el traslado de Susillo a los pies del Cristo de las Mieles. 

El conjunto escultórico estremece no solo por su belleza y armonía sino por todo su significado. 

Dieciocho son las personas que aparecen en el cuadro escultórico sin contar a Joselito. El mismo número que según las Escrituras participaron en el entierro de Cristo. 

La figura de la Macarena presidiendo el cortejo no es un detalle anecdótico como manifiesta el investigador José de León. 

Ni siquiera obedece a la devoción del diestro sino a la experiencia que el propio Benlliure contaba que el mismo vivió. La Macarena y José muerto eran la metáfora más reveladora de que el homenaje en la muerte es la señal más inequívoca de la esperanza que guarda el pueblo en el triunfo final de la vida. Era trasladar la idea del triunfo del héroe a través de la inmortalidad. 

La imagen es portada por una joven que se ha identificado como "María la de las Cartas", la esposa del cantaor Curro el de la Jeroma. 

Detalle de María la de las cartas portando la Virgen Macarena

Detalle de la Macarena presidiendo la comitiva portada por María la de las Cartas


Joselito además de a la Macarena tuvo gran devoción por la Soledad de San Lorenzo, como hemos puesto de manifiesto en alguna otra entrada del blog.

Nada más entrar en el cementerio de Sevilla encontramos un azulejo de la Virgen de la Soledad que nos llama la atención.

 Fue bendecido el día de Todos los Santos de  1976 para conmemorar la visita que la Virgen hizo el 28 de enero de 1965 con motivo de las Misiones que organizó el Cardenal Bueno Monreal y en la que las imágenes de 55 hermandades se desplazaron a barrios periféricos de la ciudad para permanecer en los templos de aquellas barriadas durante 15 días. La Soledad fue al barrio de San Jerónimo y visitó el cementerio. 

Lo volvería a hacer el 2 de noviembre de 2003 para presidir al pie del Cristo de las Mieles la misa de Difuntos.

En ambos casos la imagen de la Soledad pasando por el Mausoleo de Joselito debió de ser imponente. 

La Soledad en 2003 ante el azulejo en la entrada del cementerio que conmemora su vista en las misiones de 1965

Misa conmemorativa del 150 aniversario del cementerio . La Soledad y el Cristo de las Mieles

Saludo de la Soledad a la Macarena en su camino de vuelta tras presidir la misa del 150 aniversario. 


Esperanza y Soledad. Dos verdades unidas en el cementerio.

Si volvemos al mausoleo vemos a María flanqueada por una señora mayor y una niña. Esta escena representa las edades del hombre y su vulnerabilidad con la muerte a cualquier edad. "Estad atentos pues no sabéis ni el día ni la hora". Infancia, juventud y madurez aparecen representadas. El hombro de María soporta la carga de la madurez. 

Las edades del hombre y su igualdad ante la muerte 

Aprovecha además Benlliure para reunir en el cortejo a todas las clases sociales del momento, para hacer ver que tampoco existe división social ante la muerte. Así representa a ganaderos o aristócratas, artistas, personajes del mundo cultural , gitanos y anónimos. 

Algunos han querido ver retratado a D. Eduardo Miura, reconocido por sus grandes patillas. Sin embargo en esa figura otros ven al Duque de Veragua que representaría en una sola figura a los ganaderos y a la aristocracia. 

Personalmente me inclino más por la versión del Duque de Veragua no solo porque D. Eduardo Miura "El Patillas" ya había fallecido cuando muere Joselito sino porque el parecido físico de la escultura se asemeja más al Duque y porque Benlliure manifestó que quiso reflejar a todas las clases sociales. 

En cualquier caso dejo las fotos para que el lector saque sus propias conclusiones. 

El Duque de Veragua
El Duque de Veragua o Eduardo Miura y detrás Ignacio Sánchez Mejias clamando al cielo

D. Eduardo Miura "El Patillas"


La figura de Ignacio Sánchez Mejías clamando al cielo detrás del ganadero es muy significativa. La desesperación ante la muerte del ser querido. Parecía ser profético Benlliure ya que años más tarde Sanchéz Mejías también moriría por una cogida en Manzanares y sería enterrado en ese mismo panteón familiar. 

El resto de personajes son algunos de los miembros de su cuadrilla que portaron el féretro en la realidad y personajes anónimos. Parece que el hombre que en la trasera sostiene el féretro es su padrino de bautizo Placido Zambrana (El Pimienta) picador de la cuadrilla de su padre. 


Trasera del mausoleo con la imagen del que parece que representa a su padrino

Los hombres visten con ropa campera y con sombreros de ala ancha que portan en sus manos en señal de duelo y respeto. El personaje del ganadero está revestido con zahones como elemento distintivo de su profesión. 

Destacan las mujeres vestidas con trajes de volantes y encajes, cubiertas con mantones y la mayoría con el pelo ondulado recogido en moños bajos , peinado típico de la época sobre todo en Andalucía.

Detalle del llanto de algunas de las mujeres

Especialmente significativa son las expresiones de los niños del conjunto.  

Expresión de dolor de uno de los niños del cortejo


Reservó Benlliure el mármol de Carrara para el retrato de Joselito. El retrato se tomó bien de una mascarilla funeraria que le hicieron a su muerte o bien de las fotografías de propia capilla ardiente. Joselito aparece en el ataúd abierto con la cabeza apoyada en una almohada y  el cuerpo cubierto por una sábana, tal y como estaba el día de su fallecimiento. El féretro su cubre a su vez por el capote de paseo en el que se ven los detalles del bordado. 

La imagen de Joselito en mármol de Carrara

Joselito de cuerpo presente llorado por Sánchez Mejías


El monumento fue fundido en bronce por la Fundición Mir y Ferrero y es colocado sobre un pedestal de piedra encima de la cripta. A la misma se accede por tres trampillas. En cada una de ellas puede leerse el nombre de Joselito, su hermano Rafael y su cuñado Ignacio Sánchez Mejias. Los tres están enterrados allí, juntos con otros miembros de la familia como la celebre cantaora y recitadora Gabriela Ortega sobrina de José y Rafael, que hizo celebre  el poema de Garcia Lorca "Uno, dos y tres". 

"Solo tres monteras, tras los burladeros.

Uno, dos y tres.

Luego tres capotes en el redondel.

Puntos cardinales de una geografía de sol y sangre.

Y el toro en el sur.

Una media luna sobre su testuz. "

Tres toreros bajo el Mausoleo. Rafael, José e Ignacio.

Merece la pena recoger el artículo que sobre el mausoleo firmó Luis de Castro en el periódico " La Época" el 26 de julio de 1922 cuando solo se había terminado el modelado en barro. 

" El gran escultor Mariano Benlliure tiene ya modelado en barro el mausoleo a Joselito. Es una obra escultórica de marcado carácter andaluz, en la que resplandece con admirable plasticidad, toda la fuerza creadora del ilustre artista levantino. 

Por esta vez- y ya va siendo hora de que alguien lo iniciara- Benlliure ha prescindido de simbolismos para ofrecernos un momento de la vida, uno de esos instantes en que , aún sin querer, nos hace fruncir el entrecejo el misterio de la muerte, guiándonos camino de la meditación. Así son los hombres andaluces de Benlliure, que llevan sobre sus hombros - al entrar en el cementerio- el féretro del infortunado Joselito. Amigos , admiradores incondicionales del diestro, en cuyos rostros ha sabido dejar impreso el artista un ramalazo de dolor, de ese dolor que por no tener lágrimas , es más amargo y es más sombrío." 

Las mujeres que figuran en el grupo, son tipos sevillanos, encarnaciones vivas del alma de Andalucía. Mocitas que ocultan el llanto, entre los ramos de flores que llevan a la tumba del torero. Mocitas de talle juncal, presas de una tristeza suave, suave como las líneas de sus cuerpos, como la ondulación de sus rizos, como el ritmo cadencioso de los andares pintureros...

¿Y la expresión de los chiquillos? ¿Quien no dice que aquel chavea, como de unos catorce años, que sigue a la fúnebre comitiva no presiente en aquella hora hondas tragedias en la torería, en la que él es ya un iniciado? Delante, rompiendo marcha, una mujer joven y bonita, y apenada, lleva en sus manos una imagen de la Esperanza, la Virgen a la que , como es sabido, profesaba Joselito una honda devoción. Sobre el féretro, a los pies del cadáver, se ve extendido primorosamente el capote de paseo del lidiador, prenda a la que Benlliure piensa dar toda la policromía de sus sedas y bordados. 

Así es el mausoleo que acaba de modelar el gran escultor valenciano. Obra viva, arrancada de un bloque de la cantera de la raza. Monumento airoso y fuerte que legará a la posteridad una visión luminosa, de nuestros tipos, de nuestros trajes y de nuestras costumbres.

Consta el mausoleo de 19 figuras (incluida la de Joselito) en tamaño natural. Será todo el de piedra, bronce y mármol. Seguramente dentro de un año o año y medio podrá ser emplazado en el cementerio de Sevilla, en terreno cedido generosamente por aquel Ayuntamiento y elegido expresamente por Mariano Benlliure. 

Y allí, bajo el cielo sevillano, la obra del prodigioso escultor esplendara al sol, magnífica y triunfal, como algo de maravilla. 





Cuando Juan Belmonte muere es enterrado casi al lado de Joselito para reunir en un corto espacio del cementerio a cuatro grandes toreros de una época dorada del toreo. 

La imagen del féretro de Belmonte delante del mausoleo de Joselito fue portada de la revista " El Ruedo "  en 1962. 



El féretro de Belmonte delante del mausoleo de Joselito

Portada de la revista "El Ruedo"

La "hermana muerte" volvía a unir a José y Juan. 

La tumba de Juan está prácticamente al lado de la de José. El escultor José Luis Sánchez Fernández y el arquitecto Antonio Delgado Roig la diseñaron. 

En estilo cubista y mármol negro presenta superficies superpuestas. El pueblo sevillano la bautizó como "el piano de cola". 




Las Fuerzas Armadas españolas honran a los caídos ante la llama eterna del Monumentos a los Caídos por España entonando esta canción, que no está de más recordar en el Día de Todos los Santos y en el mes de los difuntos.


Tú nos dijiste que la muerte

no es el final del camino, 

que aunque morimos no somos

carne de un ciego destino. 


Tú nos hiciste, tuyos somos,

 nuestro destino es vivir, 

siendo felices contigo,

 sin padecer ni morir. 


Cuando la pena nos alcanza

por un compañero perdido

cuando el adiós dolorido

busca en la Fe su esperanza.


En Tú palabra confiamos

con la certeza que Tú

ya le has devuelto a la vida, 

ya le has llevado la luz.


Si caminamos a tu lado, 

no va a faltarnos tu amor,

porque muriendo vivimos

vida más clara y mejor.

















4 comentarios:

  1. Gracias Manolo por la magnífica crónica. Insisto, agradecimiento por ilustrarnos sabiamente con todo aquello relacionado con la Tauromaquia. Esperando la próxima. Un abrazo.

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  2. Gracias Manolo. Como siempre muy entrenido y lleno de curiosidades. Me ha encantado

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  3. Muchas Gracias D. Manuel y a Fernando por este Gran Blog es un verdadero sentimiento de esta Gran Aficion el Arte nunca se olvida

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Decían de él que toreaba como los ángeles y que sus muñecas eran de cristal por la suavidad con la que mecía el capote. Cuentan que ha entra...